(Minghui.org) Por años estuve tan enferma, que olvidé lo que se sentía estar libre de enfermedades. Sobrevivía en base a la medicación. Estaba llena de enfermedades de la cabeza a los pies y todos mis órganos funcionaban mal. Me sentí desesperada y pensé: "A menos que un inmortal descienda de los cielos y me ayude, nunca volveré a estar sana". Siempre tuve la sensación de que un día, un ser divino realmente podría venir de los Cielos y ayudarme. No sabía de dónde venía ese pensamiento, pero me mantuve sintiendo esperanza. Con todas mis enfermedades, no quería ser una carga para mi familia. Cuando le sugerí el divorcio a mi esposo, se sintió aliviado y rápidamente comenzó una nueva familia.
Un rayo de esperanza
El Maestro dijo:
“…con relaciones predestinadas de miles de vidas Conectadas todas por el hilo de Dafa” (El difícil camino hacia el estado divino, Hong Yin (II)).
En diciembre de 1993, tuve la suerte de obtener una copia de Falun Gong. El 6 de enero de 1994, asistí al Seminario de Nueve Días del Maestro en Guangzhou. Miles de personas de toda China acudieron en masa a Guangzhou para asistir a las clases.
Un practicante dijo que vivía a 13.000 kilómetros de distancia. Cuando escuchó que el Maestro impartiría estas clases, viajó a Guangzhou. No dejaba de preguntar si el Maestro realmente vendría. Aunque estaba muy preocupado, estaba decidido y dijo que no descansaría hasta encontrar al Maestro. Haciendo el largo viaje a Guangzhou, subió montañas, cruzó ríos, tomó trenes, cambió de transbordador e incluso tomó un avión. Cuando finalmente obtuvo el boleto de entrada a la clase del Maestro, estaba tan feliz que lloró. ¡Tuvo la suerte de conocer al Maestro en persona, antes de la clase! Esto fue lo que compartió con los compañeros practicantes que asistieron a ese seminario de nueve días.
Todos los practicantes locales de Guangzhou que tenían vehículos, silenciosamente ayudaban a los practicantes que venían de largas distancias. Justo cuando estábamos a punto de comenzar a pedir indicaciones, un joven que conducía una motocicleta se detuvo frente a nosotros y preguntó: "¿Están aquí para asistir al Seminario de Nueve Días del Maestro?". Respondimos: “¡Sí! ¡Sí!". Dijo: “Estoy aquí para ayudarlo. No se preocupen. Permítanme llevar a dos de ustedes a su hotel antes de regresar a buscar al resto. ¿Está bien?
Después de escuchar dónde nos estábamos quedando, dijo: "Ese lugar no está lejos del parque Yue Xiu". Nos llevó sin contratiempos a nuestro hotel.
Estábamos muy conmovidos. Sentimos a este practicante que no habíamos conocido nunca antes, como un miembro de la familia que no habíamos visto en mucho tiempo. Su comportamiento desinteresado, también dio ejemplo para los nuevos practicantes como nosotros. ¡Este fue un ejemplo del gran calibre de los practicantes de Dafa!
¡El Maestro nos entregó tan grande Fa de Fo y justo en nuestra puerta! Todos estaban de buen humor y Guangzhou se sentía tan tranquilo y maravilloso en ese momento. Incluso el clima era brillante, realzando la belleza del cielo azul salpicado de nubes blancas.
El Maestro dijo:
“Buscando al Shifu por tantos años, un día la oportunidad para encontrarle aparece...” (Predestinado a regresar al sagrado estado de Fruto, Hong Yin).
Todos estaban anhelantes por ver al Maestro. Muchos practicantes llegaron al lugar mucho antes de la hora designada para la clase y esperaron al Maestro. Cuando el Maestro llegó puntualmente y entró al lugar, los aplausos atronadores se prolongaron durante mucho tiempo. Más de cuatro mil personas asistieron a las conferencias.
Cuando el Maestro comenzó la conferencia, todos escucharon atentamente. Nadie quería perderse ni una sola palabra.
El Maestro usó un lenguaje muy simple para hablar sobre los principios profundos del Fa. Para ayudarnos a comprender, el Maestro incluso citó ejemplos prácticos de la vida cotidiana, e incluyó pequeñas historias. Las conferencias de Shifu siempre eran interesantes, y Él guiaba a los practicantes a entrar a la situación que estaba describiendo, ¡de modo que con frecuencia se reían desde el fondo de sus corazones y aplaudían calurosamente!
Las clases de Shifu, hacían que la gente siempre tuviera sed de más, ya que Él quería que nos beneficiáramos de una cosecha abundante del Seminario de 9 días. ¡Realmente esta era una oportunidad muy rara que no podía ser desperdiciada! Hay un viejo dicho chino: “Una vez que pases este pueblo, no habrá más una posada disponible”. Cuando escuchamos al Maestro decir esto durante su conferencia, todos los practicantes en el lugar aplaudimos calurosamente al unísono.
Lo que Shifu nos dijo fueron cosas que nunca antes habíamos escuchado o visto en ningún libro. A través de las conferencias de Shifu y el estudio continuo de Zhuan Falun, ¡gradualmente comprendí que lo que Shifu nos enseñó era en realidad la gran ley del universo y una escalera al Cielo!
