(Minghui.org) El Congreso de los Estados Unidos pide imponer sanciones más severas al partido comunista chino (PCCh) debido a sus amenazas para la seguridad nacional de Estados Unidos.
El Comité Republicano de Estudios (RSC) del Grupo de Trabajo de Asuntos Exteriores publicó el 10 de junio un informe titulado "Estrategia nacional de seguridad del RSC. De las 120 páginas de este documento, que está disponible en el sitio web del Congreso de Estados Unidos, se dedicaron 25 páginas a problemas relacionados con el PCCh.
El informe del RSC incluyó la cita del informe previo de la Casa Blanca del 20 de mayo titulado U.S. Strategic Approach to the People’s Republic of China (Enfoque estratégico de los Estados Unidos para la República Popular de China): "El rápido desarrollo económico y la mayor participación en el mundo de la PRC [República Popular de China] no desembocaron en el orden centrado en la ciudadanía, libre y abierta, como Estados Unidos lo había esperado... Beijing reconoce abiertamente que busca transformar el orden internacional para alinearlo con los intereses y la ideología del PCCh. El uso creciente del poder económico, político y militar del PCCh obliga a los estados nacionales a dañar los intereses vitales de los Estados Unidos y socava la soberanía y la dignidad de los países y de las personas en todo el mundo".
Para contrarrestar las amenazas del PCCh, el informe del RSC propuso varias sanciones para controlar la influencia del PCCh y salvaguardar la seguridad nacional de los Estados Unidos. Una de las sanciones propuestas dice: "El Congreso también debe ordenar que el Departamento del Tesoro imponga sanciones a los líderes clave del PCCh involucrados en graves violaciones a los derechos humanos en el Tíbet y en Hong Kong utilizando las competencias de la Ley Global Magnitsky".
Las propuestas del RSC son parte de una serie de acciones del gobierno de los Estados Unidos en los últimos años para frenar las crecientes amenazas e inestabilidad provocadas por el PCCh. Por ejemplo, el gobierno de los Estados Unidos emitió una sanción en diciembre de 2017 dirigida a 13 perpetradores o facilitadores de violaciones a los derechos humanos y corrupción en todo el mundo. Entre ellos esta Gao Yan, exjefe policíaco del distrito de Chaoyang en Beijing.
Gao fue responsable del maltrato del activista veterano Cao Shunli, quien murió bajo custodia en 2014 después de sufrir tuberculosis durante seis meses sin recibir atención médica.
La sanción de 2017, autorizada bajo la Ley Global Magnitsky sobre Responsabilidad de los Derechos Humanos, fue aplicada por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, bloqueando los activos de las personas seleccionadas en la jurisdicción de los Estados Unidos y prohibió sus transacciones financieras con estadounidenses.
El PCCh: de la propaganda global a la persecución religiosa
Las propuestas del RSC, apoyadas por casi 150 miembros del Congreso de Estados Unidos, son consideradas "las sanciones más severas que se hayan propuesto contra el PCCh".
Como dice el informe del RSC: “Para el PCCh, la asistencia extranjera y participación en organizaciones internacionales son un medio para proyectar su sistema político y su enfoque del desarrollo económico como alternativas superiores a las de los Estados Unidos y otros países democráticos. Como parte de este enfoque, Beijing ha aumentado la presión a países extranjeros, empresas e incluso personas para que se ajusten a su visión del mundo".
Como se ve en la pandemia de coronavirus, bajo su actual líder del PCCh, China ha intensificado su censura en los medios y en Internet y ha establecido un elaborado sistema de vigilancia hacia sus ciudadanos. Su influencia fuera de China también es abrumadora. "La estrategia de poder blando de China ha dado frutos, incluido el nombramiento de organismos como el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU), donde posee la capacidad de examinar candidatos para puestos críticos de derechos humanos de la ONU", continúa el informe.
La libertad de creencia incluso está en grave peligro. "[El PCCh] también ha emprendido una estrategia de 'sinización' [volverse chino]de todas las religiones, que intenta controlar y manipular todos los aspectos de fe religiosa en el molde socialista con características chinas", indica el informe.
