(Minghui.org) Saludos compañeros practicantes. Me gustaría compartir con ustedes el proceso relacionado con uno de los mayores desafíos que enfrenté este año mientras promovía Shen Yun.
Me fui de casa para promover Shen Yun en la ciudad de Palermo, en el sur de Italia, por primera vez. Justo en ese momento, mi madre empezó a sufrir un intenso e insoportable dolor generalizado. Esto ocurrió a finales de octubre de 2021. Mi madre también se había sentido mal durante la promoción de Shen Yun anteriormente.
La primera vez fue en 2018, cuando la encontré en casa en un estado confuso. Resultó que tenía un meningioma cerebral que necesitaba ser operado inmediatamente. Esto hizo que mi participación en las actividades de promoción de Shen Yun se viera muy afectada por el proceso postoperatorio de mi madre, que fue largo y complejo.
Reflexioné sobre lo que había sucedido durante los meses siguientes. Me di cuenta de que mi preocupación por su salud había provocado que su enfermedad se materializara en un estado patológico grave. A mi entender, las viejas fuerzas utilizan ahora todo lo que pueden para hacer que nuestros corazones sean inestables y así obstaculizarnos en el proceso de salvar a los seres conscientes. Si nuestros corazones flaquean, se pueden crear situaciones muy limitantes a nuestro alrededor.
Al año siguiente, en 2019, mi madre tuvo un ataque al corazón durante la promoción de Shen Yun e inmediatamente me puse en alerta. La acompañé a la sala de urgencias del hospital y durante toda la noche envié pensamientos rectos para limpiar mi estado y eliminar cualquier preocupación. Al día siguiente, mi madre fue dada de alta con un tratamiento y con una cita para someterse a una desfibrilación en un mes. No lo hizo porque su corazón volvió a sus parámetros normales, y yo seguí promoviendo Shen Yun.
Así, cuando mi madre empezó a sentirse mal de nuevo en octubre de 2021, gracias a mis experiencias anteriores, no me preocupé y nunca se me ocurrió volver a casa desde Palermo, aunque la llamaba a menudo.
Volví a casa para las vacaciones de Navidad después de dos meses en Palermo. Había seguido una extensa terapia y solo experimentaba ligeros dolores y seguía siendo completamente autosuficiente. El primer diagnóstico fue que había sufrido una miocarditis causada por la tercera dosis de la vacuna.
Hablé con mi hermano y mi hermana y supe que estaban muy descontentos con mi comportamiento. Desde su punto de vista, yo era egoísta e insensible, e incluso decían que la práctica que hacía no era buena, ya que por seguirla abandonaba a los miembros de mi familia que tenían dificultades.
Extrañamente, sus palabras no me conmovieron como lo hubieran hecho en el pasado. Por primera vez pude decirles con calma que lamentaba que tuvieran esa percepción, pero lo que decían en realidad no era lo que tenía dentro de mi corazón. Les expliqué que no tenía ningún sentimiento de abandonarlos dentro de mí y que, por el contrario, todas las personas que quería estaban incluidas en lo que estaba haciendo en Palermo.
Les volví a aclarar la verdad y les expliqué que Shen Yun, al advertir a la gente sobre el peligro que representa el malvado Partido Comunista Chino, ayuda en realidad a evitar tragedias inminentes para toda la humanidad, tragedias que, en primer lugar, quisiera que evitaran los más cercanos a mí.
En aquella ocasión, regalé entradas para Shen Yun a mi hermano y su familia, que las aceptaron de buen grado.
Volví a salir hacia Palermo a mediados de enero mientras la situación era estable y el ambiente con mi familia era relajado, pero cuando volví a casa a mediados de abril la situación había vuelto a empeorar. El dolor extremo de mi madre había resurgido con más fuerza que antes.
Mi madre acudió a urgencias tres veces en una semana y fue necesario realizar tratamientos masivos de control del dolor a base de morfina. Durante estas nuevas hospitalizaciones, empezó a surgir la hipótesis de un cáncer de sangre o de huesos en fase terminal. El estado de mi madre empeoró visiblemente hasta que quedó completamente dependiente de los demás.
