(Minghui.org) ¡Saludos, Maestro! ¡Saludos, compañeros practicantes!
Como practicante que comenzó a practicar Falun Dafa en 1998, me gustaría compartir mi experiencia de cultivación de los últimos tres años desde que llegué a Nueva Zelanda desde China.
Cultivar sólidamente en un nuevo ambiente
Cuando llegué por primera vez a Christchurch, Nueva Zelanda, hace tres años, solo pensaba quedarme tres meses. Cuando pasé por la aduana china, la policía me detuvo ilegalmente en un pequeño cuarto oscuro sin ninguna razón. Me liberaron después de verificar algunos datos personales con el departamento de policía local. Era la segunda vez que me detenían en la aduana porque estoy en la lista negra del partido comunista chino (PCCh) como practicante de Falun Dafa.
Mi hijo no quería que volviera a China por miedo a que me persiguieran. Yo no estaba de acuerdo. Quería volver a China y cumplir mi misión de salvar a la gente allí. Después de una profunda discusión con mi familia, finalmente acepté quedarme en Nueva Zelanda. Pronto encontré el lugar de práctica local y me uní al grupo de estudio del Fa local.
Terminar mi proyecto
Quería participar inmediatamente en las actividades locales de aclaración de la verdad. Sin embargo, no había terminado un proyecto en el que estaba trabajando antes de llegar a Nueva Zelanda. Cuando estaba en China, me encargaba de recopilar estadísticas e informes de los casos de persecución locales. Ya había recopilado muchos datos crudos. Guardé los mismos en un disco encriptado y me los traje conmigo.
Dudaba si debía continuar y completar este proyecto. Si trabajaba en este proyecto que requería mucho tiempo, no tendría tiempo para participar en las actividades locales. Como recién llegada, me preocupaba que los practicantes locales pensaran mal de mí. Quería pedir a los practicantes de China que se hicieran cargo, pero no pude encontrar a nadie.
El Maestro dijo:
“No importa qué proyecto sea, con cualquier asunto, si no quieres hacerlo, no lo hagas, pero si lo haces, tienes que hacerlo bien, que tenga un principio y un final. Si no, ¿cómo se va a registrar el tiempo que malgastaste en la historia? Si hay un asunto que no lograste, entonces ese asunto es un fracaso” (Enseñando el Fa en el Fahui de Nueva York 2010, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. XI).
“Ningún asunto que te toca es casualidad, es posible que cada asunto ya esté arreglado de este modo en la historia, por eso no creas que las cosas que haces tienen poca importancia, cada cosa aparenta ser algo de la gente común y sin importancia, pero en otro espacio están ocurriendo cambios tremendos” (Enseñando el Fa en el Fahui de Nueva York 2010, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. XI).
Comprendí que debía seguir los requisitos del Maestro y completar el proyecto. Entonces, ocurrió algo sorprendente.
Antes de salir de China, un compañero practicante encriptó mis computadoras portátiles y mis discos duros por motivos de seguridad. Así que solo tenía que recuperarlos con el software adecuado después de llegar a Nueva Zelanda. Sin embargo, no pude recuperar el disco duro tras muchos intentos. Cuando decidí terminar el proyecto, conecté de nuevo el disco al ordenador. Apareció en mi mente una cadena de caracteres que tecleé. El disco se recuperó. Lloré cuando vi aparecer los documentos. Una vez más, supe que debía completar este proyecto. Agradecí la compasiva guía del Maestro.
En los meses siguientes, me pasé todo el día delante de la computadora y publiqué seis informes de casi 200.000 palabras. También encontré un practicante en China que podía seguir trabajando en el proyecto.
La noche que presenté mi último informe, tuve un sueño muy vívido. En el sueño, me encontraba en un campo junto a los practicantes de Christchurch. Sabía que estaba a punto de emprender mi viaje de validación del Fa en Nueva Zelanda. Al día siguiente, me dirigí a Oamaru con algunos practicantes para distribuir materiales de aclaración de la verdad.
Mejorando en el ambiente de cultivación en grupo
Durante estos tres años en Nueva Zelanda, me di cuenta de que el entorno de cultivación grupal es esencial para los practicantes.
Cuando llegué por primera vez a Nueva Zelanda, tuve dificultades para adaptarme al nuevo entorno de vida y cultivación. Al principio, me quedé con la familia de mi hijo. Pasé varias horas cada día ocupándome de sus necesidades diarias. Después de tener algunos conflictos con mi nuera, decidí mudarme. Me sentí irritada y resentida. No podía estudiar bien el Fa, no podía hacer las cinco series de ejercicios todos los días y ni siquiera podía enviar pensamientos rectos a tiempo. A veces ni siquiera podía participar en las actividades grupales. Durante un tiempo, tuve síntomas de un "resfriado fuerte". Las articulaciones se me hinchaban y me dolían.
