(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1998, y poco después me recuperé de todas mis enfermedades. Mis hijos apoyan mi cultivación en Dafa. Renunciaron a sus afiliaciones en las tres organizaciones del partido comunista chino (PCCh) y llevan un amuleto de Dafa en el bolsillo en todo momento.

Nieto se recupera en diez minutos

El Maestro dijo:

“Leerle al enfermo este libro, si el enfermo puede aceptar, esto puede curar la enfermedad, pero el efecto varía de acuerdo con la magnitud del yeli de las diferentes personas” (Séptima Lección, Zhuan Falun).

Una tarde de 2018, mi nieto de tercer grado se quejó de algunas molestias en el corazón y decía que le costaba respirar. Mi hija lo llevó inmediatamente al hospital. Después de 2 horas, pagar unos 500 yuanes, un electrocardiograma y varias pruebas no le encontraron nada.

Al ver que aún se sentía mal, le pedí a mi nieto que leyera conmigo Zhuan Falun, porque creía que solo el Maestro podía ayudarlo. Nos sentamos con las piernas cruzadas en la cama y nos turnamos para leer en voz alta.

Al principio, se mostró rígido, pronunciaba las palabras lentamente y con dificultad. Sin embargo, a la mitad de la página de inicio de Zhuan Falun se sintió mejor y pudo enlazar una frase. Después de terminar su segundo turno de lectura, su rostro se iluminó: "Abuela, ya estoy bien. Vamos a descansar".

Mirándonos desde un lado, su padre y su madre soltaron un grito de incredulidad: "¡Dafa es increíble!". Mi nieto tardó menos de diez minutos en librarse de su misteriosa enfermedad.

El poder de las palabras mágicas de Dafa

En enero de este año, mi hija me llamó para decirme que iba a venir con su familia a visitarme. Usualmente el viaje dura tres horas en auto, porque ella vive en una ciudad central, mientras que yo vivo en una pequeña ciudad del condado. Tenía la cena preparada, pero llegaron con más de una hora de retraso. Mis nietos entraron por la puerta principal y se dirigieron directamente a la foto del Maestro. Se inclinaron ante el Maestro y le dieron las gracias por haberles salvado la vida.

Tuvieron un accidente de auto. Al hacer un giro brusco en una sinuosa carretera de montaña, uno de los neumáticos delanteros se pinchó y perdieron el control del vehículo. Giró sobre sí mismo y su parte trasera pareció estrellarse contra la montaña. El nieto más joven se preparó para el choque mientras el mayor se quedó congelado. Mi hija gritó, pero de repente recordó lo que le había dicho que hiciera en cualquier situación de peligro. Gritó: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad, Benevolencia y Tolerancia son buenos!". Y de repente, el auto se detuvo en seco.

Con el pulso todavía acelerado, salieron e inspeccionaron los daños. Apareció una enorme abolladura en la parte trasera del vehículo. Mi hija se golpeó la cabeza con la puerta del auto y sufrió algunos moretones, mientras que los otros tres pasajeros resultaron ilesos. El Maestro los había salvado. ¡Gracias, Maestro! ¡Gracias, Dafa! El Maestro no solo cuida al practicante de Dafa, sino también a su familia.

***

Todos los artículos, gráficos u otros contenidos publicados en Minghui.org están protegidos por derechos de autor. Al reimprimir y redistribuir el contenido para uso no comercial, se pide indicar el título del artículo y su enlace original.