(Minghui.org) Mi nieta tiene 9 años. Cuando era un bebé empecé a hacer que escuchara las conferencias del Maestro Li y la música de Dafa. También le enseñé los poemas de Hong Yin del Maestro. Comenzó a practicar los ejercicios de Falun Dafa el año pasado. Como sus padres no son practicantes, rara vez estudia el Fa o hace los ejercicios en su casa. Este año, se vino a mi casa. El Maestro le abrió el tianmu, y puede ver cosas asombrosas en otras dimensiones; vio al Fashen del Maestro varias veces. Yo no puedo ver nada, pero me alegro mucho por ella. Agradezco al Maestro que haya arreglado que esta pequeña practicante esté conmigo para animarme a que me cultive con diligencia.
Viendo a budas y al Maestro
La escuela de mi nieta no abrió este año debido a la pandemia del virus PCCh (coronavirus), así que se queda a menudo en mi casa. Decidimos que meditaríamos por las mañanas a las 6:30, durante media hora. Dos días después, me dijo: "Abuela, había muchos dioses y Budas cuando meditábamos. Algunos estaban sentados en lotos, y otros estaban flotando con las piernas cruzadas. Hoy había más que ayer. La sala estaba llena. Algunos nos miraban desde fuera, por la ventana".
También me comentó que el Maestro llegó después. La elogió y le dijo que "meditó muy bien". Mi nieta contó que el cuerpo del Maestro era enorme, incluso más grande que el edificio. No podía verle la cabeza, así que voló para verlo. Cuando estaba volando, vio que su propio cuerpo era transparente y que era una persona adulta en lugar de una niña. Dijo que nuestro edificio, el techo, las paredes y las ventanas eran transparentes. Podía ver a los vecinos haciéndose el desayuno, y podía atravesar sus habitaciones. Voló muy alto y vio que algunos practicantes se sentaban alrededor del Maestro y hablaban sobre la cultivación. También estudiaban el Fa. No tenían ningún libro en sus manos, pero recitaban Zhuan Falun con mucha fluidez.
Un maravilloso hogar en el Cielo
Una noche me dijo que vio al Maestro salir del cuadro que tiene su retrato y que varios dioses y budas lo siguieron. Había una cuadriga (un carro tirado por cuatro caballos, un antiguo símbolo griego y romano). El Maestro la invitó a subirse al carro. Surcaron los Cielos y visitaron su verdadero hogar y a sus padres. Sus padres del Cielo no eran los mismos que sus padres en el mundo humano. Eran deidades y muy hermosas. El Maestro también arregló su hogar con muchos seres conscientes dentro. Le mostró la casa de sus padres en el mundo Falun, la cual era muy hermosa.
El Maestro también le mostró un mundo antes de que fuera eliminado. Era oscuro, como la gente que lo habitaba: oscura y sucia. Aunque fue con el Maestro a muchos lugares en otra dimensión, cuando regresó, solo había pasado un momento en esta dimensión.
La nieta ayuda a la abuela
A la mañana siguiente, mi nieta dijo que el Maestro le mostró el curso de la vida de muchas personas que nacieron, crecieron, envejecieron y eran eliminadas o iban al Cielo; pero ninguna era de su familia. Algunos discípulos de Dafa, que se habían cultivado bien, tenían cuerpos transparentes y brillantes. Todos se elevaron volando al Cielo. Algunos discípulos de Dafa, que no se habían cultivado tan bien, poseían cuerpos blancos, no muy transparentes y resplandecían con menos intensidad. De estos, los que creían en el Maestro eran enviados a un nuevo universo donde serían seres conscientes y algunos otros, los que no creían en el Maestro, eran eliminados.
Más tarde, el Maestro se sentó en un enorme loto y dijo algo que no logró entender. No era un lenguaje de nuestra dimensión. De repente una frase, en apariencia del Maestro, surgió en su mente: "Una practicante cercana a ti ha cometido una equivocación. Su espíritu asistente ha llegado a estar casi bien cultivado, pero su espíritu principal no puede seguir holgazaneando". El Maestro se alejó flotando después de aquello.
