(Minghui.org) El viernes 25 de junio de 2021, a las 10 de la mañana, los practicantes de Falun Dafa en Tokio, Japón, se reunieron frente al Ministerio de Asuntos Exteriores nipón. Pusieron pancartas con información sobre Falun Dafa, cómo se practica en todo el mundo y sobre la brutal persecución en China. Repartieron folletos a los funcionarios y a los transeúntes y pidieron a la gente que ayudara a detener la persecución que lleva 22 años.

La Sra. Mao Jiaping, practicante de Falun Dafa en Dalian, China, fue detenida a principios de junio y está recluida ilegalmente en un centro de detención de la ciudad. Su hija Fu Weitong, que trabaja en Japón, se presentó para apelar por la liberación de su madre. Dijo que su madre, enferma de cáncer en fase terminal, había recuperado la vida después de practicar Dafa, pero ha sido perseguida por sus creencias.

Yoshitaka Sakurada, exdiplomático y miembro de la Cámara de Representantes que visitó China en el pasado, se mostró muy comprensivo cuando se enteró de lo que le había ocurrido a la madre de la señora Fu. Espera que los practicantes en China puedan practicar Falun Dafa abiertamente como lo hacen los practicantes en el extranjero. Dijo que instará al Ministerio de Asuntos Exteriores a que exhorte al gobierno chino que trate el asunto por motivos humanitarios.

El miembro de la Cámara de Representantes Yoshitaka Sakurada (izquierda) se reunió con la practicante de Falun Dafa Fu Weitong (derecha).

Yoshitaka Sakurada dijo que simpatiza con los practicantes y que instará al Ministerio de Asuntos Exteriores a que se pronuncie.

El Sr. Yoshitaka Sakurada dijo: "La persecución de los derechos humanos por parte del partido comunista chino (PCCh) ha sido considerada como un "genocidio" en EE. UU. China está gobernada por un partido totalitario. Si no resuelve sus abusos contra los derechos humanos y la comunidad internacional no la reconoce, no podrá convertirse en una nación de primera clase. Estados Unidos es muy fuerte en cuestiones de derechos humanos y Japón también. Espero que Japón se pronuncie más al respecto".

En su opinión, la economía china ha mejorado enormemente gracias, en parte, a la ayuda de Japón. Sin embargo, el PCCh sigue persiguiendo a los practicantes de Falun Dafa, los uigures, los tibetanos, los ciudadanos de Hong Kong y otros grupos. Su represión a las personas con fe religiosa es extremadamente severa y muy preocupante para los países democráticos que se rigen por la ley. Por supuesto, Japón debe alzar su voz para poner fin a los abusos contra los derechos humanos, dijo. Hizo un llamado a la comunidad internacional para que condene la persecución de los derechos humanos por parte del PCCh.

Según la Sra. Fu, la persecución a los practicantes en su ciudad natal, Dalian, se ha intensificado desde noviembre de 2020. Los policías locales entran por la fuerza en domicilios particulares sin ningún procedimiento legal para detener a las personas. No emiten ningún documento escrito ni avisos verbales posteriores. Se enteró que al menos 29 practicantes fueron arrestados al mismo tiempo que su madre. Incluso, uno de ellos era un integrante de la familia que no practica Falun Dafa.

El 24 de junio de 2021, la Sra. Fu y otros practicantes locales también fueron al Parlamento japonés [la Dieta Nacional de Japón] para pedir a los representantes que ayuden a rescatar a su madre, así como a otros practicantes que fueron arrestados.

Antecedentes: ¿Qué es Falun Dafa?

Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) se presentó al público en 1992. Al poco tiempo, casi 100 millones de personas de toda China practicaban Falun Dafa luego de experimentar mejoras en su salud y carácter. Jiang Zemin, exjefe del partido comunista chino (PCCh), percibió la creciente popularidad de la disciplina espiritual como una amenaza para la ideología atea del PCCh y el 20 de julio de 1999 emitió una orden para prohibir la práctica.

Minghui.org ha confirmado la muerte de miles de practicantes como resultado de la persecución en los últimos 22 años. Se cree que la cantidad real es mucho mayor. Muchos más han sido encarcelados y torturados por su fe.

Hay pruebas concretas de que el PCCh aprueba la sustracción forzada de órganos a los practicantes detenidos, que son asesinados para abastecer a la industria de trasplantes de órganos.

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