Fue muy pesado cuidar de ella durante los pocos días que tuve que quedarme en casa después de las semanas que había estado en Palermo tras las promociones de Shen Yun. Y se acercaba el momento en que debía partir hacia Palermo para la última y más delicada fase de la promoción de Shen Yun.
Dos días antes de partir, mi madre puso en riesgo su vida con una sobredosis de morfina. La encontré en su cama casi sin conciencia, en un estado físico desastroso. Mi padre no se había dado cuenta de nada y pensaba que por fin dormía plácidamente sin dolor.
La llevé rápidamente a urgencias y al día siguiente, después de traerla a casa, fue difícil reprimir los sentimientos después de verla tan débil e indefensa en una silla de ruedas, ahora completamente dependiente de los demás.
Sin embargo, estaba decidida a no dejarme influir por estos sentimientos y partir hacia Palermo. No podía traicionar la confianza que los seres conscientes habían depositado en mí y, de alguna manera, estaba segura de que esto también era bueno para mi madre.
Hablé con ella mientras estaba en la cama y traté de hacerlo de una manera que pudiera entender. Le dije que me iría al día siguiente a Palermo, pero que no la abandonaría. Habíamos arreglado todo, y una mujer que vendría a casa para limpiar y ayudar en lo que fuera necesario. Como mi madre es muy católica, le dije que para mí seguir la promoción de Shen Yun era lo más sagrado, como ir a rezar a un monasterio y que mis oraciones incluían a todas las personas que quería, y que la llevaría conmigo, en mi corazón.
Le hablé con una dulzura de la que nunca había sido capaz, ya que la nuestra siempre había sido una relación muy conflictiva. Ella no me respondió. La besé y me fui.
Al día siguiente tenía que tomar un tren y luego un vuelo a Palermo. Media hora antes, mi inquilina, que vive en el piso de arriba y que también es mi amiga, bajó llorando. Estaba embarazada de cuatro meses, había vomitado y tenía fuertes contracciones. Estaba aterrorizada de perder a su bebé y no sabía qué hacer.
Todavía tenía que preparar unas últimas cosas y mi esposo la tranquilizó. Le dio el número de una ginecóloga. La doctora le dijo que esperara hasta la mañana siguiente, cuando podría ir a visitarla en un hospital cercano. Pude estar con mi amiga solo unos minutos. Le dije que se quedara en la cama e intentara no preocuparse, al día siguiente visitaría a la doctora. Le hice beber algo caliente. Y luego le dije que tenía que irme y que la llamaría desde Palermo.
Mi esposo me acompañó a la estación de tren y volvió a reñirme. Me dijo que no era una buena persona si abandonaba así a esas personas en dificultades. Esta vez sus palabras me conmovieron. Y a pesar de haber regresado a Palermo y que seguía pensando qué era lo correcto, había una voz en mi cabeza que me decía "hablamos de salvar a los seres conscientes y no intento salvar a las personas que están cerca de mí y que se encuentran en situaciones de dificultad evidente e incluso de peligro de muerte. Eso no es bueno".
Intenté profundizar en este tema y vi que las palabras de mi esposo me habían tocado porque tenía un gran apego a mi reputación, a lo que los demás pensaran de mí.
En ese momento, pensé en las palabras del Maestro:
"Si quieres volver al origen y retornar a la verdad y elevarte con el xiulian, tienes que actuar según este criterio. Siendo un humano, solo al poder conformarse a Zhen-Shan-Ren, esta característica del universo, entonces se es una persona buena; aquellos que actúan dándole la espalda y apartándose de esta característica son personas realmente malas. En el lugar de trabajo o en la sociedad, algunos pueden decir que tú eres malo, pero no necesariamente eres realmente malo; algunos dicen que tú eres bueno, pero no necesariamente eres realmente bueno. Siendo un cultivador, al asimilarte a esta característica eres entonces una persona que ha obtenido el Dao; es un principio así de simple" (Primera Lección, Zhuan Falun).