Cuando mi nieta me relató lo que el Maestro dijo, me sorprendí y me di cuenta de que estaba usando su boca para iluminarme. Traté de averiguar lo que había hecho mal. Me di cuenta de que cuando enviaba pensamientos rectos, me inclinaba, bajaba la cabeza y me quedaba dormida. También me quedaba dormida durante el estudio del Fa y, a veces, incluso se me caía el libro al suelo. Cuando hacía la meditación sentada, sentía que la hora pasaba muy rápido pero no recordaba haber hecho algunas de las posiciones. Comprendía que probablemente me había quedado dormida. Mi nieta me decía a menudo: "¡Abuela, levanta la cabeza! ¡Abuela, se te está cayendo la cabeza en dirección a las piernas!". Recientemente, me grabó un video mientras meditaba y me lo mostró. Acabé dándome cuenta de lo terrible que era la situación.
Pensé que me cansaba demasiado tener que cuidarla y que cuando la escuela empezara de nuevo, todo mejoraría. No consideré que era un problema de mi cultivación hasta que me dijo las palabras del Maestro. El Maestro, compasivo, vio su corazón sincero y la iluminó para ayudarme. Me sentí muy avergonzada por mi falta de diligencia.
Me di cuenta de que esto es un asunto serio y decidí corregirme.
Ahora leo y recito: "Quien refina gong es quien obtiene el gong" de Zhuan Falun. Decidí reforzar mi espíritu principal y enviar pensamientos rectos con una mente clara. Mi nieta me lo recordaba activamente. Durante diez días, tuve que mantener los ojos abiertos mientras meditaba o enviaba pensamientos rectos, porque en cuanto los cerraba, empezaba a dormirme. También corregí mi postura, enderezando mi espalda y levantando la cabeza.
Además miré en mi interior y encontré muchos apegos humanos, como el odio, los celos, la queja sobre los demás, el deseo de presumir, validarme, perseguir la fama, querer oír cumplidos, querer ser mejor que los demás, pensar que soy mejor que los demás, temer que me persigan, buscar consuelo, la lujuria, etc. Había reconocido algunos de esos apegos antes, pero estaba ocupada haciendo cosas y no había tratado nunca de eliminarlos activamente.
También me di cuenta de otro problema serio. Cuando trataba de ayudar a los compañeros que estaban pasando por tribulaciones, no ponía a Dafa en primer lugar. En vez de eso, trataba de darles una guía sobre cómo cultivarse. Inconscientemente me puse por encima del Fa. Representaba una falta de respeto al Maestro y al Fa.
El Maestro nos enseñó:
“Aquello que ves en ese nivel está demasiado lejos del verdadero significado del Fa que enseñamos ... Si hablas de acuerdo con tus ideas y pensamientos, aquello no es Fa y no puede salvar a la gente, tampoco generar efecto alguno, por eso nadie es capaz de enseñar este Fa” (Zhuan Falun).
A pesar de que estudio el Fa todos los días, me olvido de la enseñanza del Maestro cuando me encuentro con problemas específicos.
Cuando la gente me elogiaba o me mostraba aprecio, les decía que había sido un arreglo del Maestro, pero aún así me alegraba, creyendo que había hecho algo especial y que era mejor que los demás. Esto respresentaba una falta de respeto hacia el Maestro.
El Maestro nos advirtió:
“Ahora, en esta clase ya hay algunos que piensan que ellos mismos son bastante buenos, incluso su actitud al hablar es diferente. Querer saber cómo es la situación de uno mismo, incluso en la religión budista esta cosa es un tabú" (Zhuan Falun).
Antes, cuando leía esta parte, nunca había reflexionado sobre mí e incluso pensaba que lo estaba haciendo bien. Inconscientemente estaba reforzando mi apego.
Hace unos días, fui a visitar a una compañera practicante que había sufrido la persecución. Me pareció que parecía muy diligente, así que ¿cuál era su problema? Hablé un poco de ella con otro compañero de práctica. Entonces me di cuenta de repente que yo estaba reconociendo la persecución de las viejas fuerzas, porque estas siempre recurren a probar a los discípulos de Dafa como una excusa para perseguirnos.
La practicante mira dentro de sí, así que se está cultivando. Debo apoyarla y enviar pensamientos rectos para eliminar la interferencia. Definitivamente no debo chismorrear sobre ella a sus espaldas. En cambio, debería hablar con ella y recordárselo amablemente.
¡Seré más humilde en el futuro, me cultivaré con diligencia, cumpliré mi misión y seguiré al Maestro para volver a casa!