Alrededor del 20 de julio, los practicantes planearon celebrar un desfile en Wellington para pedir el fin de la persecución. Participé aunque no me sentía bien. Mientras sostenía la foto de un compañero de China que fue perseguido hasta la muerte y esperaba que comenzara el desfile, una señora occidental se acercó a mí y tocó suavemente la foto. Sus ojos se llenaron de lágrimas y yo también lloré.
Durante el desfile y la asamblea, mi mente y mi cuerpo se purificaron. Tuve en claro lo que significa ser un discípulo de Dafa, la responsabilidad que asumí y nuestra misión de salvar a la gente. Fui capaz de tomar la desagradable situación en casa con ligereza. Todo mi resentimiento desapareció y solo tenía un pensamiento en mi mente: Soy una Dafa dizi, debo cultivarme y estar a la altura de la salvación compasiva del Maestro, para estar a la altura de las expectativas de todos los seres conscientes y cumplir mi misión. Esa noche, cuando volví a casa desde Wellington, me sentí renovada.
Con el fin de crear un ambiente para que los practicantes mejoren juntos, la Asociación local de Falun Dafa creó sesiones en línea para el estudio del Fa, los ejercicios en grupo y el envío de pensamientos rectos. Inmediatamente me uní a ellos. Me levanté temprano para participar en los ejercicios de grupo cada mañana. Por la noche, estudiaba el Fa durante dos horas.
También participé en el estudio del Fa en grupo una vez a la semana con los practicantes australianos, lo que benefició mucho mi cultivación. Hay una diferencia horaria de dos horas entre Nueva Zelanda y Australia. A veces, el intercambio de experiencias duraba hasta después de la medianoche. Los practicantes de Australia me sugirieron que me desconectara porque era muy tarde, pero yo quería quedarme. Parecía que estaba de vuelta en el ambiente de cuando empecé a practicar hace 20 años.
Durante las sesiones de estudio de Fa, todos hablaron de sus experiencias o hicieron sugerencias para el proyecto. Algunos practicantes más jóvenes hablaron de cómo compaginaban sus trabajos, sus familias, su cultivación y sus múltiples proyectos. Me di cuenta de la distancia que me separaba de los demás practicantes.
Un practicante sugirió que todos lleváramos un diario de cómo hacíamos las tres cosas. Sugirió que lo compartiéramos en el estudio de Fa del grupo para comparar con los demás de cómo íbamos con el estudio de Fa y en la cultivación. Seguí su sugerencia y empecé a registrar cómo hacía las tres cosas cada día. Fue beneficioso para mi cultivación porque podía fácilmente ponerme al día si me descuidaba. También me di cuenta de que, en los últimos 22 años de práctica, no he cumplido plenamente con los estándares de un practicante.
Como discípulo de Dafa, debería hacer bien las tres cosas. Sin embargo, no he dedicado suficiente tiempo para estudiar el Fa, hacer los ejercicios todos los días y enviar pensamientos rectos a tiempo. Siempre dije que lo compensaría cuando tuviera tiempo, pero rara vez lo hice.
Participar en esto y ver lo diligente que son otros practicantes me ha ayudado a mantener el estado de cultivación como si acabara de empezar mi camino de cultivación.
Aclararando la verdad a los familiares
A principios de junio de 2020, los voluntarios del Centro de Servicio Global para renunciar al partido comunista chino (PCCh) lanzaron una campaña de recolección de firmas para "Poner fin al PCCh".
El Maestro dijo:
“Quizás, en la próxima etapa, cada persona en esta Tierra deberá pronto demostrar cuál es su postura sobre si quieren que exista o no el perverso partido. Cada persona deberá elegir su futuro” (Exponiendo el Fa en el Fahui Internacional del Oeste de los Estados Unidos, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. VII).
Me di cuenta de que todos tendrán que elegir su futuro. Los discípulos de Dafa tienen que seguir el proceso de la rectificación del Fa y ayudar a todas las personas a conocer la verdad para que puedan elegir su futuro.
A finales de junio, distribuimos volantes de "poner fin al PCCh" de puerta en puerta en nuestra ciudad. En menos de dos meses, cubrimos casi todas las calles de Christchurch. Era invierno y llovía constantemente. A menudo estábamos mojados de pies a cabeza, pero eso no nos impidió salvar a la gente.
