(Minghui.org) Comencé a cultivar Falun Dafa con mi madre en 1995. Durante los últimos 20 años, he experimentado muchos ires y venires, pero nunca me rendí.
Superar las tribulaciones
Todavía estaba en la escuela primaria cuando obtuve el Fa. A primera hora de la mañana, solía seguir a mi madre al sitio de práctica. Me ponía a su lado mientras hacía los ejercicios. Observaba y copiaba los movimientos. Si veía a alguien con un movimiento incorrecto, se lo decía a mi madre con la esperanza de que lo corrigiera.
Como a mí me resultaba bastante fácil hacer la posición de cruzado doble de piernas para el ejercicio de meditación sentada, tenía curiosidad por saber por qué mi madre siempre tenía problemas para hacerlo. Solo era capaz de meditar con una pierna cruzada, y esa pierna estaba siempre muy elevada.
El ejercicio de meditación de pie llamado “Estaca parada” era más bien un reto para mí. Siempre estuve preocupada por eso. Tenía muchos apegos y me resultaba demasiado agotador para perseverar. En lugar de admitir que quería buscar comodidad y abandonarlo, corría al baño durante la meditación de pie, alegando que me dolía el estómago.
Me di cuenta de la importancia de hacer “Estaca parada” durante una hora cuando se lanzó la nueva versión de la música del ejercicio en 2018. También reforcé mi entendimiento rectamente sobre la práctica de los ejercicios después de leer el libro “Da Yuanman Fa (Vía de la Gran Perfección)”. Hice un gran avance y ya no tenía "miedo" de la meditación de pie, por lo que se me hizo mucho más fácil.
No tener miedo a las dificultades, al cansancio ni a la suciedad
Cuando estaba en sexto grado, me asignaron como monitora de saneamiento del pasillo. A nadie le gustaba esta tarea en nuestra escuela porque había que limpiar el recipiente para los mocos y escupitajos. La gente escupía en esa palangana y estaba muy sucia. Mis compañeros solo la enjuagaban, pero no la limpiaban a fondo. Como resultado, la parte superior estaba muy mohosa.
Llegaba a la escuela muy temprano y la limpiaba a conciencia. Tenía las manos congeladas porque utilizaba agua fría. La suciedad, el cansancio y las dificultades no me molestaban en absoluto. Trabajé en la palangana hasta que estuvo limpia.
Un día, un compañero de clase puso todo su empeño en sacar mucha saliva y mucosidad. La escupió en el borde de la palangana a propósito y me sonrió. No me molestó. Solo me preguntaba por qué haría algo así.
En la escuela primaria me acosaban constantemente, pero nunca me lo tomé a pecho. Me preocupaba más por los demás que por mí. La gente me llamaba tonta, pero no me importaba. Dafa me dio la fuerza y el valor que necesitaba.
Negándome a afiliarme al partido comunista
Cuando comenzó la persecución en 1999, yo estaba en la escuela secundaria. Durante mi segundo año, los otros alumnos se unieron a las organizaciones juveniles del Partido Comunista Chino (PCCh). Cuando me negué a afiliarme, mi profesor me preguntó por qué. Simplemente dije que no quería hacerlo. En el instituto, los profesores me instaron de nuevo a unirme a la organización juvenil. Sonreí y me negué cortésmente, así que mis profesores finalmente dejaron de pedírmelo.
Durante los años de secundaria, casi todos los parientes de mi familia me dijeron: "Si no dejas Falun Gong, no te aceptarán en la universidad". Mi padre, que no practica, también trató de persuadirme para que dejara la cultivación antes de presentar el examen nacional de ingreso a la Universidad. Dejó de hacerlo cuando vio que me mantenía firme en mis creencias.
Me gradué en la universidad con éxito, y mi padre se benefició bastante con Dafa, ya que mi madre y yo somos cultivadoras. Durante casi 20 años, no he tomado ningún medicamento. Cuando mi madre fue detenida ilegalmente, mi padre y mi tía, que es médica, me obligaron a tomar un medicamento al verme toser durante varios días. Esa fue la primera vez que tomé medicamentos.
Mi padre era muy consciente de la débil condición física de mi madre antes de la cultivación y de cómo su salud mejoró con la práctica, por lo que no estaba en contra de que cultiváramos Falun Dafa. A veces aclaraba la verdad a nuestros parientes, y explicaba cómo mi madre nunca tomó ninguna medicina durante sus 20 años de cultivación. Todos mis parientes tenían dudas, pero mi padre lo constataba todo.
Cuando estaba en la escuela secundaria, los cibercafés se hicieron muy populares. Mi padre no tenía mucha educación, por lo que le parecía muy bien ir a los cibercafés. Era muy frugal y, una vez que ahorró suficiente dinero, insistió en que lo utilizara para ir a los cibercafés. Me escandalicé y le dije que no iría porque el aire estaba contaminado por los cigarrillos y la gente apostaba constantemente. No era un buen lugar para estar.
Tribulación de vida y muerte
En la escuela secundaria, mis compañeros decían que me divertía con mucha facilidad. Me veían siempre sonriendo. En realidad, nunca dejaba que nada me molestara. Mi mente imaginaba todo tipo de cosas felices y simples.
No me importaban las penurias, el cansancio ni las tareas sucias que tenía que soportar en la escuela. Una vez cambié voluntariamente de litera con una compañera de clase porque ella no podía soportar el mal olor que salía del baño.