Un ejemplo es Falun Dafa, un sistema de mediación basado en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia practicado por unos 100 millones de personas cuando el PCCh comenzó a suprimirlo en julio de 1999. El Centro de Información de Falun Dafa recientemente lanzó una campaña en línea para crear conciencia sobre la severa violación de los derechos humanos, utilizando el hashtag #21YearsTooLong.
Apuntando al régimen totalitario
El RSC propuso sancionar a los líderes clave del PCCh, incluido "el director de la oficina de enlace de Hong Kong, Luo Huining, y Han Zheng, miembro del Politburó, la élite de siete personas del PCCh".
Más específicamente, el informe del RSC se centró en las siguientes áreas relacionadas con China: 1) espionaje industrial y robo de propiedad intelectual; 2) robo de propiedad intelectual en instituciones académicas y de investigación estadounidenses; 3) subterfugio corporativo vinculado al PCCh; 4) influencia política maliciosa y campañas de desinformación; 5) derechos humanos e instituciones internacionales; 6) la modernización militar global de China; y 7) fortalecimiento de las alianzas y asociaciones de Estados Unidos.
“La crisis en Hong Kong es un momento decisivo en la batalla entre la libertad y el autoritarismo. A medida que China intenta promover una teoría alternativa de la gobernanza”, dice el informe y pide sanciones contra Han Zheng, viceprimer ministro del Consejo de Estado y miembro del Comité Permanente del Politburó, por su papel en la situación de Hong Kong.
Aunque el informe reconoce que una prohibición general de las visas de los miembros del PCCh podría tener consecuencias no deseadas, aconsejando: "Sin embargo, sería apropiado incluir a los mandos superiores, incluyendo a los 25 miembros del Politburó, los 205 miembros titulares y 171 suplentes del Comité Central y a los 2.280 delegados del 19avoCongreso Nacional del PCCh, y a sus cónyuges e hijos".
Poner fin a la influencia del PCCh sobre las organizaciones internacionales
Las violaciones del PCCh a los derechos humanos rebasan las fronteras de China. “Estados Unidos es el mayor donador a la OMS y contribuye con 400 a 500 millones de dólares por año. A pesar de esto, parece que la OMS ha ayudado a encubrir los errores de China en el manejo de la pandemia de COVID-19", dice el informe del RSC.
Tedros Adhanom, Director General de la OMS, es un líder del Frente de Liberación Popular de Tigray, una organización asociada con el marxismo y el terrorismo. Se informó que cuando era ministro de salud, encubrió tres epidemias de cólera que sucedieron en Etiopía. Y, sin embargo, el PCCh lo respaldó en 2017 para dirigir a la OMS y bajo su supervisión se ha desarrollado una pandemia.
Otro ejemplo es el de Naciones Unidas. A principios de este año, China fue nombrada miembro de un influyente panel del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que selecciona a los investigadores de derechos humanos del mundo. Este "es el último ejemplo de los esfuerzos del PCCh para promover 'los derechos humanos con características chinas' y redefinir los derechos humanos", según el informe del RSC.
Por lo tanto, el informe del RSC insta al Congreso a que dirija a la Congressional Executive Commission on China(CECC por sus siglas en inglés, o Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China) "a informar sobre la influencia indebida de China en los organismos internacionales para redefinir los derechos humanos y difundir la filosofía del PCCh, especialmente en las instituciones que reciben dólares de los contribuyentes estadounidenses".
“La vieja forma de pensar sobre China ha fallado. Una estrategia limitada solo para la integración comercial y económica no ha llevado a que China se democratice o se vuelva menos agresiva en su comportamiento. Por el contrario, el PCCh se ha vuelto más autoritario y agresivo”, según el informe del RSC. "El Grupo de Trabajo cree que el Congreso debe adoptar una nueva estrategia, una que también busca hacer retroceder al PCCh y sus esfuerzos por socavar los intereses de Estados Unidos, rehacer el orden mundial y promover una forma alternativa de gobernanza".