Mi sentido de la misión como discípulo de Dafa me empujó a salir casi todos los días a distribuir materiales. La respuesta positiva de la gente me motivaba a continuar.
Un día me quedé parada bajo la lluvia tratando de obtener direcciones en mi teléfono móvil. Una mujer se acercó y se ofreció a ayudar. Le di las gracias, le entregué un folleto y le conté cómo el PCCh encubría la verdad sobre la pandemia y la persecución a Falun Dafa. Me dijo que estaba completamente de acuerdo.
Me dijo que era profesora en Chengdu cuando ocurrió el terremoto de Wenchuan. Sabía que el PCCh estaba mintiendo y engañando a la gente sobre el terremoto. También sabía de la persecución a Falun Dafa por parte del PCCh y de la sustracción forzada de órganos, y afirmó que el PCCh es malvado. Apreció la perseverancia de los practicantes en decir la verdad en los últimos veinte años, lo que ayudó a la gente a entender la maldad del PCCh. Me pidió una pila de folletos para sus colegas y amigos, con la esperanza de que aprendieran la verdad y se alejaran del PCCh.
Había muy pocos practicantes en la Isla Sur, así que nos tocó a nosotros en Christchurch distribuir la información en las áreas aledañas. Sin embargo, solo teníamos alrededor de una docena de practicantes aquí, y la mayoría de nosotros no sabíamos conducir un auto, por lo que fue un desafío distribuir los volantes fuera de la ciudad.
En ese momento, solo podía distribuir los materiales durante las vacaciones, ya que tenía que asistir a una escuela de idiomas.
Sabía que mientras tuviéramos el deseo de salvar a la gente, el Maestro siempre nos arreglaría un camino. Quería pedirle a mi marido que manejara el auto. Sin embargo, no sabía si estaría de acuerdo porque el viaje supondría gastar dinero en alojamiento, comida y gasolina. Llevamos una vida austera, ya que vivimos con una pensión muy baja. Para ahorrar gasolina, siempre que podemos vamos en bicicleta.
Pedí la ayuda del Maestro para fortalecer los pensamientos rectos de mi esposo y envié pensamientos rectos todos los días para despejar cualquier interferencia en su dimensión. Él aceptó la verdad gradualmente siguiendo los programas en redes sociales de comunicación dirigidos por compañeros practicantes. Además, también compartí los artículos inspiradores que leí en Minghui.com y zhengjian.org y le conté mi propia experiencia de cultivación.
Poco a poco, mencioné la posibilidad de salir de la ciudad. Le dije que prepararía comida congelada y reservaría un alojamiento barato. Le pregunté si me llevaría al destino y luego podría descansar en el coche. Aceptó inmediatamente.
Su actitud era muy diferente a la de la primera vez que vinimos a Nueva Zelanda, hace tres años. En aquella época, mi marido se oponía a que participara en cualquier actividad de Dafa. No me permitía salir a hacer nada relacionado con Dafa. No me permitía enseñar a nuestros nietos a estudiar el Fa. No permitía que otros practicantes vinieran a nuestra casa para estudiar el Fa. No estaba de acuerdo con mi práctica, diciéndome que yo era egoísta y no pensaba en él. Se quejaba y me dijo que si volvía a China, tendría que enfrentarse a la policía. (La policía local lo había detenido previamente en un coche de policía y lo había presionado para saber mi paradero). Mientras seguí aclarando la verdad a mi marido, él cambió mucho.
Cuando participamos en el desfile de Navidad, ayudó durante todo el proceso, desde la preparación del material hasta el embalaje. Tomó fotografías y vídeos durante el desfile y los compartió con sus amigos y familiares en China.
Mi marido ayudando a distribuir los materiales
Cuando estaba reservando nuestro alojamiento, mi marido tuvo de repente un fuerte dolor en las articulaciones y le costaba caminar. El médico dijo que era un esguince de cadera y le dio analgésicos. Me ocupé de él y también envié frecuentemente pensamientos rectos para eliminar las interferencias. Unos días después, le pregunté cómo se sentía y si podía ir. Me dijo que sí. Fuimos a Blenheim, que fue nuestra primera parada.
Tras cinco horas de viaje, llegamos al centro de la ciudad alrededor del mediodía. Mi marido se tomó un descanso en el coche y yo salí sola a repartir folletos.