Durante un año en la universidad, mi ánimo estaba decaído y me encontraba al borde de un colapso emocional. ¿Por qué ocurrió eso? No ocurría nada importante, solo eran pequeñas cosas que me molestaban. Sin embargo, mis pensamientos me hacían sentir miserable. No me di cuenta de que era el ye de pensamiento.
Intenté hablar con mi madre y esperé que pudiera ayudarme. Sin embargo, ella no parecía comprenderme y no sabía cómo me sentía realmente. Quería que la gente me entendiera y me apreciara. Mis pensamientos negativos se hacían cada vez más fuertes, y eso me hacía ser muy fría y distante.
Una noche tuve problemas para conciliar el sueño. Me dolía mucho la cabeza y no quería vivir. En cuanto me surgió ese pensamiento, me di cuenta: "¡No! Soy discípula del Maestro Li, ¡esto no es lo que quiero!". Pero seguía sintiéndome impotente, y estaba a punto de sufrir un colapso en cualquier momento. Miré fijamente al cielo y pensé: "Estoy dispuesta a renunciar a todo lo que tengo y a ponerme completamente en manos de Shifu. Haré lo que diga el Maestro". Después de tener ese pensamiento, se eliminaron muchas sustancias malas y me sentí muy ligera. Supe que Él eliminó mi ye de pensamiento al ver que era muy sincera. Más tarde en la cultivación, descubrí que lo que sentía era una forma de envidia. Aunque estudiaba el Fa todos los días, muchos pensamientos ordinarios todavía existían en mi mente, y me estaban impidiendo la iluminación al Fa.
Siguiendo el principio "Sin pérdida, no hay ganancia"
Después de graduarme de la universidad y empezar a trabajar, tuve más tiempo para asistir al estudio grupal del Fa. Como resultado, muchos problemas de la vida diaria se resolvieron compartiendo con los compañeros practicantes. Tuve una comprensión más profunda de xiulian: "cultivación" y "práctica". Si me distraía al estudiar el Fa, volvía al camino inmediatamente y eliminaba esos pensamientos.
Nunca hubo un momento en que no siguiera los principios de Dafa. Como trataba con dinero en mi lugar de trabajo, nunca tomaba nada que no fuera mío. Al contrario, pasaba más tiempo dando que tomando. El Maestro dijo:
“Dentro de este universo hay un principio que se llama: el que no pierde no gana, el que gana tiene que perder" (Cuarta Lección,Zhuan Falun).
La gente común está apegada a los teléfonos celulares, pero yo rara vez los uso. Para estar menos expuesta a los teléfonos móviles, me compré uno que no se conectaba a Internet y un smartphone que no tenía tarjeta SIM. Cuando el sitio web de Minghui publicó un artículo sobre no usar aplicaciones como WeChat, lo acaté y ayudé a que más gente común entendiera los perjuicios del uso de los móviles. Les dije que estos equipos son como "ladrones que te roban el tiempo". Cuando era necesario, utilizaba el teléfono para reuniones importantes o por motivos de trabajo para que mis compañeros no me vieran como una persona anormal.
La sociedad actual es muy complicada. Para los adultos jóvenes, cosas como la cohabitación, quedar embarazada antes del matrimonio y romper promesas se consideran la nueva "normalidad". Soy capaz de distinguir lo bueno de lo malo y de corregirme constantemente en mi camino de cultivación.
Enfoque y concentración en el estudio del Fa
Hace un par de meses, recibí una versión de Zhuan Falun de tapa dura. Al verlo, me emocioné mucho porque era la primera vez que tenía una versión de esta. Había algunos caracteres chinos que necesitaban ser corregidos. Sin embargo, me sentí preocupada porque el libro parecía muy grueso. ¿Cuántas páginas podría corregir en un día? ¿Afectaría a mi estudio del Fa?
Se trataba de una tarea divina y, sin embargo, mi mente estaba llena de pensamientos negativos. Detuve estos pensamientos inmediatamente y comencé la tarea. Cuando se corrigen los caracteres, hay que estar centrado, enfocado y ser paciente. Por muy ocupada que estuviera, avanzaría al menos 10 páginas al día. Tardé más de un mes en corregir todos los caracteres.
Compartí mis experiencias en la corrección de los caracteres con otros practicantes y adquirí más conocimientos sobre el significado de una "cultivación sólida".
Usar las habilidades sobrenaturales para detener el mal
Mi ojo celestial no está abierto, pero puedo percibir cosas. Hace unos años, cuando los practicantes estaban dando a conocer la persecución mediante la distribución de DVDs, mi madre y yo íbamos de camino a casa. Mi hermana empezó a gritar y a maldecir a mi madre porque habíamos salido a distribuir DVDs. Al ver esto, me concentré en mis pensamientos y dije en mi mente: “…paren inmediatamente de ser usados por los demonios cuando están hablando" (Purgándose de la naturaleza demoníaca, Escrituras Esenciales para mayor avance).
Casi instantáneamente, mi hermana paró y se quedó callada. Mi rectitud y determinación de pensamiento que nadie conocía, ni siquiera mi madre, surtieron efecto. Me sorprendió el efecto, y comprendí que los practicantes de Dafa tenemos capacidades sobrenaturales.
Debido a mis apegos y sentimentalismo, no he alcanzado el nivel de otros practicantes que siempre persisten en aclarar la verdad. Siento remordimiento. En el tiempo que queda, elevaré mi xinxing y seré estricta conmigo, miraré hacia adentro, cumpliré con los requisitos del Maestro y haré bien las tres cosas. Caminaré bien este camino de cultivación, y seré digna de ser llamada "practicante de Dafa".
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