(Minghui.org) Con la repentina llegada del virus PCCh, la vívida ciudad de Wuhan se convirtió en un pueblo fantasma. Mucha gente murió por la pandemia, y muchos quedaron atemorizados. Durante la Noche del Año Nuevo Chino, había cierres por todos lados. El transporte público paró, y los negocios cerraron. La gente estaba ansiosa y preocupada por su vida, y la ciudad entera estaba en crisis.
Cuando caía la noche, salí a caminar. Me sentía atrapado en casa y necesitaba algo de aire para aliviar la presión del miedo. Me sentí más nervioso cuando caminaba al ver las calles desiertas.
Miré alrededor y vi una luz familiar. Reconocí el pequeño supermercado al que solía ir. La tienda estaba abierta, así que fui hasta allí. Me relajé. Sabía que la tienda era de practicantes de Falun Dafa y ellos la atendían. Los admiré por su servicio continuo a los residentes.
Después de eso, fui más seguido a la tienda. Escuché a un cliente decir: “Sé que ustedes practican Falun Dafa, por eso vengo aquí”.
El vendedor le dijo: “Por favor, recuerda que Falun Dafa es bueno y que Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno, te mantendrá a salvo”.
Otro cliente vino a la tienda y dijo: “Tienen todo lo que necesitamos ¡qué alivio!”.
Otro cliente exclamó: “¡Falun Dafa es bueno!”, mientras entraba a la tienda.
Los clientes se iban de la tienda con una sonrisa. Yo me ponía feliz por ellos porque sabía que estarían a salvo y tendrán un buen futuro.
Esta noche, salí de vuelta a caminar y vi de nuevo aquella luz suave familiar. Esa luz me recuerda un ambiente cálido dentro, de rostros sonrientes, y esperanza para los humanos.