(Minghui.org) Mi madre es practicante de Falun Dafa. Aunque yo no practico, realmente creo en Falun Dafa y he leído todos los artículos del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa). Creo que estoy bendecida. He experimentado personalmente el poder curativo de decir las nueve palabras especiales: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
A finales de diciembre de 2020, empecé a sentirme débil y lo único que quería hacer nada más llegar a casa era irme a dormir. En pocos días, no tenía ni siquiera fuerzas para sostener una fregona y tuve que tomarme unos días de descanso. Los días siguientes tuve todo tipo de síntomas: escalofríos, fiebre, tos, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, pies hinchados, dificultad para respirar, falta de apetito y pérdida del gusto. Incluso me costaba levantarme de la cama, como si alguien me estuviera agarrando para no levantarme. Y lo que es peor, empecé a sangrar por la vagina y a desprender mal olor.
Estuve en casa unos 10 días y no acudí al médico. Entonces, una noche en mi habitación olía mal por todas partes y sentí que me moría. Fue una noche muy larga. Al amanecer, llamé a mi prima, que practica Falun Dafa. Ella vino enseguida. Cuando la vi, me sorprendió que pudiera levantarme y sentarme en una silla.
Después de escuchar mi situación, me contó cómo superó las pruebas con pensamientos y acciones rectas. También compartió historias conmovedoras sobre cómo se mejoró y trató a los demás con amabilidad de acuerdo con las enseñanzas de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Dijo: "No basta con recitar 'Falun Dafa es bueno', tienes que mejorarte a ti misma".
Me quedé atónita. Mientras la escuchaba, busqué en mi interior las cosas infelices que me habían ocurrido y traté de ponerme en el lugar de los demás. Poco a poco me sentí mejor y pensé: "¡Sé recta!".
Cuando mi prima se fue, pensé que tenía que corregir lo que había hecho mal y tratar de compensar el daño que había hecho a los demás. Recordé que el Maestro dijo en “20 años enseñando el Fa”: “Si los dizi tienen suficientes pensamientos rectos, Shifu tiene toda la capacidad para cambiar la dirección”. Quería pedirle al Maestro que me ayudara, pero no estaba segura de si funcionaría ya que aún no era una discípula. No tenía ni idea y me dormí mientras repetía "Falun Dafa es bueno".
A la mañana siguiente me sentía mucho mejor. Pasé un gran coágulo de sangre negra. Pero a continuación me sobrevino un intenso dolor y la hemorragia aumentó. Mi estado fue muy inestable durante los días siguientes. Seguí repitiendo las nueve palabras y pensé en ser fuerte y creer en el Maestro.
El constante dolor empeoró el 18 de enero de 2021. Daba vueltas en la cama, sudaba profusamente y tenía síntomas de hemorragia. Pero no tenía miedo. Mi hija me calentaba el estómago con compresas de agua caliente, pero no ayudaba. La situación empeoró por la noche. A pesar de ello, seguía creyendo firmemente que el Maestro me ayudaría. Mi madre también me animaba.
Como mi estado era tan grave, mi familia me llevó al hospital. El médico me hizo una ecografía y encontró un fibroma de 8,5 cm que se había desprendido por sí solo, pero que seguía dentro de mi útero. Cuando me enteré, supe que el Maestro me había ayudado y me sentí muy agradecida.
El médico me recetó analgésicos y me dijo que esperara en casa por una cama de hospital. Me tomé los medicamentos, me fui a casa y dormí durante dos horas. Cuando me desperté, no me dolía nada, pero seguía sangrando mucho. Tenía muy claro que, si no fuera por la ayuda del Maestro, nunca habría mejorado tan rápidamente.
Al día siguiente, la enfermera tuvo dificultades para sacarme sangre. Después de hacer todas las pruebas, el médico dijo que seguía habiendo un problema con mi útero y sugirió que me lo extirparan. Pero yo no quería que me lo extirparan. Mi prima me dio ánimos: "Dafa puede hacer cualquier cosa. Tú eres quien debe decidir qué hacer".
Ese día me hospitalizaron y esa noche tuve un sueño: Varios fantasmas me agarraban y me decían: "¡Tú eres a quien buscamos!". Cuando me desperté al día siguiente, le dije a mi familia que quería que me dieran el alta. Cuando me preguntaron si sería capaz de recuperarme por mí cuenta, dije sin dudarlo: "¡Sí, lo haré!".
Mi marido y mi hermano no me creyeron. El médico también intentó convencerme de que me quedara. Sin embargo, yo había decidido que no me operaría. Resultó que mi presión arterial era excepcionalmente alta y el médico no podía operar. Estaba más decidida. Pero el médico y mi familia no estaban de acuerdo en que me dieran el alta y trataron de bajarme la tensión con medicamentos. Extrañamente, mi presión arterial era más alta después de tomar la píldora antihipertensiva. El médico no entendía por qué y me dijo que me quedara quieta y que vendría más tarde a hacerme una prueba.
Al día siguiente me volvieron a hacer pruebas e incluso me llevaron a la unidad de cuidados intensivos para que los especialistas consultaran mi caso. Seguí recitando las nueve palabras en mi mente y recé al Maestro: Quiero que me den el alta.
No importaba lo que hicieran los especialistas, mi presión arterial no bajaba, así que nadie me operaría.
Llamé a mi prima y me dio ánimos de nuevo. Le envié un pensamiento a mi cuerpo: "Cada parte de mi cuerpo: Por favor, recuerda que Falun Dafa es bueno, que Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno, que el Maestro es bueno". Me dormí de nuevo mientras lo repetía.
Esa noche tuve otro sueño: Un ratón blanco intentaba venir a mi casa, pero fue ahuyentado tres veces. Entonces un hombre disparó tres fuertes tiros al cielo, pero lo que salió del arma resultaron ser palomitas de maíz.
A las 4 de la mañana del tercer día me levanté y fui al baño. Sentí que dos trozos caían en la taza del váter. ¡Inmediatamente comprendí que el fibroma se había caído! Estaba tan contenta que no podía agradecer lo suficiente al Maestro.
Al cuarto día, la hemorragia casi había cesado y decidí irme a casa. Mi familia me preguntó: "¿Puedes recuperarte sola?". Respondí: "¡Claro!".
Estuve cuatro días en el hospital, pero el fibroma desapareció sin ningún tratamiento. Cuando me dieron el alta, me sentí muy aliviada.
Para tranquilizar a mi marido, me hicieron una ecografía en otro hospital y mi útero era completamente normal. Mi familia también estaba muy contenta.
Escribí mi experiencia personal para compartirla con todos. Aunque fue un camino difícil, siempre creí: El Maestro me conoce y cuidará de mí.
Una vez más expreso mi sincera gratitud al Maestro y a los practicantes de Falun Dafa. ¡Que todas las personas buenas del mundo sean bendecidas!
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