(Minghui.org) ¡Saludos, Maestro! ¡Saludos, compañeros practicantes!
Debido a que el Maestro mencionó el sitio web Minghui en el Fahui de Nueva York 2019, pensé que debía colaborar en este importante proyecto. Traducir y editar artículos de Minghui me han ayudado enormemente en mi cultivación. Al leer artículos, mi xinxing se ha elevado, y mi compasión y tolerancia -dos de las características que necesitaba mejorar- aumentaron.
Protegido
Cuando tenía unos tres años, mis primos y yo estábamos jugando al escondite en un granero. Mis primos decidieron jugar en otro lado y se fueron. Los busqué por todas partes. El piso del tercer nivel del granero estaba abierto; caí por la abertura y aterricé en el piso de concreto, tres niveles por debajo.
Solo cuando mis primos se fueron a casa, mi madre se dio cuenta de que había desaparecido. Cuando me encontró, estaba tirado en el suelo, inmóvil. Desperté en cuanto me recogió. Sorprendentemente, no tenía lesiones, ni siquiera un rasguño.
Durante años, mi madre dijo que ese día me protegió un ángel.
Desde entonces, siempre sentí que alguien me cuidaba. De vez en cuando, incluso probaba si la protección era real.
Un día, cuando tenía unos seis años, tuve una idea. Iba a correr ida y vuelta por la calle, frente a mi casa, para ver qué pasaría. ¿Se detendrían o me rodearían los autos? Corrí de un lado a otro varias veces. Mamá me vio y me detuvo.
Dijo que no debería verificar esta protección; en cambio, debería estar agradecido.
A lo largo de mi vida, experimenté esta protección en muchas ocasiones.
Empezando a practicar Falun Dafa
Cuando tenía treinta años, escribía palabras inspiradoras en pequeñas tarjetas, para motivarme. Las sacaba y las recitaba en silencio mientras esperaba o viajaba en el autobús. Anhelaba un verdadero Maestro que guiara mi vida. Cuando encontré a Dafa y vi la imagen del Maestro Li, supe que era Él al que estaba esperando.
El año 2001 fue el punto más bajo de mi vida. En unos pocos meses me diagnosticaron cáncer, pasé por un divorcio, vendí mi casa y me cambié a un apartamento. Estaba plagado de insomnio crónico, ansiedad y dolor en las articulaciones. La enfermedad y las presiones de la vida me agotaban.
Después de asistir al primer día de un taller de Falun Dafa, comencé a hacer los ejercicios todos los días, en casa. A pesar de que no tenía una buena comprensión de los movimientos, persistí. Dos semanas después, mi insomnio había desaparecido. Me sorprendió bastante y comencé a unirme al grupo semanal de estudio del Fa en nuestro centro comunitario.
Dos meses después de empezar a practicar, participé junto con otros practicantes a una actividad en otra ciudad, para presentar Falun Dafa al público. De camino a casa, de repente, sentí como si me hubieran quitado una armadura de mil libras de mis hombros. Me sentí ligero. Ese fue el momento en que me liberé de la ansiedad.
Seis meses después, mi hermana mencionó la medicación que solía tomar para mi dolor en las articulaciones. Me di cuenta de que no había comprado ese medicamento en cuatro meses. Mis articulaciones ya no me dolían. En poco tiempo, mis enfermedades se habían ido, y había regresado a mi ser lleno de energía.
Agradecido por la vida arreglada por el Maestro
Soy el más joven de mis hermanos. Mi familia valora el humor y las habilidades de comunicación, y yo era sobresaliente en este aspecto. Cuando me volví adulto, mis amigos y familiares disfrutaban de mi sentido del humor.
Después de empezar a practicar, la cultivación del habla fue una de las primeras cosas en las que trabajé. Es posible que otros practicantes no hayan notado la diferencia, pero las personas cercanas a mí vieron los cambios.
Primero lo notaron mis colegas. Estaban acostumbrados a escuchar bromas ocasionalmente o comentarios graciosos de mi parte. Dejé de hacer eso, y algunos me dijeron que les gustaba más mi "viejo yo". Me alegró oír esto, ya que significaba que estaba cuidando mi habla.
El Maestro dijo:
“En el lugar de trabajo o en la sociedad, algunos pueden decir que tú eres malo, pero no necesariamente eres realmente malo; algunos dicen que tú eres bueno, pero no necesariamente eres realmente bueno” (Primera Lección, Zhuan Falun).
Normalmente practico diligentemente, pero a veces no puedo superar obstáculos. Por ejemplo, no me llevó mucho tiempo memorizar la versión anterior de Lunyu, pero tuve dificultades con la nueva versión. Me pregunté si se debió a que me quejaba demasiado de cómo la traducción de la nueva versión pasó por numerosas rondas de edición.
Intenté memorizar Lunyu varias veces; casi terminé de memorizar el primer párrafo, y paré por unos días. Entonces, olvidé lo que había memorizado. Me siento avergonzado por esto. Se siente como una sustancia pegajosa que me está impidiendo memorizar Lunyu.
Seguiré cultivándome, abriendo mi sabiduría y alma, para fortalecer mi sabiduría y cumplir la misión de mi vida.
Estos son algunos de mis entendimientos en mi nivel actual. Por favor, señalen amablemente cualquier cosa inapropiada.
¡Gracias, Maestro! ¡Gracias, compañeros practicantes!