(Minghui.org) Soy originario de Vietnam y vivo en Japón. Estos últimos tres años, muchos vietnamitas comenzaron a practicar Falun Dafa. Los practicantes japoneses que comenzaron la cultivación hace años, atravesaron dificultades al asumir la responsabilidad de muchos proyectos de aclaración de la verdad. Los practicantes vietnamitas estamos ansiosos por ayudarlos. Sin embargo, debido a las limitaciones del lenguaje, además de distribuir materiales informativos y participar en desfiles, la mayoría de los practicantes vietnamitas no puede participar en proyectos de aclaración de la verdad. Desde el brote de la pandemia, estas formas de aclaración de la verdad también fueron restringidos.
El pasado diciembre, algunos practicantes comenzaron a dejar volantes de aclaración de la verdad en los buzones de correo. Este enero, la Asociación de Dafa de Japón envió un aviso llamando a todos a participar en esta labor. Sentimos que era un arreglo del benevolente Maestro, dando a los practicantes vietnamitas que recién obtenían el Fa o enfrentaban la barrera del idioma, una oportunidad para llegar a las personas. Siempre y cuando tengamos el corazón para salvar seres conscientes, podemos participar en la actividad.
Ya que la mayoría de los practicantes viven en algunas ciudades importantes, organizar actividades en las pequeñas ciudades es complicado. Dejar volantes en los buzones requería caminar por horas para poder llegar a cada hogar. En algunas áreas escasamente pobladas, especialmente en las zonas montañosas apartadas, caminar hasta cada casa puede ser bastante duro.
Como la mayoría de los practicantes vietnamitas son jóvenes, sentimos que es nuestra responsabilidad hacer más. Ahora, más de 70 practicantes vietnamitas participamos distribuyendo materiales en los hogares. Estamos en alrededor de 23 regiones de las 47 capitales, provincias, prefecturas y condados de Japón.
Valoramos esta maravillosa oportunidad de coordinar con todos los practicantes en Japón para salvar a la gente. Incluso si todos solo hacen un poquito, podemos difundir la verdad en muchos lugares. Los practicantes hacen un buen uso de su limitado tiempo y hacen todo lo que pueden. Hemos persistido durante casi diez meses y repartido aproximadamente 1,1 millones de volantes.
Debajo hay algunas experiencias de tres nuevos practicantes vietnamitas que tuvieron mientras distribuían volantes.
La historia de Alan
Comencé a practicar Falun Dafa hace un año y soy muy afortunado de tener la ayuda de los compañeros practicantes. He tenido muchas oportunidades de trabajar al lado de practicantes chinos y vietnamitas al distribuir materiales. Poco después de que comencé a practicar, otro practicante sugirió que leyera las enseñanzas dadas por el Maestro en otras regiones. Desde entonces, entiendo que lo que he estado haciendo es “asistir al Maestro en la rectificación de Fa”.
Vivo en una región montañosa y hay menos personas que en las grandes ciudades. Al principio los otros tres practicantes y yo nos enfocamos en áreas más densamente pobladas con muchos edificios altos cerca de la parada del autobús. Luego, gradualmente íbamos a las áreas más alejadas.
Un día, salí en mi bicicleta a repartir volantes. La estacioné junto a la carretera, caminé hasta el edificio más cercano y comencé a dejar volantes en los buzones. Cuando regresé, mi bicicleta no estaba. Me calmé y pensé: “Lo que estoy haciendo está relacionado con Dafa; ¿Cómo puedo molestarme por perder mi bicicleta?”. Así que, seguí repartiendo volantes. Repartí todos los volantes que llevaba y volví a buscar mi bicicleta. Estaba justo frente a mi. Estaba muy feliz y agradecido con el Maestro.
Todos en nuestro pequeño grupo son nuevos practicantes. Al principio de este proyecto, todos decíamos que nos sentíamos cansados después de caminar largas distancias. Algunos incluso contaron que llevaban pantuflas para poder cambiarse el calzado y descansar un rato. Ahora, sin embargo, a veces salimos de casa cuando el sol apenas sale y solo volvemos en la noche. Por momentos caminamos más de 20 kilómetros por caminos de montaña, pero no nos sentimos cansados cuando regresamos a casa. Por el contrario, nos sentimos energéticos y todos hemos experimentado cuán maravilloso es Dafa.
Una practicante es pequeña y delgada. Ella siempre trae muchos materiales y su mochila y bolso de mano pesan cerca de 10 kilos. Se dobló el tobillo dos veces. Dijo que antes si se doblaba el tobillo, le tomaba más de un mes recuperarse y tenía que andar de puntillas. Aquel día cuando se dobló su tobillo, su primer pensamiento fue que ella era una cultivadora así que no había problema. Continuó caminando y no tenía dolor. Al día siguiente notó que su tobillo estaba hinchado y magullado, pero no dolía. Continuó repartiendo volantes con nosotros.
Durante un día lluvioso, todos nos reunimos en mi casa para empacar materiales en sobre. Una vez una practicante dijo que siempre tenía dolores de cabeza luego de irse de mi casa. A veces también tenía dolores de cabeza cuando regresaba a su casa luego de repartir volantes. Ese día, cuando tomó los materiales, vio que estaban llenos de Budas, Taos y Dioses. Estaban sentados en un círculo, emitiendo una resplandeciente luz dorada. Era muy hermoso. Estaban todos mirando a los seres conscientes que tomaban su decisión. Las posiciones de todos estaba arreglada, pero en los niveles más bajos eran todos negros. Lo que ella vio estaba en otra dimensión.
