(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1997. Después de graduarme de la universidad, fundé mi propia compañía. Como director general (CEO, por sus siglas en inglés) de la compañía, he encontrado muchas pruebas de cultivación.
En la sociedad china corrupta de hoy, la gente a menudo viola las normas éticas básicas al hacer negocios. La pregunta es: "Al enfrentar las dificultades, ¿debería uno seguir los estándares de la gente común, o seguir las enseñanzas de Dafa?".
Es una prueba para un practicante. Cuando trato con los problemas asimilándome a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, todo y todos, incluyendo los compañeros de trabajo y de negocios, se vuelven rectos y los problemas se pueden resolver fácilmente. A veces los resultados son sorprendentes.
En el pasado, no siempre me conduje como un practicante. Cuando hacía negocios, a veces seguía algunas reglas tácitas. Incluso si algunos tratos no eran totalmente legales, seguí adelante porque eran rentables. Me movía aprovechando las lagunas en las leyes y hacía que algunos tratos se vieran bien en la superficie. Tal comportamiento causaba problemas ocultos.
Uno de nuestros socios, que tenía su propia compañía, pidió prestada nuestra licencia y certificado de calificación y los usó para hacer negocios. Un día recibí un mensaje informándome que su compañía estaba involucrada en una serie de fechorías. Les costaría mucho a ellos y a nosotros, y corríamos el riesgo de ser demandados.
Me sorprendió. Aprobé la colaboración con esa empresa y les dejé nuestra licencia y certificado porque todo lo que hacía la empresa parecía legítimo. No preví ningún daño.
Enfrentándome a un problema tan grande, busqué inmediatamente en mi interior mis propias faltas. Dejar que otra compañía usara nuestra licencia y certificado obviamente violaba los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Un colega me había advertido sobre esto. Di algunas excusas y no lo tomé en serio. Además, la razón por la que accedí a dejarles usar nuestra licencia fue por el beneficio de "alquilar" la licencia. No era un acuerdo legal. Mi motivación estaba equivocada.
Mirando hacia adentro, vi que el problema era causado por mi falta de rectitud. Como practicante, debía enfrentar las consecuencias, asumir la responsabilidad donde me equivoqué, y hacer lo mejor para rectificar la situación.
Muchos de nuestros socios comerciales estuvieron involucrados en este incidente y el proceso de manejo fue complejo, así que contratamos un equipo de abogados profesionales. Dieron dos soluciones.
La primera solución fue que no informáramos de esto a las autoridades reguladoras y continuáramos la colaboración con esa empresa en particular, hasta que encontráramos una forma de reducir los daños. Habría sido posible controlar el daño. Pero el inconveniente era que tendríamos que realizar más operaciones que violarían la ética comercial.
La segunda solución era terminar la colaboración con esa empresa inmediatamente e informar de los riesgos a la autoridad reguladora. La autoridad podría disciplinarnos. Más grave aún, podríamos perder nuestro certificado, y otros socios comerciales nuestros tal vez dejarían de cooperar con nosotros. Nuestra empresa podría enfrentarse a la quiebra.
Decidí comportarme como un practicante de Dafa y tratar el problema honestamente. Era nuestra responsabilidad reportar el asunto a las autoridades. No debía ocultar el problema causado por la falta de diligencia en la cultivación, aun cuando pudiera enfrentar una acción disciplinaria por parte de las autoridades. Para un cultivador, cuando se enfrenta a la cuestión de qué hacer, el factor decisivo debe ser Dafa, no el dinero.
Primero, expliqué todo el asunto y nuestras opciones a las partes interesadas y a los gerentes de la empresa. Algunas personas sugirieron tomar la primera opción. Comprendí por qué la gente común tendría tal pensamiento. Así que expliqué por qué debíamos hacer lo correcto. Durante el proceso de discusión, pude sentir que los pensamientos de todos se volvieron más rectos. Todos estuvieron de acuerdo en hacer lo correcto y dispuestos a aceptar cualquier castigo.
Entonces informé al equipo de abogados sobre nuestra decisión. Señalaron que elegir esta opción significaba que nos enfrentaríamos a un daño inmediato, pero que todo mejoraría más tarde. Entonces, enseguida lo reportamos a las autoridades.
Para hacer que la autoridad reguladora prestara atención a este asunto, algunos colegas y yo hablamos personalmente con los funcionarios varias veces. Entramos en detalles y hablamos de nuestra decisión. Dije que tratábamos de asumir la responsabilidad por este asunto, que corregiríamos nuestros errores, y que esperábamos que este asunto sirviera de llamado de atención para aquellos que han cometido errores similares.
Al principio el oficial a cargo no entendía por qué no habíamos elegido la primera opción. Después de hablar con nosotros varias veces, nos elogió por ser honestos y responsables.
Entonces necesitábamos explicar esta situación a nuestros otros socios comerciales. En ese momento, otra empresa estaba tratando de cooperar con nosotros en un proyecto prometedor. El CEO de esa empresa había hecho muchos preparativos para la colaboración, y el proyecto estaba a punto de comenzar. Decidí ser honesto, y eliminar el apego a la obtención de beneficios. Como socio responsable, debía informar a esta compañía sobre el incidente y el posible efecto, y dejar que ellos decidieran si terminar nuestro acuerdo de cooperación.
