(Minghui.org) Una mujer embarazada fue detenida mientras caminaba por la calle y torturada bajo custodia. Su bebé falleció poco después de nacer. Solo un mes después, la mujer fue detenida de nuevo y condenada a tres años. Su marido se divorció y fue despedida de su lugar de trabajo.
La tragedia de la Sra. Jin Ling es solo uno de los innumerables y desgarradores casos de persecución contra los practicantes de Falun Dafa, después de que el partido comunista chino comenzara a perseguir su fe en 1999. Por defender su fe, los practicantes en China son sometidos a arrestos arbitrarios, acoso, detención y encarcelamiento. Algunos fueron torturados hasta la muerte y otros incluso fueron asesinados por sus órganos.
La Sra. Jin, residente en la ciudad de Hefei, provincia de Anhui, solía trabajar en una fábrica de contadores. En 1997 comenzó a practicar Falun Dafa y se volvió más considerada con los demás. Era honesta en el manejo de sus actividades comerciales relacionadas con el trabajo y siempre devolvía el dinero extra que les pagaba el socio comercial de la fábrica, algo poco común dada la corrupción predominante en la sociedad actual.
Con el inicio de la persecución en julio de 1999, la Sra. Jin apeló al gobierno local en noviembre de 1999, pero sin éxito. Entonces acudió a Beijing para apelar por el derecho a practicar Falun Dafa, pero fue arrestada y recluida en un centro de detención. Tras ser liberada, la policía la acosó a menudo a ella y a su familia, lo que les impidió llevar una vida normal.
La Sra. Jin fue detenida de nuevo en junio de 2002, pero escapó.
Un día de agosto de 2003, mientras compraba cosas en la calle, un policía de paisano se fijó en ella y la detuvo en el acto, sin tener en cuenta que estaba embarazada de unos cinco meses. Muchos de los espectadores condenaron a la policía por la violenta detención.
En la comisaría local, fue encadenada a una silla durante 15 horas. Se le hincharon mucho las piernas y tuvo dificultades para caminar. Su familia fue obligada a pagar 20.000 yuanes a cambio de su liberación. La tortura afectó a la salud de su bebé, que falleció por hidrocefalia (acumulación de líquido en el cerebro) poco después de nacer.
Apenas un mes después de que diera a luz, fue detenida de nuevo la noche del 2 de marzo de 2004, después de que las autoridades la engañaran para que abriera la puerta de su casa alegando que estaban allí para comprobar el contador de agua. La llevaron al centro de detención número 2 de la ciudad de Hefei alrededor de la una de la madrugada. La policía saqueó su casa y confiscó sus libros de Falun Dafa, su teléfono celular, su almohadilla de meditación y algo de dinero en efectivo.
Nada más llegar al centro de detención, la Sra. Jin mantuvo una huelga de hambre durante una semana para protestar por la persecución. Los guardias ordenaron a las reclusas que la ataran en posición de águila extendida en una cama y la alimentaran a la fuerza. Tenía la nariz rota y la cara hinchada. Las internas también utilizaron el extremo de un cepillo de dientes para pincharle las plantas de los pies, lo que hizo que se le hincharan y le dolieran los pies. El médico del centro de detención también la amenazó con abrirle la boca con unos alicates.
Ilustración de la tortura: atado en posición de águila extendida.
Durante los siete meses que estuvo detenida, fue obligada a realizar trabajos no remunerados, sobre todo a fabricar luces decorativas
Fue condenada a tres años por el tribunal del distrito de Shushan el 10 de octubre de 2004 y llevada a la prisión de mujeres de la ciudad de Suzhou en noviembre. Los guardias le cortaron el pelo a la fuerza, la obligaron a llevar el uniforme de la prisión y a realizar trabajo no remunerado.
Incapaz de soportar la persecución, el marido de la Sra. Jin se divorció y también fue despedida de su lugar de trabajo.
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