(Minghui.org) Hago trabajos de investigación en Taiwán. Influenciada por mis padres y profesores, mantuve un alto nivel desde niña y tuve una trayectoria académica y profesional relativamente fluida. Tuve un hijo y una hija después de casarme y me llevaba bien con la familia de mi marido. Los demás nos admiraban.
Era estricta con la educación de mis hijos. Aunque a los ojos de otras personas, mis hijos eran sobresalientes, si no cumplían con mis estándares, los criticaba duramente y esto provocaba tensiones en casa. En realidad, empecé a comprender y apoyar a mis hijos después de practicar Falun Dafa. Mis hijos sintieron los cambios positivos en mí y se convirtieron en practicantes. Esto hizo que nuestra familia fuera aún más armoniosa y perfecta.
Mis hijos comienzan a practicar Dafa
Los padres suelen desear que sus hijos se destaquen en sus estudios para que tengan una carrera exitosa y una buena vida. Este deseo es especialmente fuerte en aquellos que han pasado por dificultades.
Antes de practicar Falun Dafa, pensaba que tener buenas notas significaba mejores titulaciones y, a su vez, uno podía encontrar un mejor trabajo. Con un buen trabajo, uno tiene garantizada una vida feliz. Por eso, desde que mis hijos estaban en el jardín de infancia, organicé con entusiasmo todo tipo de clases para ellos: piano, danza, arte, ajedrez, etc. Un compañero de mi hijo dijo una vez que mi hijo era como una enciclopedia. En secreto, estaba encantada de escuchar eso.
Después de mi trabajo, pasaba la mayor parte del tiempo revisando los trabajos escolares de mis hijos y el informe del profesor. Si lo hacían bien, sentía que todo el esfuerzo que había hecho merecía la pena. Si sus respuestas no eran satisfactorias, repasaba cada pregunta. Cuando encontraba un problema que me parecía sencillo pero que mi hijo no podía entender, solía decir sin pensar: "¿Por qué eres tan tonto?". Estaba constantemente disgustada con ellos y no veía que era una madre severa. Solo me sentí incómoda y cambié mi actitud y mi tono de voz cuando mi hijo se tapó los oídos diciendo que no soportaba mi voz aguda y mi hija rompió a llorar.
Este tipo de escenas eran habituales en los años en que mis hijos iban al colegio. En 2015, mi hija estaba en su tercer año de secundaria cuando sus notas comenzaron a bajar repentinamente. Estaba a punto de hacer los exámenes de acceso a la universidad y se encontraba bajo mucha presión. Casualmente, ese mes de mayo comencé a practicar Falun Dafa. Poco a poco comprendí que las bendiciones que uno obtiene en la vida están relacionadas con su yeli (karma). No provienen de centrarse en los estudios ni de perseguir. Me di cuenta de que el propósito de nuestra existencia es eliminar el yeli (karma) y volver a nuestro ser original. Debemos ser amables y tener compasión. De este modo, comencé a seguir los principios de Dafa de Verdad, Benevolencia y Tolerancia en mi vida diaria. Aprendí a valorar la vida, a perdonar, a no perseguir la fama y la ganancia, a ser desinteresada y a hacer siempre cosas en beneficio de los demás.
Pero era difícil dejar de lado mis obstinadas nociones. Al ver que las notas de mi hija empeoraban, aunque le decía que estaba bien y que lo hiciera mejor la próxima vez, seguía preocupada. No dejaba de preguntarle cómo le había ido en los exámenes y si había mejorado. Como la presioné, las notas de mi hija siguieron siendo inestables.
A medida que seguía estudiando el Fa, mis puntos de vista cambiaron. Un día, le dije: "La reputación y la ganancia no son importantes. Tú eres más importante. Mientras te esfuerces al máximo, no te preocupes por los resultados. Te apoyaré incondicionalmente pase lo que pase". Le recordé que debía equilibrar sus estudios con el ejercicio y el descanso. De vez en cuando le preguntaba cómo estaba y si necesitaba mi ayuda. Cuando dejé de lado mi apego, las notas de mi hija fueron mejorando gradualmente. La admitieron en el mejor instituto de la zona.
