(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa cuando estaba en la escuela primaria y ahora soy casi de mediana edad. Cuando era un niño, iba con mi madre a estudiar el Fa en grupo, y participaba en actividades para presentar la práctica.
Después de que el partido comunista chino (PCCh) comenzó a perseguir a Falun Dafa el 20 de julio de 1999, me uní a nuestro sitio local de materiales de aclaración de la verdad. Como era uno de los pocos practicantes jóvenes, me asignaron mucho trabajo técnico y lo hice durante muchos años.
A medida que crecía y me involucraba cada vez más en los asuntos de mi familia y de mi trabajo diario, mi tiempo se volvió escaso. Además, después de trabajar en materiales de aclaración de la verdad durante tanto tiempo, me relaje y pensé: "¿Cuándo terminará la rectificación del Fa? ¿Cuándo podré dejar de hacer materiales?".
Aunque me di cuenta de que este pensamiento era erróneo y lo rechacé de inmediato, no presté atención al efecto negativo que tenía en mi realización de las tres cosas. Envié pensamientos rectos para eliminar ese pensamiento, que fue causado por mi deseo de relajarme, y el adormecimiento. En cambio, le di al pensamiento una justificación, pensando que, después de todo, había estado haciendo esto durante muchos años. Ese sutil pensamiento fue el comienzo de la brecha de hoy.
Más tarde le ocurrió algo importante a mi familia y sufrí una gran tribulación. Tuve que dejar de hacer materiales de aclaración de la verdad, ya que mi vida normal se vio alterada. Estaba ocupado todos los días por el bien de mi familia. Cuando los problemas no pudieron resolverse, bajé mi nivel poco a poco para acomodarme a la gente común y mi excusa fue ajustarme al máximo al estado de la gente común.
Sin embargo, cuanto más me acomodaba a la gente común, más se me exigía y más duraba la tribulación. Finalmente, me cansé y me rendí. Pensé: "El objetivo no es necesariamente algo que deba alcanzar. Está bien mientras lo haga con el corazón". Me dije que no me apegara a los resultados, que mirara las cosas con pensamientos rectos y que lo dejara pasar.
Un día, un acontecimiento aparentemente accidental permitió que algo que no se había resuelto durante varios años se resolviera en dos meses.
A principios de este año, mi esposa (que no es practicante) llevó a nuestra beba de siete meses a una revisión física. Se encontró que la bebé tenía anemia y un bajo conteo de plaquetas. El médico la hizo internar para encontrar la causa. Pensé que probablemente se debía a la desnutrición, porque su único alimento era la leche de fórmula.
Unos días después, el médico que la atendía me dijo: "Las pruebas de laboratorio convencionales no han podido ayudarnos a encontrar la causa, pero sospechamos que se trata de una enfermedad sanguínea maligna". Me asusté y pensé: "¡Algo debe estar mal! Todos los hijos de los discípulos de Dafa vinieron por el Fa".
Me di cuenta de que esto era una interferencia y aumenté la duración del envío de pensamientos rectos cada día. También miré hacia dentro para examinar qué resquicio había sido aprovechado por el mal.
Pedí a mis compañeros que me ayudaran a enviar pensamientos rectos. Un compañero me dijo: "Ten calma. No lo mires con un corazón humano, sino con pensamientos rectos".
Pasó una semana y el hospital había hecho muchas pruebas. El médico me dijo: "Seguimos sin encontrar la causa. No se parece en nada a las enfermedades sanguíneas conocidas. Le sugerimos que la lleve a médicos de Beijing o Tianjin".
Mi omisión queda al descubierto
Lo pensé y me pareció muy extraño. La ausencia de diagnóstico significa que el asunto aún no está determinado. Debo fortalecer mis pensamientos rectos, encontrar la causa y negarla. Reconozco que descuidé mi cultivación durante algunos años. Estaba demasiado ocupado con el trabajo y la familia para persistir en el estudio del Fa y mi mente no podía concentrarse mientras estudiaba el Fa.
Unos días más tarde, mi esposa y yo llevamos a nuestra beba a Tianjin para un chequeo y logramos conseguir una cama en el hospital. Le hicieron muchas pruebas y sufrió mucho. El médico nos dijo que los resultados estarían disponibles en una semana.
Solo se permitía que uno de los padres se quedara con la beba, así que mi mujer se quedó en el hospital y yo viajaba entre el hospital y el hotel todos los días para llevarle comida y artículos de primera necesidad a mi mujer. Cuando estaba solo en el hotel, estudiaba el Fa, enviaba pensamientos rectos y miraba hacia adentro.
Pasó una semana. El médico dijo: "Es difícil de decir. Tengo que esperar a que estén disponibles todos los resultados de las pruebas antes de poder discutirlo con nuestros médicos jefes. Es muy difícil de diagnosticar".
Cuando volví al hotel, llamé a mi compañero de prácticas y le conté la situación. Me consoló y me dijo: "Ningún resultado es una buena noticia". Me contó un sueño que tuvo. Soñó que estaba sentado en el suelo delante de mi casa y que, aunque muchas personas intentaban levantarme, yo no me levantaba. Sostenía un cuenco con un pequeño agujero en el fondo.
El practicante y yo nos dimos cuenta de que el "agujero" significaba "omisión". La pregunta era: ¿cuál era la omisión? Dijo: "Solo tú puedes entenderlo, porque eres quien mejor conoce tu propia situación. Mira en tu interior. Si se trata de un gran problema, lo habrías encontrado hace tiempo. Puede ser algo pequeño, pero importante".
Como discípulo de Dafa, mi firme creencia en el Maestro y en Dafa nunca ha flaqueado. Nunca cometí actos incorrectos contra los principios. Repasé mentalmente mis experiencias de los últimos años y no encontré nada.
