(Minghui.org) Ji Xiaolan fue un renombrado erudito de la dinastía Qing. Además de editar el enorme Siku Quanshu, o la Biblioteca Completa en Cuatro Ramas de la Literatura, también compuso muchos versos y documentó muchas piezas de folclore y cuentos sobrenaturales.
Una colección de estos relatos con el título de Yuewei Caotang Biji —Notas de la comunidad de la percepción sutil— se publicó en 1800.
Hay una historia en la colección narrada por un anciano del clan llamado Lei Yang.
Lei cuenta que hace mucho tiempo un hombre se topó con un pequeño espíritu y ambos se hicieron muy amigos. El hombre le preguntó una vez al espíritu si se podía cambiar el destino de una persona en el mundo humano.
"Sí", le dijo el pequeño espíritu. "Se puede cambiar. Pero la persona tiene que ser muy buena o muy mala".
El hombre volvió a preguntar: "¿Quién toma la decisión de cambiar el destino de alguien y quién es el responsable de llevar a cabo dicho cambio?".
"La decisión la toma la propia persona, y el cambio también lo hace la propia persona. Los dioses y los espíritus no tienen ese derecho", respondió el pequeño fantasma.
"¿Y qué sucede con la retribución? ¿Por qué algunas personas pueden hacer cosas malas, pero nunca les pasa nada malo?", volvió a preguntar el hombre.
"En el mundo humano, se juzga a la gente por lo que hizo en una vida. Y se juzga su buena y mala suerte de la misma manera", explicó el pequeño espíritu. "Mientras que en el inframundo, una vida se juzga por lo que hizo a lo largo de varias vidas, como una cuenta corriente. Las buenas y malas acciones se contabilizan juntas en todas las vidas pasadas de un ser, y son recompensadas con buena fortuna y castigadas con mala suerte en las vidas futuras de ese ser. Así que no siempre se castigan todas las malas acciones en la misma vida. Solo que los humanos no pueden ver la relación".
Lo que dijo el espíritu podría ser verdad. En las siguientes anécdotas, ya en los tiempos modernos, vemos a dos personas cuyos destinos dieron un giro brusco tras una decisión que tomaron entre la bondad y la crueldad.
La milagrosa recuperación de Zhang Fang
Zhang Fang (un alias) es un agricultor de 63 años de la provincia de Liaoning.
En la mañana del 12 de julio de 2020, cuando su familia se disponía a desayunar, Zhang Fang le dijo a su esposa que se sentía mareado y con náuseas. Luego empezó a sudar abundantemente y su rostro se puso pálido. Todos estos son síntomas comunes del infarto cerebral.
Sin embargo, al día siguiente pudo trabajar como de costumbre y se sintió tan sano como antes.
Resulta que, cuando se sintió mal, se mantuvo diciendo "Falun Dafa es bueno". Poco a poco se fue sintiendo mejor y al final todo volvió a la normalidad.
"¡El Maestro de Falun Dafa me salvó la vida!", dijo.
Estaba completamente impresionado por lo que había vivido, y se puso a llorar al recordar cómo lo habían sacado del borde de la muerte.
La esposa de Zhang Fang practica Falun Dafa, una antigua disciplina espiritual de ejercicios y meditación. Se presentó al público en 1992. En siete años, la cantidad de practicantes aumentó a 100 millones, casi uno de 14 habitantes de toda la población china en ese momento.
Debido a su enorme popularidad y al resurgimiento de los valores tradicionales chinos, algo que el partido comunista chino (PCCh) había intentado destruir, en julio de 1999 se lanzó una campaña de persecución a nivel nacional contra la práctica, que continúa en la actualidad.
A pesar de la persecución, Zhang siempre ha apoyado a su esposa para que practique Falun Dafa, y ha ayudado a los practicantes de su pueblo en muchas ocasiones, incluso llevándolos en su bicitaxi para distribuir material informativo para aumentar la conciencia sobre la persecución.
Su bondad hacia los practicantes de Dafa y su contribución para denunciar la persecución fueron debidamente recompensadas, y alteraron su destino original de un infarto cerebral. Como resultado, pudo recuperarse rápidamente sin ningún efecto posterior.
El castigo de Meng Han
Meng Han era el secretario del comité del PCCh en el condado de Xupu de la provincia de Hunan. Sufrió una enfermedad aguda el 8 de julio de 2020 y murió el mismo día, tras un intento de reanimación que no logró salvar su vida.
Anteriormente, el 8 de mayo del mismo año, él dio instrucciones a más de una docena de personas de la oficina 610, una agencia extralegal creada específicamente para perseguir a Falun Dafa, y al departamento de policía para detener arbitrariamente a Mao Yanping, de 63 años, y a Yang Lanying, de 61 años. Cumpliendo sus órdenes, las dos mujeres fueron detenidas durante 15 días, simplemente por su fe en Falun Dafa.
Puede que Meng Han tuviera la suerte de convertirse en un alto funcionario local, pero no valoró lo que tenía y abusó de su poder contra personas inocentes. Muchos creen que su enfermedad aguda y su muerte prematura fueron una retribución por esta injusticia.
El Cielo está por encima de todo y lo vigila todo. Lo que hacemos en el mundo humano lo conocen todos en el universo. Por tanto, cada uno de nuestros pensamientos y acciones cambia nuestras perspectivas del futuro. Desde esta perspectiva, nuestro destino está realmente en nuestras manos.
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