Estaba muy emocionada. En mi corazón dije a los dioses y a todos los seres conscientes: "Soy una discípula de Dafa. Por favor, no pierdan la oportunidad de aprender la verdad. Por favor, aléjense del mal del PCCh y elijan un buen futuro para ustedes". Me sentí con energía y caminé rápido. Esa tarde, en unas cuatro horas, distribuí 902 folletos.
Al día siguiente, me dolían las piernas. Al mediodía, me dolían demasiado para caminar, así que tuve que volver a nuestro alojamiento. Después del almuerzo, empecé a enviar pensamientos rectos y a mirar hacia adentro. Me di cuenta de que había desarrollado un apego al fanatismo porque había distribuido más de 900 folletos en solo 4 horas. Confesé mi error al Maestro y eliminé el apego. Me di cuenta de que solo podía distribuir materiales con un corazón puro para salvar realmente a la gente.
Esa tarde, mi marido me sugirió que descansara bien y no saliera. Sonreí y dije: "No importa. El Maestro me ayudará". Continuamos y distribuí materiales.
Cuando volví por la noche, me dolían tanto las piernas que ya no podía sentarme en la posición de doble loto. Esto no había ocurrido nunca en los últimos veinte años. Me di cuenta de que ya no se trataba de eliminar mi apego, sino de una interferencia. Después de estudiar el Fa, envié pensamientos rectos durante mucho tiempo y pedí al Maestro que me ayudara.
Cuando envié pensamientos rectos, dije a los seres malvados de otras dimensiones: "Soy un discípulo de Dafa y he venido aquí para salvar a la gente de esta zona". La mejor opción para todos los seres del universo es asimilarse a Dafa. Aquellos que interfieren con la aclaración de la verdad serán definitivamente eliminados en la rectificación del Fa. Espero que puedas elegir asimilarte a el Fa".
A la mañana siguiente, cuando fuimos a Picton, el dolor de mis piernas desapareció completamente.
Cuando me preparé para el siguiente viaje, me encontré con problemas meteorológicos. Teníamos previsto recorrer siete ciudades de las regiones de Otago, Canterbury y Southland. Intenté encontrar el mejor plan de alojamiento barato, el viaje más corto y las mejores condiciones meteorológicas de la temporada de lluvias. Pasaron varios días, mis vacaciones se agotaron, pero no había ninguna opción viable.
Pedí ayuda al Maestro, y ya no me importaba el tiempo. Reservé cuatro lugares de alojamiento, preparé suficientes volantes y comida, y nos pusimos en marcha como estaba previsto. Resultó ser soleado en todos los lugares a los que fuimos.
Salimos todas las mañanas a las 7:00 y regresamos a nuestro lugar alrededor de las 19:00. Almorzamos en el coche a mediodía. Cuando distribuimos folletos en Christchurch, repartimos 850 ejemplares en medio día como máximo. Sin embargo, esta vez distribuimos 2063 folletos en un día, lo que fue increíble.
Mi marido cubría diferentes calles, y no hablaba inglés. Un día, se me ocurrió: "¿Se meterá mi marido en algún problema?". Inmediatamente le pedí al Maestro que lo ayudara.
Mi marido se encontró con un incidente. No se dio cuenta del mensaje "No al correo basura" en un buzón. Un anciano enfadado salió, señaló el mensaje y le gritó. Mi marido dijo inmediatamente: "¡Perdón!" y señaló que no lo había visto, pero el anciano siguió gritando y le dijo que sacara el folleto del buzón.
Mi marido tomó el volante y se marchó. Sorprendentemente, en cuanto se alejó, el anciano que había gritado furiosamente un segundo antes se apresuró a seguir a mi marido. Se disculpó sincera y repetidamente y pidió un volante. Mi marido le dio uno y él siguió dándole las gracias en repetidas ocasiones antes de marcharse.
Mi marido se quedó perplejo y me preguntó por qué había ocurrido esto. Le pregunté qué pensaba cuando el hombre le gritó, y me dijo: "Pensé que era mi culpa. No le guardé rencor al anciano que me gritó". Le dije que el Maestro le ayudó porque hizo un excelente trabajo al mantener la calma y mirar hacia adentro.
Comentarios positivos de la gente
Hablé con una señora que trabajaba en una residencia de ancianos en Picton. Le hablé de la naturaleza maligna del PCCh. Me dijo que un practicante de Falun Dafa en Christchurch le había hablado de la sustracción de órganos a personas vivas por parte PCCh, por lo que entendía la naturaleza maligna del PCCh. Le dije: "Soy practicante de Falun Dafa y vivo en Christchurch. He venido aquí porque quiero que más gente conozca la verdad y se aleje del PCCh". Se sintió muy conmovida y dijo: "Eres una buena persona. Estás haciendo un gran trabajo". Pidió más folletos y se ofreció a publicar la información en sus redes sociales.
