(Minghui.org) Me percaté de que una practicante tenía un fuerte apego sentimental hacia su hijo y se lo indiqué. Se enfadó y se negó a escuchar.
Ella me ayudó cuando experimenté una tribulación, así que sentí que se lo debía. Me preocupaba que nunca más fuéramos amigas y que ya no me ayudara más. Me arrepentí de habérselo dicho y me culpé.
La auto culpabilidad se apoderó de mí con tanta fuerza que me acurruqué en el dolor. El dolor se volvió tan intenso que incluso tuve el pensamiento de dejar de practicar. En el momento que mi cabeza estaba a punto de tocar el colchón, de repente me di cuenta que la auto culpabilidad y el arrepentimiento eran emociones incorrectas. Si cometía un error, debía corregirme y hacerlo mejor la próxima vez.
“¿Por qué estoy llena de culpabilidad y arrepentimiento?”. Tan pronto como esta pregunta vino a mi mente, vi algo en otra dimensión”.
Era de noche y estaba en la playa mirando hacia el vasto océano. Y el agua tranquila, silenciosa y aceitosa y me rodeó rápidamente. En medio de la extensa agua negra surgió una cabeza y dos ojos furtivos y estrechos, que escudriñaron con disimulo de izquierda a derecha. Entonces nuestras miradas se encontraron, la cabeza parecía sorprendida y rápida y silenciosamente se deslizó bajo el agua. En esta dimensión, mi cuerpo volvió a sentirse normal.
Creo que el Maestro vio mis pensamientos rectos y eliminó la sustancia negativa en la otra dimensión por mí. ¡Gracias Maestro!
Al escribir esta experiencia, quiero recordar a los practicantes que esas emociones incorrectas no son nuestro verdadero yo. Espero que otros practicantes puedan reconocer que esos pensamientos y emociones negativas no son nuestros y que los puedan eliminar con determinación.