Me disculpé sinceramente con el CEO de esa compañía por todos los problemas que pudimos haber causado. Le dije que estábamos dispuestos a aceptar las consecuencias, incluyendo la terminación de nuestro acuerdo de cooperación.
El CEO de esa compañía señaló que algunos de nuestros acuerdos anteriores no siguieron completamente las reglas, pero también nos elogió por ser honestos. Nos consideró fiables y su confianza en nosotros aumentó.
Vi a través de este incidente que si uno sigue las enseñanzas de Dafa, tendrá un impacto favorable en otras personas y las cosas se desarrollarán en una dirección positiva. En la vida diaria y en el trabajo, todos cometen errores. Lo que es importante es si uno puede enfrentar el error, encontrar por qué sucedió, corregirlo y evitar que suceda de nuevo. Las enseñanzas de Dafa incluyen tal principio. Si seguimos sinceramente las enseñanzas, estamos validando el Fa.
Además de la compañía mencionada, había decenas de otras compañías que tenían acuerdos cooperativos similares con nosotros. En ese momento, el incidente era desconocido para el público. Algunos amigos míos me sugirieron que era innecesario contar a todos los socios sobre el incidente. Yo creía que debía seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y tener consideración por los demás. Mis colegas y yo llamamos a los socios. Algunos de ellos confiaban en nosotros y estaban dispuestos a seguir cooperando, mientras que otros querían poner fin a las acciones de cooperación, y tomarían decisiones después de que conociéramos todas las posibles consecuencias. Todos apreciaron nuestra sinceridad.
Finalmente, las autoridades reguladoras nos dejaron ir sin mayores consecuencias, y no hubo ningún impacto en nuestro negocio. Los acuerdos de cooperación con otras empresas se reanudaron poco después. Como practicante, aprendí una lección del incidente. Los colegas y las partes interesadas también obtuvieron algunos pensamientos rectos del incidente y aprendieron a tratar los problemas de manera honesta y correcta.
Debido a este incidente, me di cuenta de que mi motivación en mis negocios era la búsqueda de beneficios. Además, nuestras operaciones a menudo violaban las normas éticas. Mi pensamiento era que primero debíamos desarrollar la compañía, y que gradualmente rectificaríamos las operaciones. Sin embargo, luego me di cuenta de que dirigir una empresa era lo mismo que cualquier otra cosa para un cultivador. Siempre debería tener una motivación recta. La raíz de muchos problemas son los pensamientos no rectos, como dejar que los socios usen nuestra licencia.
Compartí mis pensamientos con mis compañeros practicantes. Llegamos al entendimiento de que debemos seguir el alto estándar de los cultivadores para dirigir el negocio, y convertirnos en un modelo para otras compañías en el área. Nuestra motivación para cada trato debe ser recta. En lugar de ser egoístas, debemos ser responsables con nuestros clientes, socios y partes interesadas. Solo así podremos desarrollarnos y convertirnos en un modelo para otras empresas. Por lo tanto, decidí deshacerme de los apegos al beneficio y la conveniencia, y corregí todo lo que no era recto.
Había tres grandes brechas en nuestras operaciones: sobornos en las ventas, tratos por debajo de la mesa al cooperar, y brechas en la gestión financiera.
Solía dar sobornos a los socios que nos traían negocios. Hablé con el personal y les expliqué que nuestro estándar debía ser alto y que no debíamos violar los requisitos éticos, aun cuando poner fin a los sobornos significara un impacto negativo a corto plazo.
En lo que respecta a los contratos ya firmados, continuarlos violaría los requisitos éticos, pero no podíamos romperlos. Así que hablamos con los socios con quienes los habíamos firmado, explicándoles por qué necesitábamos concluir el trato y confiábamos en que pudieran entenderlo. Les dijimos que estábamos dispuestos a compensar cualquier pérdida que pudieran experimentar. El proceso fue una prueba para mí. ¿Podría realmente dejar el apego al dinero, y podría realmente seguir con solidez las enseñanzas de Dafa? Con pensamientos rectos, todos los socios nos dieron respuestas positivas. Nos entendieron y estaban dispuestos a aceptar las consecuencias.
Cuando se establece una transacción de cooperación, a veces los socios traen una petición antes de firmar el contrato. Solíamos estar de acuerdo incluso si estas peticiones podían tener un impacto negativo en nuestros clientes. Me di cuenta de que, si el comportamiento de todos era puro, el sector se purificaría y se desarrollarían empresas con operaciones rectas. En conjunto, el sector tendría un impacto positivo en la sociedad y los clientes. Es nuestra responsabilidad influenciar a nuestros socios y rectificar las prácticas de negocios poco sólidas. Así, poco a poco terminamos con esos contratos.
Para cerrar las brechas en la gestión financiera, es de suma importancia tener una motivación recta. Como cultivador, mi motivación debe ser considerar a todos, incluyendo colegas, socios y clientes. No debería tener motivaciones egoístas. Solo así puedo validar el Fa y establecer un modelo para otras personas. Al tomar decisiones, el factor más importante no debe ser el dinero. Debo hacer algo en tanto y en cuanto sea lo correcto, y no hacerlo si es incorrecto.