Los practicantes entendieron que los materiales en mi casa estaban en el dormitorio y el cuarto estaba muy desordenado. Lo limpiamos y reorganizamos todo. La siguiente vez que la practicante vino a mi casa, dijo que su cabeza no le dolía más y que era muy fácil entrar en tranquilidad cuando meditaba aquí.
No importa qué suceda, nos recordamos mantener pensamientos rectos. Mientras participamos en este proyecto, nuestros apegos son expuestos y los seguimos eliminando. Cada vez que nos encontramos con problemas, nos decimos “nada es por casualidad” y agradecemos al Maestro por protegernos siempre.
El camino de cultivación de Ben
El pueblo en el que me ofrecí a repartir materiales está escasamente poblado. Las casas están alejadas y no hay luces en las calles. Solo pude repartir volantes los fines de semana. Me tomó un largo tiempo caminar a cada casa así que solo pude repartir unos pocos materiales. Luego decidí que repartiría volantes en el lugar en el que me quedaba los sábados y los domingos iría a las grandes ciudades.
Desde que comencé a participar en este proyecto, mi deseo por la comodidad no se ha eliminado. No he hecho bien las tres cosas que los practicantes deben hacer. A veces, mis pensamientos están perturbados y pienso: “¿Estoy realmente salvando a los seres conscientes? ¿Es efectivo este método?”. Estos pensamientos me hacen cuestionar qué es lo que estoy haciendo.
Unos días después, otro practicante y yo fuimos a recoger la impresora para imprimir los sobres donde ponemos los materiales. Mientras conducimos, las palabras "Difundir el Fa" aparecieron en el GPS del automóvil. Nos pusimos muy felices. Unos días después, salí solo a repartirlos. Cuando abrí el baúl de mi auto para tomar los materiales, vi dos flores de udumbara. Las fotografié y mandé las fotos a otros practicantes. Todos afirmaron que eran flores de udumbara. Esto fortaleció mis pensamientos rectos respecto a lo que estaba haciendo.
Días más tarde, otro practicantes vietnamita y yo terminamos de repartir un lote de volantes. Cuando abrimos el camión descubrimos que más flores de udumbara habían aparecido además de las dos primeras flores. Todos estábamos muy felices y agradecemos al Maestro por fortalecer nuestros pensamientos rectos y alentarnos a continuar a pesar del calor y el clima húmedo.
Una noche, soñé sobre el día en el que el Fa rectificó el mundo humano. Vi a muchos practicantes que ya habían obtenido la Perfección antes de la rectificación del Fa. Sus cuerpos ya eran cuerpos Fo. Algunos de los cuerpos de los practicantes se convirtieron en Fo cuando Fa rectificó el mundo humano; otros solo pudieron transformar la mitad de sus cuerpos en cuerpos Fo. Algunos practicantes lloraron de arrepentimiento al no poder alcanzar la iluminación.
Yo pertenecía al grupo de practicantes que solo miraban mientras otros practicantes se transformaban en Fo, pero yo no podía. Cuando desperté, me sentí muy triste y me culpé.
Cuando volví a casa del trabajo y prendí mi computadora, la frase “fin del mundo” de repente apareció en la pantalla. Me alarmé. Las experiencias que tuve luego de esto me mostraron que el Maestro me estaba iluminando y salvándome, aunque no me estaba cultivando diligentemente. Me di cuenta que el Maestro me estaba pidiendo que valorara el tiempo limitado que me queda.
Después de todo mis pensamientos rectos se volvieron más fuertes y eliminé mi apego a la búsqueda de la tranquilidad y el confort. Ahora, uso mi tiempo libre para hacer bien las tres cosas que los practicantes de Dafa tenemos que hacer. En los fines de semana cuando no tengo que trabajar, ayudo a distribuir volantes. También llevo materiales de aclaración en mi auto. Distribuyo materiales a donde quiera que vaya.
La historia del practicante Chen
Mi trabajo termina a las 5:30 p. m. así que usualmente reparto volantes desde las 6 a las 7 p. m. A menudo llueve en las tardes de verano. Una vez cuando recién salía del trabajo, el cielo estaba oscuro y estaba lloviendo. Como tenía los materiales, decidí ir y repartirlos. Mientras conducía en mi vecindario, le pedí al Maestro que no dejara llover. Después de repartir los volantes durante media hora, miré al cielo y vi que se había iluminado con solo unas pocas nubes. Me puse muy feliz, y no llovió hasta tarde esa noche.
En otra ocasión cuando me iba del trabajo, el cielo ya estaba oscuro. Nuevamente, busqué la ayuda del Maestro para que no dejara que lloviera entre las 6 y las 7 p. m. mientras distribuíamos volantes, no llovió. Después de que terminamos y volvía a casa, comenzó a llover fuertemente. Realmente entiendo que mientras tengamos el corazón, el Maestro arregla todo para nosotros.
Estas son las experiencias de cultivación de practicantes vietnamitas en Japón mientras repartimos volantes de aclaración de la verdad. Dado a nuestro limitado nivel de entendimiento, amablemente déjenos saber dónde podemos mejorar en nuestra cultivación.
¡Gracias Maestro! ¡Gracias compañeros practicantes!
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