"La dificultad está en sufrir pérdidas consciente y claramente en medio de las ganancias y los beneficios de la gente común, si se mueve o no tu corazón ante los beneficios personales, si se mueve o no tu corazón en las intrigas y contiendas entre unos y otros, si se mueve o no tu corazón cuando tus parientes y amigos encuentran sufrimientos, y cómo evalúas todo eso. ¡Ser una persona que refina gong es justamente así de difícil! Alguien me dijo: «Maestro, con ser una buena persona entre la gente común ya está bien, ¿quién puede cultivarse hacia arriba?». Al escucharlo, ¡realmente se me rompió el corazón! No le dije nada. Hay cualquier tipo de xinxing, y cuan alto él pueda iluminarse, así de alto se iluminará; quien se ilumina es quien obtiene" (Octava Lección, Zhuan Falun).
Finalmente, tuve la clara visión de que todo no era más que una prueba para mí, puesta ahí por las viejas fuerzas para ver si mi corazón acababa flaqueando y así podían hacerme caer. Volví a sentir que lo que estamos haciendo como discípulos del período de la rectificación del Fa es lo más sagrado y que todo está incluido en él, la renovación de todo el firmamento. ¿Cómo podría el Maestro no haber incluido a todas las personas que ha dispuesto para que estén cerca de nosotros en este momento? Mi comprensión era que tener confianza significa seguir el camino del Maestro, no tener miedo del camino de las viejas fuerzas, pero solo somos capaces de no tener miedo cuando hemos renunciado a nuestros apegos.
Y reflexionando, eran las personas cercanas a mí las que debía salvar ese año, mi esposo y la familia de mi hermano, a los que había dado las entradas, los que me causaban más problemas y cuyo juicio me preocupaba más.
Con este entendimiento, pude desprenderme de ese apego y seguí adelante con la promoción de Shen Yun sin preocuparme por mi casa, aunque de todos modos llamaba todos los días.
Al cabo de unas semanas, mi hermano me llamó por teléfono para decirme que, desgraciadamente, nuestra madre tenía cáncer, tal como pensaban los médicos. Habían encontrado una gran masa negra en su columna vertebral y era inevitablemente cáncer, según el médico. Ya habían hablado con un oncólogo y lo primero que había que hacer era una biopsia y luego otras pruebas.
No me lo creía. Lo había dejado todo. ¿Cómo era posible que nuestra madre tuviera cáncer? Le dije a mi hermano que esperara antes de sacar conclusiones.
Lo mismo le dije a mi madre y en las semanas siguientes le dije que tuviera confianza, que las cosas podían no ser lo que parecían, que era mejor no pensar demasiado en el cáncer y que tal vez no era tan grave.
Después que los médicos tuvieron la certeza de que mi madre tenía cáncer, los exámenes posteriores, uno tras otro, empezaron a dar resultados negativos. La masa negra al final resultó ser una fuerte inflamación, probablemente causada por los desequilibrios de la tercera dosis de la vacuna.
En las semanas siguientes, mi madre empezó a recuperar su peso y su autosuficiencia y volvió a ser capaz de gestionar plenamente su vida, aunque seguía tomando fuertes analgésicos.
Todo esto fue para mí un verdadero milagro de Dafa. Lo que fue aún más milagroso para mí es que mi madre dejó de atacarme y ahora me trata con una gentileza que nunca tuvo antes. Lo mismo ocurrió con mi esposo y mi hermano.
He compartido esta experiencia con ustedes porque creo que será útil para los demás practicantes, ya que a menudo nos enfrentamos a este tipo de situaciones durante la cultivación y especialmente durante la promoción de Shen Yun. Si hay cosas que son inapropiadas o que no están en línea con el Fa, por favor háganmelo saber. Gracias por escuchar pacientemente.
(Presentado en el Fahui de Europa de 2022)