(Minghui.org) Me gustaría contarles la experiencia de cómo superé la interferencia de una organización controlada por el PCCh (partido comunista chino) mientras repartía periódicos de aclaración de la verdad en Hong Kong. Sucedió justo después de que surgió en Hong Kong el movimiento de Ocupar la zona de Central con Amor y Paz (OCLP) en 2014.
Llegué a nuestro sitio móvil y recogí varios paquetes de periódicos. Fui a un puente cerca de la entrada de una estación de metro para repartirlos a los transeúntes.
Ya había unas docenas de personas con camisas rojas reunidas para criticar a la OCLP. Eran de la Asociación de Atención a la Juventud de Hong Kong, que es controlada por el PCCh y bien conocida por acosar constantemente a los practicantes de Falun Dafa en Hong Kong.
No sentí miedo. Puse mi carro en un rincón y empecé a repartir periódicos. Algunas personas del grupo me rodearon inmediatamente y trataron de impedirme que se los diera a la gente. Recordé la enseñanza del Maestro:
"Como mencioné anteriormente, si el malvado PCCh no hiciera nada, podría ahorrarse problemas pero siempre que hace algo malo, una vez que lo hace, particularmente alguna maldad a los Dafa dizi, resulta en un escándalo y una farsa, y termina ayudando a los Dafa dizi en lo que están haciendo" (Enseñando el Fa en la Conferencia de Nueva York 2008, de la Colección de enseñanzas del Fa, Vol. VIII).
El coordinador del sitio móvil se acercó y me dijo que podía ir a otro lugar si quería. Le dije que no tenía miedo de esa gente ya que estaba haciendo lo más recto.
Comencé a enviar pensamientos rectos mientras repartía los periódicos. Poco después aquellas personas con camisa roja se fueron, pero llegó otra. Se colocó en medio, bloqueándome el camino y empezó a repartir sus panfletos que calumniaban al OCLP. Pero, no logró evitar que la gente me buscara para que le diera los periódicos que aclaran la verdad.
Esta persona con camisa roja se iría poco después pero llegaron algunos otros de su grupo. Seguí enviando pensamientos rectos mientras ellos seguían cambiando a unos y otros, tratando de bloquearme.
Una mujer del grupo vino hacia mí y me quitó un periódico. Empezó a regañarme, mientras lo rompía. Lo tiró al suelo y volvió con su grupo.
No discutí con ella. Recogí los pedazos y seguí repartiendo periódicos. La gente seguía acercándose a mí a tomar sus periódicos. Repartía muchos ejemplares.
Los del grupo de camisas rojas susurraron entre ellos durante un rato y enviaron a un tipo grande de aspecto fornido, para bloquearme. Pero tampoco pudo evitar que la gente siguiera llevándose sus periódicos. Poco después se marchó.
Empecé a recitar el Fa del Maestro mientras repartía los periódicos:
"Rápido como un rayo, elevándose a alturas cósmicas
Poderoso como un trueno, llegando más allá de los cielos
Barriendo todo el cosmos, ningún lugar queda afuera
Eliminando juntos todos los desviados y los deteriorados" (Pensamientos Rectos, de Hong Yin IV).
Después, noté que el grupo de camisas rojas se había movido al otro extremo del puente. Mientras seguía recitando el Fa del Maestro, escuché a alguien del grupo usando un megáfono para criticar al OCLP. Pero el sonido del megáfono comenzó a fallar.
Dos hombres de mediana edad pasaron y tomaron periódicos. Me dijeron que venían a apoyarme.
El grupo de gente que llevaba camisas rojas detuvo su actividad. Uno de los hombres se acercó y dijo: "Eres muy diligente. Te admiro". Le aclaré la verdad y me contó que había oído hablar de la persecución cuando estaba en Taiwán.
La mujer que rompió el periódico y algunos otros pasaron a mi lado con la cabeza gacha. Fue como dijo Maestro:
"Las personas malas que se manifiestan en el mundo humano son muy perversas; cuando esa persona es tan feroz, todo se debe a que detrás de él está la maldad que la está sosteniendo; si eliminas esta maldad, esa persona ya no puede ponerse feroz más" (20 años enseñando el Fa, de la Colección de enseñanzas del Fa, Vol. XI).
Mientras la veía alejarse, sentí lástima por ella, ya que estaba siendo utilizada por el mal. Deseé que todavía le quedara alguna oportunidad de ser salvada.
Repartí dos bolsas de periódicos en una hora, lo que resultó mucho mejor que lo habitual. En mi camino de vuelta a casa, pensé en lo que acaba de pasar y sentí que fue mágico.
Solo había estado practicando Falun Dafa durante seis meses, pero con la ayuda del Maestro logré mantener una mente tranquila sin importar cómo trataran de provocarme. No hay duda de que fui capaz de hacer esto debido al fortalecimiento del Maestro. Shifu también usó esta situación para mostrarme dos armas poderosas –tener el Fa en la mente y mantener una mentalidad compasiva y pacífica.
En muchos proyectos relacionados con Dafa que participé después, me las arreglé bien solo. Tuve que lidiar con todo tipo de personas y situaciones yo solo. Con las herramientas poderosas que me otorgó el Maestro, pude eliminar muchas de las interferencias y caminar firmemente el camino de la Rectificación del Fa.