(Minghui.org) "Aunque no era una mala persona, me gustaba jugar y divertirme. Pensaba que había que disfrutar de las comodidades materiales y vivir el momento". Así se describía Lian Wenyuan, un ingeniero de 35 años, hace 11 años. En un día su mundo dio un vuelco: un accidente de coche en 2010 lo cambió todo. Pero la posible tragedia le trajo un nuevo comienzo cuando le inspiró a practicar Falun Dafa.
Lian Wenyuan en su graduación en el Departamento de Ingeniería Electrónica e Informática de la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología de Taiwán en junio de 2013.
Problemas de salud insuperables
Antes de empezar a practicar Falun Dafa, Wenyuan dijo que sentía que cada minuto, cada segundo, debía utilizarse para buscar el placer. Fumaba cigarrillos y bebía alcohol. No dormía bien por la noche y tenía úlceras estomacales e intestinales. Aunque era joven, a menudo sufría dolores. Debido a sus lesiones, no podía estar de pie durante mucho tiempo.
"Cuando tienes un problema que no puedes superar, hace que te cuestiones tu vida", dijo.
Entonces, ¿qué le hizo convertirse en un practicante de Falun Dafa?
Un accidente de coche en 2010 le dejó secuelas. Diez meses después de recibir el alta hospitalaria, seguía experimentando mareos y acudía con frecuencia a los médicos. Los médicos de medicina occidental no pudieron encontrar la causa del problema, así que acudió a médicos de medicina china. Nada cambió. A pesar de su corta edad, 25 años, su salud se estaba deteriorando.
Una bendición disfrazada
Un compañero de trabajo le sugirió que probara de practicar Falun Dafa. Ese compañero de trabajo ya le había hablado a Wenyuan de esta disciplina espiritual, y sabía que su colega se había recuperado de un problema de salud gracias a la práctica de Falun Dafa. Pero Wenyuan no estaba interesado. Esta vez, cuando su colega le sugirió que practicara Falun Dafa, sintió que era lo único que podía salvarle.
Ya había probado otras prácticas. Todas ellas prometían mejorar la salud, pero Falun Dafa era diferente. En sus enseñanzas, el fundador de Falun Dafa, Li Hongzhi, hablaba de convertirse en mejor persona a través de la autocultivación, siendo amable y soportando dificultades. Además, los practicantes no pedían dinero, ya que la práctica se enseñaba de forma gratuita. Un practicante le dijo: "No puedo decir que las prácticas que piden dinero sean malas, pero la que no te pide ni un céntimo es la más recta". Wenyuan estuvo de acuerdo.
Al día siguiente, su compañero de trabajo le dio Zhuan Falun, el libro principal de las enseñanzas. Pero después de leerlo brevemente, Wenyuan tenía muchas preguntas. Tampoco podía dejar de buscar el placer en la vida. "Había tantas cosas que quería hacer y probar", dijo. Dejó el libro a un lado y solo aprendió los ejercicios. Su salud no mejoró y siguió visitando a su médico. Finalmente decidió practicar realmente Falun Dafa y ver qué pasaba. Después de empezar a practicar en serio, sintió que el accidente fue una bendición disfrazada.
Dejando de fumar
A Wenyuan le gustaba beber y fumar. Debido a los mareos causados por el accidente de coche, dejó de beber, pero no pudo dejar de fumar. En la Séptima Lección de Zhuan Falun, el Maestro Li escribió que un practicante no debe fumar. El siguiente cigarrillo que Wenyuan encendió, tenía un sabor tan repugnante que lo tiró. Por curiosidad, intentó fumar de nuevo, pero no sintió el mismo efecto. Así, su adicción desapareció. Se dio cuenta de lo mal que olían los cigarrillos.
Fumaba desde los 16 años, pero seis meses después de empezar a practicar Dafa, dejó de tener ganas de fumar. Cuando les contó a sus amigos esta experiencia, se quedaron sorprendidos por el poder de Dafa.
Después de empezar a practicar Falun Dafa, sus mareos desaparecieron. Sus otras dolencias también desaparecieron poco a poco. Ya no tenía dolores de espalda y podía permanecer de pie durante mucho tiempo. Cuando las molestias en los oídos lo mantenían despierto, leía libros de Falun Dafa en lugar de dormir. Sintió que un Falun (rueda de la ley) giraba alrededor de sus oídos, después, dejó de tener insomnio.
Recientemente, un conocido de negocios se quejó de que sufría de insomnio. Wenyuan compartió sus experiencias después de practicar Falun Dafa. Dijo que también tenía problemas para dormir. Estaba agotado, pero no podía conciliar el sueño. Ahora, su calidad de sueño es excelente. Se siente tranquilo y en paz.
Dejando de lado el resentimiento hacia su padre
Wenyuan considera que el mayor cambio que experimentó después de convertirse en practicante fue dejar de lado el resentimiento hacia su padre.
Siempre sentía como si su padre fuera su dueño. Después de empezar a practicar Falun Dafa, supo que esto era algo en lo que tenía que trabajar. Una vez, su padre quiso comprar un coche. Sin hablarlo con su hijo, lo compró. "En el pasado, me habría peleado con él. Recordé que debía tener compasión. Le expliqué por qué no era el momento adecuado para comprar un coche. Al final, le ayudé a devolver la compra", dijo.
Cinco años después, su padre quiso volver a comprar un coche. Se quejó a su mujer de que su hijo no le dejaba elegir un coche. Esta vez, Wenyuan busco la causa en sí mismo. Descubrió que aún albergaba resentimiento y que era reacio a asumir el coste de la compra de un coche.
Pensó que tenía que acabar con este conflicto y que era una oportunidad de cultivarse. Al día siguiente se ofreció a llevar a su padre a comprar un coche. Consideró las cosas desde la perspectiva de su padre. Miraron tanto coches nuevos como de segunda mano y finalmente Wenyuan compró uno.
"Intenté evitar el problema, pero cuando decidí afrontarlo y soltar mi apego, sentí que estaba cambiando y mis padres también lo sintieron", dijo.
"Si no practicara la cultivación, no podría imaginarme cuáles serían hoy mis valores morales. La cultivación me ha convertido en una persona más estable. Cuando mis colegas o amigos tienen problemas, confían en mí. Comparto con ellos mi opinión desde el punto de vista de un practicante y les doy sugerencias", dijo. Este es otro de los cambios positivos que ha conseguido con la práctica de Falun Dafa: aprender a ayudar a los demás.