(Minghui.org) Hace poco cambié de trabajo. Me enteré que una supervisora de mi lugar de trabajo sufría muchas enfermedades que el hospital no podía tratar. A pesar de gastar casi 1000 yuanes, aún tenía dificultades para respirar.
Como acababa de empezar a trabajar ahí, no tenía buena relación con nadie, así que le pedí a un practicante que había sido contratado antes que le sugiriera a la supervisora que dijera: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". El practicante lo hizo. La supervisora me preguntó: "¿Recitar la frase me ayudará?". Le dije: "Mientras lo haga con sinceridad, funcionará". Llegó la hora de irse a casa. Cerró la puerta con llave y luego gritó en voz alta: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno!".
Al día siguiente, gritó: "¡Falun Dafa es bueno!" apenas nos vio al otro practicante y a mí.
Unos días después nos dijo que ya podía respirar con facilidad. Tenía un bulto en el cuello que la atormentaba desde hacía seis años y el dolor la irritaba. Dijo emocionada: "Desde que empecé a recitar la frase, el bulto disminuyó. Qué extraordinario".
Los demás trabajadores comentaron que se veía más saludable. Ella les dijo: "¿Por qué no dicen todos "Falun Dafa es bueno"? ¡Realmente funciona! Continúen diciéndolo y verán los resultados".
"Lo recito mientras conduzco, antes de acostarme y lo primero que hago al levantarme por la mañana", añadió.
Ahora, cuando me ve, recita la frase en voz alta. Me preocupaba que el gerente de arriba la escuchara y me sorprendió su valentía. Me contó que una vez gritó la frase en voz alta mientras conducía su bicicleta eléctrica, ya que estaba sola. De repente, un hombre que también conducía una bicicleta eléctrica se acercó y la miró. Ella le preguntó: "¿Qué está mirando?", y luego gritó: "¡Falun Dafa es bueno!", ¡esto requiere mucho valor!
Bajo su influencia, mis compañeros de trabajo comenzaron a recitar también la frase. Incluso el gerente siguió recitando la frase. No solo renunciaron al partido comunista chino (PCCh), sino que incluso lograron que sus familiares renunciaran a su afiliación al partido.
Un día, la supervisora dijo: "Mi esposo dijo: 'Parece que has cambiado'". Ella le preguntó a su marido: " ¿Qué cambié?". Él respondió: "Eres más amable. Ya no tienes mal genio". Dijo que antes era una mujer dominante. Nadie en casa se atrevía a molestarla. Explicó que después de empezar a recitar sinceramente "Falun Dafa es bueno", dejó de perder los estribos y se volvió más amable. Ella atribuye a Falun Dafa su cambio positivo.
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