(Minghui.org) Hace algunos meses, murieron muchas personas durante el brote de la epidemia. Como practicante de Dafa, sentí una gran preocupación.
Me impacientaba porque quería salir a ayudar a salvar a la gente. Le pedí al Maestro Li que me protegiera y fortaleciera mis pensamientos rectos. Entonces comencé a salir casi todos los días.
A pesar de que me encontraba con muy pocas personas, los saludaba afectuosamente y, por lo general, respondían del mismo modo. luego podía hablarles sobre los hechos de Falun Dafa con bastante facilidad.
Empezaba preguntándoles si habían oído hablar de Falun Dafa. Algunos decían que ya conocían la verdad, que habían renunciado al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas (la liga juvenil y los jóvenes pioneros), lo que también se conoce como "las tres renuncias".
Antes de despedirnos, siempre les enseñé a recitar las frases auspiciosas: “¡Falun Dafa es bueno!” y “¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!".
Un día, conocí a un policía retirado. Cada cual conducía su bicicleta.
Me comentó que antes solía sentirse afectado por la propaganda difamatoria del PCCh que le provocaba pensamientos negativos sobre Falun Dafa, pero que más tarde llegó a comprender que los practicantes se cultivan siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y que están ayudando a la gente de verdad.
También dijo: "¿Sabes por qué en nuestra zona no hay contagios de coronavirus? Algunas personas dicen que hemos sido bendecidos por la luz del Buda". Vi que tenía una fuerte creencia en dioses y Budas en lo profundo de su corazón. Entonces le busqué un seudónimo y le ayudé a que hiciera las tres renuncias.
En otra ocasión conocí a otro hombre al que persuadí para que hiciera las tres renuncias. Se alegró cuando le regalé un amuleto. Luego me pidió que me quitara la mascarilla para poder verme. Tal vez sintió una sensación familiar y pensó que yo como era un pariente al que no veía desde hacía mucho tiempo.
Me quité la mascarilla y sonreí: "No nos conocemos, ¿verdad?". Le deseé la mejor de las suertes antes de separarnos.
También le aclaré la verdad a un hombre que antes había sido el subdirector de una agencia gubernamental. Le gustaba conversar. Me dijo que conocía a algunos practicantes de Dafa de nuestra localidad.
Entre aquellos practicantes, había una pareja que era muy buena gente. Encarcelaron a la mujer por su creencia. Entonces, la pareja le habló sobre los hechos de Falun Dafa y trataron de persuadirlo para que hiciera las tres renuncias, pero él se negó.
Aproveché la ocasión para explicarle la importancia de hacer las tres renuncias. Le dije que estas renuncias podrían protegerlo de cualquier catástrofe futura, incluida la actual epidemia.
Me reveló que había sido miembro del PCCh durante 50 años. Le dije que nuestro encuentro no era ninguna coincidencia y que, probablemente, se trataba de una relación predestinada. Decidió renunciar al PCCh con el seudónimo: "tres renuncias".
Mientras me alejaba en mi bicicleta, lo escuché gritar en la distancia: "¡Verdad! ¡Benevolencia! ¡Tolerancia!".
Un día, vi a una mujer que caminaba hacia mí con una sonrisa. Comprendí que debía tratarse de alguien con una relación predestinada. Me preguntó por una dirección. Le dije: "No conozco ese lugar. Pero tengo un mensaje celestial que entregarte".
A continuación, le enseñé a recitar: "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", y le mencioné que aquellas palabras le brindarían la protección de los dioses y los Budas.
También le expliqué muchas otras verdades. Rompió a llorar y me dio las gracias repetidamente. Nunca se había unido a ninguna de las organizaciones del PCCh. Entonces le di un amuleto y, juntos, repetimos las frases auspiciosas.
En ese momento, vi que había un hombre de pie al lado de la carretera y me acerqué. Cuando comencé a aclararle la verdad, vi que la señora con la que había hablado anteriormente se acercaba a nosotros; resultó ser su pareja.
Le pregunté si se había unido a alguna organización del PCCh. Dijo que era miembro de la liga juvenil y de los jóvenes pioneros. Decidió renunciar usando su verdadero nombre. Pensé: "Todos estos seres conscientes estaban esperando ayuda después de su larga historia de reencarnaciones. ¡Cuán felices deberían sentirse!".
Algunas personas creen la verdad en cuanto la conocen y otras no. A los que la rechazaron, también los trato con compasión; les ruego que lo piensen más detenidamente y les expreso que espero poder volver a verlos.
Recientemente conocí a un hombre al que le dije que Falun Dafa es algo bueno, que ha sido injustamente reprimido por el exlíder supremo del PCCh Jiang Zemin.
Cuando escuchó aquello, respondió inmediatamente que Jiang no había hecho nada bueno y que todo el mundo lo estaba maldiciendo. También mencionó que un primo suyo que trabajaba como secretario del PCCh le había contado algunas mentiras.
Le sugerí que abandonara cualquier tipo de resentimiento hacia su primo. Al final, aceptó renunciar a los jóvenes pioneros.
En otro momento, cuando le aclaré la verdad a un hombre de mediana edad, este reconoció con claridad los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y dijo: "El PCCh ha arruinado nuestro país. Se están vendiendo productos falsos en todas partes".
Dije: "Durante las últimas décadas, la moralidad del pueblo chino se ha deteriorado mucho y la gente pelea de cualquier manera por obtener beneficios personales. Por ejemplo, la leche en polvo falsa, el arroz falso y el aceite de cocina falso…".
Continué: "También hay una vacuna falsa, que es de lo más dañina. Conversemos como amigos durante un rato". Acabó renunciando al PCCh con un seudónimo.
A menudo pienso en los poemas del Maestro:
“Llega trayendo consigo la verdad, la cual le otorga todo el control
Con un espíritu libre y afable, viaja por los cuatro mares
Esparce los principios del Fa por todo el mundo humano
Cargado lleno de seres conscientes, leva anclas y zarpa su barco del Fa” (Rulai, Hong Yin (II)).
Suelo estudiar tres lecciones de Zhuan Falun todos los días y también trato de estudiar otras enseñanzas si dispongo de algún tiempo. Salgo a contarle a la gente la verdad sobre Falun Dafa una o dos veces al día. También hago los cinco juegos de ejercicios durante dos horas y media.
Todos los practicantes de Dafa tenemos la misión más importante. Los seres conscientes, que se han perdido, nos están esperando. Este es el último momento y el más importante.
Si perdemos esta oportunidad, no volveremos a encontrarla. Llevamos mucho tiempo aclarando la verdad, pero todavía hay mucha gente que no sabe lo importante que es hacer las tres renuncias.
Tenemos que seguir saliendo para ayudar a la gente. Es algo parecido a la temporada de la cosecha; los frutos están maduros, así que ¿cómo podemos dejar que se echen a perder en el campo?
Solo si hacemos todo lo posible por ayudar a más personas, podrán ser rescatadas del borde del abismo y permanecer como vidas en el futuro.