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​Una lección que aprendí mientras ayudaba a los demás: el cortacésped atascado

Abr. 2, 2021 |   Por un practicante en los EE. UU.

(Minghui.org) Cuando conocí por primera vez Falun Dafa, vivía en Florida. Fue a principios de la década de 2000. La historia que se cuenta a continuación ocurrió cuando llevaba solo algunos meses practicando y probablemente había leído Zhuan Falun tan solo un puñado de veces.

De camino a una librería en Orlando que vendía libros de Dafa, pasé por un estanque donde un hombre estaba cortando la hierba de alrededor con un gran cortacésped. El cortacésped se había quedado atascado en el agua y no podía salir debido a la fuerte pendiente del borde y al barro que lo cubría y lo hacía resbaladizo.

Pensé: "Esto, seguramente, no se trate de una coincidencia". Ya me había encontrado con muchas pruebas y sabía que todo estaba arreglado. Pensé: "Seguramente, le debería ayudar". Le habría ayudado aunque no fuera practicante, porque había pasado parte de mi vida trabajando como paisajista, y podía empatizar con su situación. No pensé en ninguna enseñanza del Fa en particular. Solo sospeché que debía de ser algo relacionado con mi cultivación.

Le indiqué que podía ayudarle. Rápidamente, me metí en el agua detrás del cortacésped y empecé a empujarlo. Llevaba chanclas y la fuerte pendiente también lo hacía más difícil. En un momento dado me resbalé y me quemé con el tubo de escape del cortacésped. Empecé a pensar en soportar el dolor y la suciedad sin rechistar.  Pensé que tal vez sería alguna deuda del pasado.

En ese justo momento, el cortacésped se desatascó. Entonces, me sentí bastante bien conmigo mismo. Me había metido en el barro, me había quemado sin quejarme y había ayudado a un desconocido, y todo con una sonrisa en la cara. Sin embargo, cuando el cortacésped se soltó, el hombre se alejó sin ni siquiera reconocer que le había sido útil mi ayuda. Siguió conduciendo sin siquiera mirar atrás. Esto se encontraba fuera de cualquier tipo de interacción ordinaria. En ese momento, me di cuenta de que tenía que aprender alguna lección más profunda, que se escapaba a mi comprensión. Me sentí confuso. Comencé a pensar que aquel hombre no tenía modales.

Rápidamente miré hacia dentro. Aunque me sentí víctima del desprecio, sabía que tenía que aprender algo de todo aquello. Empecé a pensar en por qué sentía que tenía que haber recibido algún tipo de reconocimiento. Mi mente se dirigió a la parte de Zhuan Falun que dice:

"Esta clase de corazón de ostentar se manifiesta en cada aspecto, incluso cuando se hacen cosas buenas" (Sexta Lección, Zhuan Falun).

Me di cuenta de que si realmente no prestara tanta atención a mis propios sentimientos y no necesitara aquel reconocimiento, no me habría sentido menospreciado. Así que, trabajé rápidamente para deshacerme de aquel apego. Mi buena acción poseía un aspecto egoísta.

Desde entonces, he analizado el incidente y he visto varias capas de significado. He utilizado la historia varias veces para describir cómo, simplemente, una buena acción puede ser mucho más y que hay tanto bien como mal dentro del accionar humano. También puede existir la cuestión de interferir en el pago del ye (kármico) que debe realizar la otra persona con la intención de "ayudar", ya que no conocemos el trasfondo kármico. En este caso, sentí que era lo natural era intervenir y, simplemente, demostrar la decencia normal. Tal vez tenía una deuda con ese hombre, o tal vez no, pero en ese momento me quedó claro que todo había sido planeado para que yo aprendiera la lección.

No fue una parte especialmente interesante o uno de los grandes retos de mi cultivación. En realidad fue un hecho bastante simple. Pero el hecho de que lo recuerde tan a menudo me hizo sentir que compartirlo podría ser útil. Terminaré con un par de citas de Zhuan Falun sobre las buenas acciones:

"Al hacer algo bueno, se obtiene materia blanca, de" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

"... cuando esta persona hace obras buenas, puede soportar penurias" (Tercera Lección, Zhuan Falun).

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