En un barrio de la región de Southland, Te Anau, cinco o seis personas mayores estaban charlando juntas. Me acerqué a saludarles, les entregué folletos y les pregunté si querían saber más. Una persona no sabía lo que significaba el PCCh. Cuando me oyó explicar qué era el PCCh, me devolvió inmediatamente el folleto y gritó: "No me gusta el PCCh. No quiero nada del PCCh". Me reí y le dije que había entendido mal. Señalé la palabra "no" en el volante. Inmediatamente agarró el volante.
Dijeron que todos sabían de la persecución del PCCh a los uigures en Xinjiang y a los habitantes de Hong Kong. Dijeron que se habían enterado a través de los medios de comunicación independientes, porque los principales medios de comunicación de Nueva Zelanda nunca informan de esto. Cuando se enteraron de que había viajado desde Christchurch, se emocionaron y dijeron que compartirían la información sobre el PCCh con sus amigos.
En una obra de construcción en Arrowtown, un joven me preguntó si era practicante de Falun Dafa. Me sorprendió y le dije: "Sí, soy practicante". Dijo que sabía que Falun Dafa era una práctica de cultivación muy buena. Sin embargo, el PCCh persiguió a los practicantes durante muchos años e incluso les sustrajo los órganos en vida. Le expliqué más hechos sobre la naturaleza malvada del PCCh. Cuando se enteró de que había venido desde Christchurch solo para que la gente de allí conociera la naturaleza del PCCh y estuviera del lado de la rectitud, dijo: "Eres una persona tan buena y amable". También preguntó qué podía hacer para ayudar y dijo que difundiría la verdad a más personas.
Cuando me alejé dos o tres pasos, me siguió y me preguntó mi nombre, luego me estrechó la mano con ambas manos y dijo: "¡Gracias, gracias!".
Milagros bajo la protección del Maestro
Mi marido y yo salimos de la ciudad tres veces y cubrimos once ciudades en cuatro regiones principales. Recorrimos 3.000 kilómetros, caminamos un total de 650 kilómetros y distribuimos casi 23.000 folletos.
Es increíble cuando lo pienso. Si no fuera por la bendición del Maestro, ¿cómo podrían hacerlo dos personas de casi 70 años? Durante esos días, me levantaba a las 3:50 de la mañana cada día para hacer los ejercicios, y estudiaba el Fa cada noche. Y lo que es más increíble, después de caminar más de 300 kilómetros, la cadera de mi marido dejó de doler.
Toda la familia de mi hijo sabía que toda la familia se beneficia si una persona práctica. Cuando mi marido y yo estábamos fuera, mi hijo y mi nieto se encargaban de nuestro jardín. Luego ofrecían respetuosamente incienso y se inclinaban ante el Maestro. Sabían que el Maestro y Dafa nos daban salud y paz, así que no tenían que preocuparse por nosotros.
Cuando distribuíamos los folletos, cada día veíamos el amanecer y el atardecer. Nuestros pies estaban cubiertos de ampollas. A veces estábamos demasiado cansados para movernos, pero siempre continuábamos tras un breve descanso.
Yo estaba dispuesta a hacerlo de todo corazón. Nuestro entorno me resultaba familiar, como si hubiera vivido aquí alguna vez. A veces me sentía el rey de este pedazo de tierra, dispuesto a dar todo lo que tengo por el bien de los seres de aquí. Nada en este mundo podía cambiar la alegría y la gloria que sentía.
Le dije a mi marido: "En el mundo actual, ¿quién utilizaría su propio dinero y tiempo para distribuir folletos sin esperar nada a cambio? Solo los discípulos de Dafa lo harían". Me dijo que no podía estar más de acuerdo.
Cuando miro hacia atrás en mis veintitrés años de cultivación, estoy agradecida al Maestro. Estoy agradecida al Maestro por enseñarme cómo cultivar y volver a mi verdadero ser. Estoy agradecida al Maestro por elegirme como discípulo de Dafa y darme la oportunidad de cumplir mi misión y salvar a la gente. Estoy agradecida al Maestro por allanar el camino de la cultivación para mí. Nunca podré pagar la salvación del Maestro.
Haré bien las tres cosas, me cultivaré diligentemente y caminaré con firmeza la última etapa de nuestro viaje.
Gracias, Maestro. Gracias, compañeros practicantes.
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