El Maestro me ayudó a eliminar mi yeli (karma) y mis enfermedades
Shifu nos dijo que nos ayudó, reduciendo el sufrimiento de nuestras inmensas cantidades de yeli (karma). Él nos sacó del infierno, limpió nuestras almas y nos empujó hacia adelante. ¡Sin el sufrimiento y el sacrificio del Maestro, definitivamente no podríamos cultivarnos y tampoco tendríamos derecho a cultivarnos! Los practicantes lloraban mientras escuchaban.
La protuberancia de mi disco lumbar era muy severa cuando Shifu impartió las clases en Guangzhou. Pegaba muchas piezas de apósitos medicinales en la zona, que costaba 80 yuanes la pieza y también aplicaba medicinas a base de hierbas, pero ninguna funcionaba. En ese momento, mi salario mensual era de solo unas pocas docenas de yuanes, por lo que no había forma de que pudiera pagar el tratamiento.
Después de escuchar las conferencias de Shifu, entendí que todas mis enfermedades eran causadas por mi yeli (karma), por lo que debía soportarlas. Shifu también explicó la medicina occidental, la medicina china y los tratamientos por qigong. También nos contó los principios del Fa acerca de cómo ayudó a sus discípulos a eliminar su yeli. ¡Explicó todo muy claramente!
Entendí que todas las enfermedades y las dificultades fueron causadas por el yeli que yo creé, ya sea en esta vida o en mis vidas anteriores. Hice daño a otros para beneficiarme, o hice otras cosas que me hicieron perder la virtud. Por lo tanto, debo cumplir con los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia para ser una persona buena y virtuosa. Cuando me enfrento a conflictos, debo buscar mis propios defectos y tratar a los demás con amabilidad y comprensión.
Shifu nos dijo el origen de las enfermedades y de cómo los principios atrás de la cultivación en Dafa, nos ayudan a eliminar nuestras enfermedades. Durante la clase, Shifu limpió nuestros cuerpos. ¡Él eliminó todos los problemas grandes y pequeños de mi cuerpo!
El Maestro enseñó con el ejemplo
Un día, cuando era casi la hora de que la clase comenzara, todos esperamos a Shifu. Solo los practicantes asistentes estaban fuera del salón. Cuando llegó Shifu, vio que las bicicletas se habían caído, así que comenzó a recogerlas y ordenarlas cuidadosamente.
Una practicante llegó tarde y vio que un caballero alto ordenaba las bicicletas. Ella pensó que el hombre era un practicante asistente, así que lentamente pasó junto a Él hacia el salón. Sin embargo, tan pronto como entró al salón, todos los practicantes se pusieron de pie y aplaudieron calurosamente. Esta practicante no entendía por qué tanta gente, no solo aplaudió sino que se emocionó mucho. Se quedó desconcertada cuando todos miraban en su dirección. ¡Se dio la vuelta y vio a Shifu justo detrás de ella! Esta practicante estaba llena de arrepentimiento por haberse atrevido a caminar frente a Shifu y no dejar que respetuosamente Shifu fuera primero.
De repente en ese momento, se dio cuenta: ¡el caballero que estaba ordenando cuidadosamente las bicicletas afuera, era en realidad Shifu! El Maestro estaba enseñando a sus discípulos dándoles un ejemplo.
El Maestro no aceleró su paso para adelantar a la practicante que caminaba lentamente frente a él. En cambio, Shifu simplemente caminó detrás de esta practicante. ¿Y quién era esta practicante? ¡Era yo!
Antes de empezar a practicar, no era cortés, no sabía cómo ceder ante los demás sin importar qué. Siempre arremetía agresivamente. Años más tarde, cuando recuerdo lo que sucedió ese día, todavía me siento mal de que mi xinxing fuera tan pobre. La inmensa benevolencia de Shifu está profundamente grabada en mi corazón y se ha convertido en una fuerza eterna que me motiva a cultivarme con diligencia.
Durante la clase, Shifu estaba llevando a los practicantes hacia niveles más altos y el xinxing de los practicantes mejoró rápidamente. Todos cambiamos de, al principio competir para correr al salón y sentarnos al frente, a dejar que los demás fueran primero y entrar al salón de una manera ordenada. Algunos practicantes cedieron voluntariamente sus asientos a otros y se sentaron en la última fila. Los practicantes que gozaban de una buena situación económica incluso ayudaban a los practicantes que no tenían mucho dinero. Todos aprendimos a sacrificarnos por los demás y a poner a los demás antes que a nosotros mismos.
Antes de que Shifu comenzara la conferencia, siempre nos decía a todos, que si alguien encontraba un objeto perdido, lo colocara en el estrado y el dueño del objeto podía ir a buscar sus cosas después de la conferencia.
Han pasado más de 20 años, pero todavía recuerdo vívidamente esas escenas conmovedoras de cuando asistí a las últimas clases que impartió Shifu. También sigo recordándome lo que Shifu dijo. ¡Me motiva a ser cada vez más diligente en mi cultivación!
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