Les repetía todas estas cosas a mis colegas, con la esperanza de que se convirtieran en los valores y la cultura de nuestra empresa.
Cuando fundé la compañía, pensé que el desarrollo de la empresa dependía del desarrollo de la tecnología. Más tarde, me di cuenta de que el desarrollo de la tecnología es una actividad de equipo. Si yo fuera la única persona técnica en la empresa, entonces nuestra tecnología quedaría obsoleta pronto. Así que organicé un equipo que se ocupara del avance tecnológico. La estructura del equipo estaba bien diseñada, de modo que pudiera funcionar automáticamente y mantener nuestra tecnología a la vanguardia del desarrollo.
Sin embargo, todo lo anterior se basa en las nociones de la gente común. Los efectos están al nivel de la gente común. A este nivel, nuestra empresa y otras empresas son competidores. Si otras compañías obtuvieran nuestra tecnología o nuestro secreto para dirigir el equipo, se perjudicarían nuestros beneficios. Por lo tanto, traté de proteger nuestros secretos cuidadosamente. Para reducir la posibilidad de filtraciones, ni siquiera animé a los miembros de nuestro equipo a cooperar entre ellos. Sentí que esto no era del todo correcto, pero mi nivel de cultivación era bajo y no tenía suficiente sabiduría para tratar este asunto.
Estuve atrapado en este nivel por mucho tiempo hasta que un día leí lo que dijo el Maestro Li Hongzhi:
“Los fo no hablan de pobreza, hablan de riqueza; las vidas son justamente las riquezas que hacen que tu mundo sea próspero. Todo eso es riqueza, cada vida es riqueza” (Los Dafa dizi tienen que estudiar el Fa, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. XI).
De repente, me di cuenta de cómo manejar este asunto. Todas las glorias del universo fueron creadas por vidas. Cada vida tiene virtud y yeli (karma), y cada vida puede validar el Fa. Muchos mecanismos en el Fa atraviesan y afectan las vidas en diferentes niveles. Yo debería dirigir la empresa en base a este principio. El bien más preciado de una compañía es la gente, no la tecnología. Todos los logros de la empresa se deben a los esfuerzos de todos. En sus diferentes niveles, las personas tienen diferentes cantidades de virtudes y yeli, por lo que hacen diferentes cantidades de contribuciones.
Por lo tanto, para desarrollar la empresa, la clave es mejorar el nivel de todos. Como director general, debo centrarme en las personas, no en la tecnología. No debería tratar a los empleados como piezas o herramientas. Mi objetivo debería ser entrenarlos y ayudarlos a desarrollar pensamientos rectos y benevolencia. De esta manera, mi motivación sería altruista, benevolente y responsable. Aunque algunos empleados puedan dejar la empresa en el futuro, al entrenarlos sigo contribuyendo con el sector y con la sociedad.
El Maestro dijo:
“Si una nación es realmente virtuosa, ésta tiene que tener poco yeli; no habrá absolutamente ninguna guerra ocurriendo contra ella. Esto es porque el principio de Dafa no lo permite, ya que el carácter del universo gobierna todo” (Hablando brevemente sobre el Shan, Escrituras esenciales para mayor avance).
Si sigo este principio, la compañía se desarrollará más rápido. Esto no es por los llamados secretos, sino porque el nivel de cada uno ha mejorado, así que todos han alcanzado una mayor sabiduría. Si todas las empresas del sector pueden seguir este principio y ser desinteresadas y responsables, nadie perderá nada. En cambio, todos contribuirán con el área. La relación entre las empresas no será como la de los competidores, y las relaciones entre los jefes y los empleados no serán extenuantes.
Un día, una persona clave en nuestra empresa quiso renunciar. Recibió una oferta de una empresa de su ciudad natal, y sintió que había poco espacio para el desarrollo de su carrera en nuestra empresa. Yo lo entendí. Es una persona recta y ha hecho muchas contribuciones a la empresa. Decidí ofrecerle una mejor opción. Basándome en su pericia y experiencia, creé un nuevo puesto con tareas importantes para él. Este puesto le ayudaría a desarrollar su carrera. También diseñé una serie de programas de entrenamiento para ayudarle a encajar en este puesto. Le conté mi plan. Estaba muy contento y rechazó la oferta de la otra compañía. Le ha ido muy bien en el nuevo puesto.
He tratado de ser responsable con todos en cada asunto. Siempre he tratado de ayudarles a mejorar sus niveles. Cuanto más altruista soy, más capaz soy de tratar a todos con benevolencia. Después del incidente que mencioné anteriormente, les pedí a todos que pensaran en lo que realmente querían lograr, esperando que todos fueran rectos y mejoraran en el futuro. De esta manera, los malos pensamientos de algunas personas fueron eliminados. La rectitud implantada en sus mentes me hizo más fácil aclarar la verdad sobre Dafa más tarde. He aprendido a validar el Fa y a cumplir la promesa de un practicante de Dafa.