(Minghui.org) Después de que comenzó la persecución a Falun Dafa en julio de 1999, solo unos pocos practicantes de nuestra aldea continuaron practicando. La policía venía frecuentemente a acosarnos o allanar nuestras casas, a veces nos arrestaban. Cada vez que los funcionarios del pueblo sabían que iba a llegar la policía, nos avisaban con anticipación para protegernos. A menudo les aclaramos la verdad sobre Falun Dafa y les damos material informativo. Asimismo, los hemos ayudado a renunciar al PCCh (partido comunista chino) y a sus organizaciones afiliadas. También fueron bendecidos por apoyar a Dafa y han sido reelegidos en cada elección.
A fines del año pasado un compañero practicante y yo distribuimos en la aldea calendarios de Año Nuevo y materiales para aclarar la verdad. Los residentes estaban encantados de recibirlos y algunos renunciaron al PCCh y a sus organizaciones afiliadas. Nos animó ver a la gente despertando.
Una noche fuimos de nuevo con más material. Visitamos cada edificio de apartamentos, tomamos el ascensor hasta la cima y bajamos de piso a piso. Tocamos la puerta de cada unidad para hablar con la gente y entregar los materiales. Cuando no abrían la puerta, colgábamos los materiales en la perilla de la puerta.
Al llegar al último edificio y a punto de subir, alguien nos llamó. Resultó que era el secretario del pueblo. Él dijo: “Sé quién eres tú. Deberías darte prisa y salir de esta zona".
Tomamos su palabra y nos fuimos. Él nos siguió. Después de llegar a un lugar seguro nos dijo que se convocó a los funcionarios de la aldea para una reunión y se les advirtió que los practicantes de Falun Dafa estaban distribuyendo materiales allí. Nos pidieron que no volviéramos a esa zona esa noche y que tuviéramos cuidado. “Yo me ocuparé del resto”, nos dijo.
Más tarde supimos que la policía revisó el video de vigilancia para buscarnos. Como los dos habíamos usado máscaras, los funcionarios del pueblo dijeron que no podían reconocernos. Nos conmovió mucho su amable protección.