No obligué a mis hijos a practicar Falun Dafa. Pero el cambio en mi forma de pensar les hizo ver la belleza de Dafa. Mi hijo decidió iniciar la práctica en su tercer año de universidad. Cuando mi hija estaba en su tercer año de secundaria, estaba bajo mucha presión preparándose para los exámenes de acceso a la universidad. Pensé que estaba tan ocupada con sus estudios que no tenía tiempo para la cultivación. Para mi sorpresa, durante la época más atareada, cuando sus exámenes estaban a la vuelta de la esquina, pidió leer Zhuan Falun el libro principal. También aprendió los cinco ejercicios y se convirtió en practicante.
Guiada por las enseñanzas, se tranquilizó al preparar los exámenes y entró fácilmente en una buena universidad. Me dijo que tenía el valor de intentar cosas que le habrían dado miedo antes de estudiar Dafa. Todos sentimos que nuestra capacidad se había vuelto más poderosa. En efecto, el Fa puede abrir la sabiduría de uno.
El suegro se recupera de un accidente
Mi suegro tuvo una vida difícil cuando era joven y eso le hizo ser fuerte. Hace varios años, cuando tenía más de 80 años, puso una escalera contra una pared y se subió para mover algo. Se cayó y se golpeó la cabeza. Se lesionó gravemente, quedó postrado en la cama y no podía moverse. Como los médicos no trabajan los fines de semana, le pusimos una medicina en sus heridas superficiales y planeamos llevarlo al médico el lunes por la mañana.
Hacia las 8 de la noche, mi marido llegó a casa y me dijo que mi suegro tenía una hemorragia interna en la frente, entre las cejas, y que estaba empeorando. Todo el mundo estaba muy preocupado. Pensé que solo Dafa podía salvarle, pero la familia de mi marido era budista. Primero llamé a mi suegra y le dije que quería ir a hablarles de Dafa. Mi cuñada y mi suegra me instaron a ir rápidamente. Llevé Zhuan Falun, pero no estaba segura de si mi suegro aceptaría las enseñanzas.
Cuando llegué, mi suegra estaba preocupada. Se alegró cuando me vio. Fui a la habitación de mi suegro y vi un enorme moratón en la frente. Primero le pregunté si confiaba en mí y me dijo que sí. Casualmente se acercaba su cumpleaños, así que le dije que quería hacerle un regalo de cumpleaños. No era algo para comer o vestir, sino un regalo que el dinero no podía comprar; era muy valioso. Entonces le enseñé a recitar: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Hablaba chino con acento y le preocupaba recitarlo mal. Lo repitió hasta que dijo las frases correctamente. Luego, leí un breve párrafo de Zhuan Falun.
Llegó mi cuñado, que estudia farmacología. Dijo que el estado de mi suegro era peligroso. Pero el anciano no quería moverse, así que lo dejaron tranquilo.
Cuando fui a ver a mi suegro al día siguiente, me dijo que se sentía mucho mejor. Vi que el hematoma de su frente no era tan oscuro y le agradecí al Maestro por su compasión. Mi suegro me preguntó si estaba recitando la frase correctamente y continuó recitándola.
El lunes, mi suegro fue a ver al médico. El médico sugirió que se le pusiera una escayola primero debido a su edad. Una semana más tarde, al volver a casa después de una revisión, mi suegro me dijo que el médico estaba sorprendido de que el hueso se hubiera desplazado a su sitio. Poco después, el médico le quitó la escayola.
Este ha sido el accidente más grave que ha sufrido mi suegro. Se recuperó completamente sin necesidad de más tratamientos. Este incidente me mostró una vez más lo extraordinario que es Dafa.
En una reunión con varios profesores de edad avanzada, mencionaron que un compañero había enfermado recientemente y había fallecido. Un profesor dijo: "Sin importar la fama de la que uno goce o de lo rico que sea, es uno mismo quien tiene que soportar el dolor de la enfermedad". Me conmovieron sus comentarios. Qué afortunada soy de tener a Dafa y al Maestro cuidando de mí todo el tiempo. Me siento bendecida y tengo una mente y un cuerpo sanos porque practico Falun Dafa.
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