Un día, mientras le llevaba la comida a mi esposa, vi que muchas personas hablaban de algo con nerviosismo, con expresiones de dolor. Le pregunté a mi mujer qué había pasado.
Me dijo: "Un niño de ocho o nueve años terminó por fin la quimioterapia y estaba a punto de recibir el alta. Mientras la madre estaba en el baño, el niño jugaba en la cama, se cayó accidentalmente y se hizo daño. Las hemorragias son fatales para los pacientes de leucemia. Ahora todo el personal médico está haciendo un rescate de emergencia al niño".
Al cabo de un rato, oímos a la madre del niño llorar en la UCI; el niño había fallecido.
Prestar atención a las pequeñas cosas
Por desgracia, suspiré, "¡Humanos! ¡Tan miserables! Que la rectificación del Fa termine pronto. Una vez que termine, nadie sufrirá más". En cuanto lo dije, me di cuenta de que estaba muy equivocado.
Mi mujer me dijo: "No te has dado cuenta, pero de vez en cuando, cuando te encuentras con dificultades y te sientes impotente por algo, dices cosas tan negativas".
Me alarmé. A veces digo cosas de forma casual y cuando las digo a menudo, se forma un apego sin que me dé cuenta, y sin embargo creí que el pensamiento era razonable. Tuve algunas penurias y dificultades en el pasado, por lo tanto, cuando veo que otros sufren, ese pensamiento se manifiesta.
Cuando volví al hotel, miré hacia dentro. Recordé el sueño del compañero practicante. De repente me iluminé, ¿no era este el apego insinuado en el sueño?
En el sueño yo estaba sentado en el suelo y me negaba a levantarme, ¿no era eso aflojar? Sosteniendo el cuenco en la mano, ¿no estaba esperando a que se completara la rectificación del Fa? ¿El pequeño agujero en el fondo del cuenco no se refería a la omisión causada por este apego?
Llevo muchos años practicando Dafa y creo firmemente que soy un practicante de Dafa. Pero me di cuenta de que desarrollé una mentalidad negativa y quise evitar las dificultades después de haber pasado por tantas. Ante las dificultades, me sentía impotente y suspiraba con desesperación. ¡Esto no está bien! Debería levantar el ánimo.
El Maestro dijo:
"...tomar las penalidades sufridas como gozo".
(Templando la mente y el corazón de uno, Hong Yin)
A mi entender, ante las dificultades, no debo tomármelo demasiado en serio; mi corazón no debe volverse negativo por lo que la dificultad conlleva. Debo afrontar todas las situaciones con optimismo. Todos los días la gente me observa. ¿Cómo interpretarán mi negatividad? "¿Son todos los practicantes de Falun Dafa así? Parece que siempre miran el lado negativo". Por lo tanto, debo mantener mi imagen de discípulo de Dafa.
Al día siguiente, le llevé comida a mi esposa. Aunque ambos estábamos de mal humor, tuve que tomar la iniciativa para animarnos. Ella estaba de mucho mejor humor bajo mi influencia.
Pasó otra semana y el diagnóstico aún no había salido. Pregunté al médico y me dijo: "Hay que descartar una enfermedad sanguínea maligna". Me alegré mucho al oír eso y dije: "Entonces, tratemos al niño". El médico dijo: "En dos días saldrá un plan de tratamiento".
Al cabo de dos días, el médico me dijo: "Prepárate, la situación puede cambiar y no se descarta una enfermedad sanguínea maligna". El hospital aún no estaba muy seguro de cuál era la enfermedad y quería que nos quedáramos más tiempo para poder tratar y observar al mismo tiempo (la mayoría de los pacientes allí eran de larga duración).
Nuestra beba no parecía estar enferma. Me di cuenta de que no era buena idea seguir en el hospital. Le dije a mi mujer: "¡Vamos a casa! La beba está sufriendo aquí".
Cuando llegamos a casa, insistí en que nuestra hija escuchara las grabaciones de las conferencias del Maestro. Cuando jugaba sola, ponía el reproductor de audio a su lado; cuando leía el Fa, la dejaba escuchar; cuando hacía los ejercicios, la dejaba mirar.
Una noche, mientras estaba meditando, un párrafo del Fa del Maestro pasó por mi mente. Comprendí que lo que le ocurrió a nuestra beba era diferente de lo que me ocurrió a mí. No tenía ni idea de cómo manejarlo. Esto fue porque no me di cuenta de que lo que le pasó a mi hija era otra forma de probar mi fe en el Maestro y el Fa.
Comencé a enviar pensamientos rectos, a despejar los pensamientos de distracción de mí mismo y a pedir al Maestro que fortaleciera mis pensamientos rectos.
Después de regresar de Tianjin, no le hicimos ningún tratamiento a nuestra beba, excepto análisis de sangre cada semana e infusión de algunos nutrientes ocasionalmente. Un día, los indicadores sanguíneos de nuestra beba subieron; unos días después, subieron aún más. En menos de un mes, los indicadores sanguíneos de nuestra beba eran casi normales.
¡Esto es la compasión del Maestro y el poder de Dafa!
A través de este incidente, me di cuenta de que cuando las dificultades me llevaban al sufrimiento, no podía evitarlo y lo soportaba pasivamente, por lo que aflojaba en mi cultivación. No pude reflexionar sobre el Fa para ver por qué ocurrió esto. Sin darme cuenta, formé un apego. Quiero corregirme, hacer bien las tres cosas y mantener el progreso de la rectificación del Fa.
¡Gracias, Maestro, por su salvación misericordiosa!
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