(Minghui.org) Desde que se desató la pandemia del coronavirus en diciembre de 2019, casi todos los que viven en China continental se han convertido en víctimas de la tragedia en algún grado. Lo peor no es la pandemia en sí, sino las numerosas mentiras fabricadas por el Partido Comunista Chino (PCCh) en su intento por mantenerse en el poder.
El PCCh gobierna China con mentiras y brutalidad desde que tomó el poder en 1949. Su serie de actuaciones durante la pandemia, como se explica a continuación, no solo confirman la naturaleza malvada del PCCh, sino que también ilustran cómo el régimen utiliza la pandemia como excusa para llevar su censura y vigilancia a un nuevo nivel.
Encierros y reaperturas forzados
A finales de enero de 2020, el PCCh anunció que cerraría ciudades y pueblos sin previo aviso. Mi región fue cerrada el 28 de enero, mientras que las ciudades vecinas fueron cerradas entre el 25 de enero y el 1 de febrero. En el campo, el cierre se anunció por megáfono; en las zonas urbanas se cerraron las puertas de entrada a las comunidades y se colocaron avisos por todas partes prohibiendo la salida de los residentes. Esto demuestra la rapidez y amplitud con la que el PCCh pudo controlar a la gente.
En algunas zonas, todas las entradas a los edificios residenciales eran vigiladas. De repente, todo el mundo se convirtió en un potencial portador del virus y nadie hablaba con los demás. Las fábricas y las empresas cerraron, y solo los funcionarios del PCCh podían circular.
Al principio, la gente todavía tenía algo de comida almacenada, gracias al Año Nuevo Chino (que tuvo lugar el 25 de enero). Al cabo de un tiempo, los alimentos se agotaron y la gente tuvo que salir a comprar. Pero era difícil con las medidas de encierro. Sin más opciones, algunos llamaron a la línea de atención de la localidad. En algunos lugares se tomaron algunas medidas de ayuda, mientras que en otras zonas no se hizo nada. Para controlar aún más a la gente, los funcionarios seleccionaron a algunas personas de las comunidades y ordenaron a la policía que las detuviera. Estas personas fueron detenidas por "obstaculizar la seguridad pública" o "alterar el orden público". Estas noticias se difundieron rápidamente por todas partes para advertir a cualquiera que se atreviera a desafiar el statu quo.
Después de un tiempo, el PCCh descubrió que las cosas no funcionaban si todo el mundo se quedaba en casa porque no había ingresos fiscales cuando nadie trabajaba. El PCCh dio entonces un giro de 180 grados, ordenando la reapertura de todas las fábricas. Del cierre militarizado a la orden de reapertura solo hubo un mes de intervalo de tiempo, aunque en algunas zonas se tardó más en reanudar el trabajo. Las ambulancias circulaban por las calles todo el tiempo, pero las noticias seguían diciendo que la enfermedad había sido controlada mientras se ocultaba el número real de muertos y de contagios. Desde obligar a la gente a quedarse en casa hasta obligar a la gente a salir a trabajar, está claro que al PCCh solo le importaba controlar a la gente y recaudar dinero. Después de todo, si nadie trabaja, la situación financiera por sí sola aplastaría el sistema del PCCh. Pero poca gente pudo ver esto.
Encubrimiento de casos y testeos obligatorios
De hecho, en la provincia de Shandong, donde vivo, la pandemia de coronavirus nunca desapareció y la gente seguía hablando de nuevos casos. Pero no se informaba de ellos en las noticias ni en las redes sociales debido a la censura. Para garantizar la reapertura de los centros de trabajo y las escuelas, el PCCh encubrió aún más los casos mientras se justificaba de sus "logros" en la "derrota del virus".
Para apaciguar a la gente y desviar la atención de su incompetencia, el PCCh lanzó testeos obligatorios de ácido nucleico para todos los ciudadanos, durante el día e incluso por la noche. Comenzó promoviendo los beneficios de dichas pruebas, y luego hizo correr el rumor de que quien no se sometiera a ellas no podría trabajar, ni salir.
La llamada prueba del ácido nucleico no era más que un formato de campaña política destinada a engañar a la gente. No solo no logró el objetivo de detectar el virus, sino que permitió al PCCh recopilar más información personal sobre los ciudadanos. Durante este proceso, todos fueron tratados como peones para que el PCCh lograra sus objetivos. Cualquiera que tuviera una opinión diferente era tratado como enemigo del estado y acosado por la policía, por los comités locales y por otros organismos de la comunidad.
Vacunación masiva
Desde principios de 2021, el PCCh promovió la vacunación. Hay muchos casos de muertes y efectos secundarios derivados de las vacunas en todo el país, pero está estrictamente prohibido mencionar estos temas. Casi todo el mundo está bajo la estricta vigilancia del PCCh, que incluye todos los niveles de gobierno, desde el provincial, ciudad, distrito, calle, hasta el administrador de edificios de las localidades (o comunidades), como también la policía y otros organismos.
