(Minghui.org) A una exingeniera sénior de 65 años, de la ciudad de Mudanjiang, provincia de Heilongjiang, se le han negado las visitas familiares desde que ingresó en prisión en junio de 2021 para cumplir una condena de cuatro años por practicar Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
A la Sra. Wang Meihong, una reclusa que la estaba torturando le arrancó los dos dientes delanteros, pero las autoridades penitenciarias no le prestaron atención médica. Al no poder comer bien, ahora está muy débil y recluida en aislamiento.
Preocupada por su salud, la familia de Wang presentó recientemente una queja contra el jefe de la Oficina de Administración de Prisiones de Mujeres de la provincia de Heilongjiang, exigiendo que se permita la visita de su familia y que se responsabilice a sus represores.
La Sra. Wang, ingeniera geóloga, fue detenida el 31 de marzo de 2020 por hablar con la gente sobre Falun Gong. Tras un año de detención, fue condenada a cuatro años a principios de mayo de 2021.
Tras ingresar en la Prisión de Mujeres de Heilongjiang en junio de 2021, fue recluida en el pabellón de entrenamiento intensivo durante siete meses. Los guardias seleccionaron a reclusas despiadadas para torturar a practicantes como ella con el fin de lograr una alta tasa de transformación.
Para presionar a la Sra. Wang para que renunciara a su fe, la prisión no le permitió llamar o reunirse con su familia. Según un informante, Wang Fengchun, la reclusa encargada de torturar a la Sra. Wang, introdujo una vez un trapo en la boca de la Sra. Wang y lo sacó de repente con fuerza. Le arrancó los dos dientes delanteros y le hizo sangrar la boca profusamente.
Los guardias nunca informaron a la familia de la Sra. Wang de su lesión, ni le proporcionaron tratamiento. Ahora tiene problemas para comer y está muy débil. Como la prisión no proporcionó información sobre su cuenta de efectivo, su familia no pudo hacer depósitos para que ella comprara nada en la prisión. Se informa que actualmente está recluida en aislamiento en el pabellón número nueve. Su familia no deja de llamar a la prisión para informarse sobre su situación, pero los guardias se niegan a responder las llamadas.
La familia de la Sra. Wang presentó recientemente una denuncia contra Yi Jianmin, jefe de la Oficina de Administración de Prisiones de Mujeres de la provincia de Heilongjiang, exigiendo que las autoridades responsabilicen a los guardias y a las reclusas implicados en la tortura de la Sra. Wang, que publiquen las imágenes de vídeo de vigilancia de la Sra. Wang desde que fue encarcelada en junio de 2021, y que investiguen los abusos cometidos contra los practicantes de Falun Gong en la prisión.
La familia de la Sra. Wang también exigió a la prisión que le proporcionara una evaluación y un tratamiento para sus lesiones, y que les permitiera reunirse con ella, llamarla y hacer depósitos para ella.
Persecución en el pasado
La Sra. Wang tuvo bultos en ambos lados del pecho en 1995, que siguieron aumentando de tamaño y dureza y le causaron mucho dolor. El médico le sugirió que se sometiera a una doble mastectomía.
Habiendo sido testigo de la milagrosa recuperación de la salud de su marido después de que este comenzara a practicar Falun Gong, la señora Wang decidió aprender también la práctica. Poco después, los bultos desaparecieron y ya no fue necesaria la cirugía.
Viviendo según los principios de Falun Gong de "Verdad-Benevolencia-Tolerancia", hizo todo lo que pudo para ayudar a los demás. En una ocasión, su padre le regaló dos colecciones de sellos preciosos por valor de más de medio millón de yuanes (unos USD 70.000), lo que bastaba para comprar hasta diez casas en la región en aquella época. Su marido le encargó entonces a uno de sus compañeros de trabajo que tasara los sellos, pero el compañero dijo que "había perdido" las colecciones. Aunque la Sra. Wang y su marido sospechaban que el compañero de trabajo había robado las colecciones, decidieron dejarlo pasar, sabiendo que la mujer del compañero estaba gravemente enferma en ese momento y los tratamientos eran caros. Si no hubiera practicado Falun Gong, habría denunciado al compañero de trabajo.
Tras el inicio de la persecución, la Sra. Wang fue detenida el 22 de octubre de 2003 y condenada a once años de prisión, cinco meses después.
En la prisión de mujeres de Heilongjiang, una vez la obligaron a trabajar en una sala con dos grandes máquinas que funcionaban a una temperatura de hasta 180°C (400°F). Los guardias también la obligaron a sentarse en un pequeño taburete durante largas horas cada día y la sometieron a constantes golpes y abusos verbales.
Durante el tiempo que estuvo encarcelada, su marido también cumplía una condena de 15 años por practicar Falun Gong. Su hija adolescente debió luchar por crecer sola. Tras ser admitida en la Cambridge School of Visual & Performing Arts en 2010 para estudiar diseño de moda, se trasladó al Reino Unido y no ha podido volver a China desde entonces. Cuando la pareja solicitó los pasaportes para poder viajar al Reino Unido a visitar a su hija en 2016, la policía los rechazó, diciendo que no hay manera de que jamás obtengan sus pasaportes.
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