Tomemos como ejemplo el llamado sistema de autogestión de los habitantes del pueblo. Se trata esencialmente de una red integral de varios niveles que controla a todo el mundo. El sistema incluye la fecha de nacimiento de cada persona, su dirección, la información de su empleador, los miembros de su familia, etc. Cada edificio de apartamentos tiene un administrador de edificios, mientras que los bungalows tienen un líder de grupo. Casi todos estos administradores o líderes son los que siguen de forma voluntaria al PCCh por algo de dinero fácil. Afirmando estar "al servicio del pueblo", el régimen utiliza un sistema tan completo para controlar a la gente mediante la vigilancia y el castigo.
La vacunación parece haberse convertido en la principal prioridad del PCCh en la actualidad. Hay carteles y otros tipos de propaganda sobre la vacunación en todas partes. Cuando la gente se cruzaba en la calle, antes preguntaba: "¿Cómo estás?" o "¿Ya has comido?". Ahora suelen preguntar: "¿Estás vacunado?".
Muchos empresarios prohíben a sus empleados presentarse a trabajar sin estar vacunados. Las personas no vacunadas también se enfrentan a otros obstáculos, ya que se les prohíbe volver a su complejo de apartamentos, ir a la escuela o incluso buscar atención médica en el hospital. Uno no puede evitar preguntarse, ¿es así como el PCCh "sirve al pueblo"? El PCCh afirma que la vacunación es voluntaria, pero utiliza su omnipresente sistema de control para imponer la vacunación.
De hecho, la mayoría de los nuevos infectados durante el reciente brote en la ciudad de Nanjing, provincia de Jiangsu, habían sido vacunados. Sin embargo, el PCCh ignoró los casos de avance y continuó impulsando las vacunas. Los funcionarios acosaban a la gente de puerta en puerta e impidieron que los no vacunados salieran a la calle. Este es el estilo del PCCh de "servir al pueblo".
La realidad detrás de la vacuna
El PCCh sabe que la vacuna no puede prevenir la infección, pero la impone de todos modos como una forma de controlar a la gente y tratar a los ciudadanos como conejillos de indias.
Además, enfrentar a un grupo de personas contra otro es una táctica que el PCCh utiliza desde que tomó el poder hace décadas. En el tema de la vacuna, el PCCh instigó a los vacunados a atacar a los no vacunados. Cuando aparecieron todo tipo de efectos secundarios, algunos de los vacunados dejaron de discriminar a los no vacunados, pero algunos vacunados siguieron al PCCh para acusar a los no vacunados de ser egoístas y no preocuparse por la salud pública.
El cambio constante de las mentiras
Al principio, el régimen chino movilizó a todos los medios de comunicación para exagerar el número de casos de infección en otros países y para invalidar la eficacia de las vacunas desarrolladas por otros países. Al mismo tiempo, alardeaba que sus vacunas eran superiores a las de todo el mundo. Después que se observaron efectos secundarios por las vacunas chinas en todas las regiones, el PCCh censuró la información con represión y mentiras. Cuando surgieron más y más casos de brotes en la población vacunada, la narrativa del PCCh se convirtió en "la vacunación reducirá la gravedad de la infección". Cuando aparecieron más y más casos graves de avance, la narrativa cambió a "la vacunación reducirá las muertes".
Tras el aumento de los casos en Nanjing, las autoridades intensificaron aún más la vacunación en la región.
Después de vacunarse, muchas personas han experimentado falta de claridad de pensamiento e irritabilidad. También hay todo tipo de problemas físicos que van desde dolor de brazos, dolor de cabeza, sarpullido rojo, hasta la muerte. Pero los medios de comunicación del PCCh no informaron sobre esto. En su lugar, movilizaron a las comunidades, a las escuelas y a los empleadores para limitar la información, amenazando y castigando a la gente para evitar cualquier filtración de información.
Resumen
Basándonos en la historia del PCCh, es justo decir que el PCCh es un demonio, que usa todo tipo de narrativas para su propia supervivencia y para controlar a la gente, lo que hace es llevar a la gente a un camino sin retorno.
La pandemia en curso es también una oportunidad para que la gente, tanto dentro como fuera de China, reconsidere nuestra relación con el PCCh. Actualmente existe una política en el sistema judicial de China que establece que los funcionarios de los tribunales son responsables de todos los casos que manejaron durante los últimos 20 años. Sin embargo, esto no es más que un medio para que el PCCh depure a quienes ya no considera útiles. Durante numerosas campañas políticas, incluida la Revolución Cultural, el PCCh siempre castigó a algunos funcionarios como chivos expiatorios para calmar la ira de la población. Al mismo tiempo, encubría al partido mostrando su "inocencia", ganándose la confianza de los ciudadanos siendo "justos" para defender los intereses del pueblo.
La persecución a Falun Dafa lleva 22 años y los practicantes fueron arrestados, torturados o asesinados por sus órganos simplemente por su creencia en Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Desgraciadamente, la represión alcanzó un nuevo nivel, como hemos visto en la última campaña de "reducción a cero": cuyo objetivo es obligar a todos los practicantes de la lista negra del gobierno a renunciar a su fe. Mientras tanto, la experiencia que el PCCh acumuló a lo largo de la persecución a Falun Dafa también hizo que aplicara el mismo método para controlar a la gente y para encubrir información sobre la pandemia. En medio de este caos y drama, espero que más personas despierten a la realidad, rechacen al PCCh y encuentren un camino hacia un mejor mañana con libertad y seguridad en ausencia del PCCh.
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