(Minghui.org) Un hombre de 28 años de edad de la ciudad de Mudanjiang, provincia de Heilongjiang, fue golpeado hasta la muerte el 28 de septiembre de 2003 por funcionarios de la localidad por practicar Falun Dafa. Las autoridades afirmaron que se había suicidado y poco después cremaron por la fuerza su cuerpo.
El padre del señor Quan Zhonghao relató hace poco la situación que rodeó su muerte hace 17 años, con la esperanza de que se haga justicia por él.
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Mi nombre es Quan Xiangmu. Tengo 83 años. Mi esposa es Jin Xiangshu y tiene 78 años. Somos de etnia coreana y vivimos en el distrito Xi'an de Mudanjiang. Somos agricultores de toda la vida.
Solía sufrir muchas enfermedades. Después de aprender Falun Dafa, me volví muy saludable. Mi esposa, mi hijastra Li Shujin (ahora de 51 años) y mi hijo Quan Zhonghao, también empezaron a practicar Falun Dafa después de ver los cambios en mí.
Después de que el régimen comunista chino comenzó a perseguir a Falun Dafa el 20 de julio de 1999, la policía, los funcionarios de la localidad y algunos aldeanos que eran hostiles contra Falun Dafa, a menudo venían a nuestra casa para acosarnos. Intentaron obligar a mi hijastra a escribir declaraciones para renunciar a Falun Dafa.
Esas personas también arrestaron a mi hijo y lo mantuvieron en un centro de lavado de cerebro durante 15 días. Fue sometido a varios métodos de tortura. Las autoridades locales intentaron todo tipo de métodos para tratar de forzarlo a renunciar a Falun Dafa.
El 27 de septiembre de 2003, regresamos a casa después de cosechar arroz en el campo todo el día. Todos estábamos muy cansados. Durante la cena, mi hijo recibió una llamada. Me dijo que los funcionarios de la localidad le pidieron que fuera a su oficina a la mañana siguiente. Estaba tan cansado que no le presté mucha atención y me fui a dormir pronto.
Cuando me desperté alrededor de las 4 de la mañana, mi hijo ya no estaba en casa. Cuando estaba cerca el amanecer, Cui Haolin, el secretario del pueblo, me llamó y me dijo que mi hijo había muerto después de ahorcarse.
De inmediato salí a buscarlo, pero no lo vi por nuestra casa. Entonces Cui Haolin me indicó la dirección. En la pequeña colina a unos 500 metros de nuestra casa, vi el cuerpo de mi hijo colgado del árbol.
Después de que lo bajamos, descubrí que la cuerda no era nuestra. Escuché que los que murieron por ahorcamiento tenían la lengua afuera. Pero mi hijo no era así. Al contrario, su cuerpo estaba cubierto de sangre y moretones. Pregunté a Cui cómo se enteró de mi hijo. Dijo que una persona que estaba recolectando hierbas en la colina descubrió el cuerpo de mi hijo y se lo contó.
Miré alrededor y vi una docena de policías, así como a Li Xuezhe, el contador del pueblo, Zhang Rinan y Jin Zhe, los directores de seguridad del pueblo y Li Shenglie, otro oficial del pueblo. No había vecinos del pueblo.
Grité a los oficiales: "Son ustedes los que lo golpearon hasta la muerte y luego lo colgaron". Seguí repitiendo eso y luego fui arrastrado de vuelta a casa por los funcionarios.
Mi esposa y yo estábamos devastados por la muerte de nuestro hijo. Oficiales de la policía de Hailin se llevaron el cuerpo de mi hijo y lo cremaron sin nuestro consentimiento o firma. Aun así me ordenaron pagar 500 yuanes por la tarifa de la cremación.
Después de ese punto, la policía envió gente a nuestra casa todos los días para vigilarnos. No nos permitieron hablar con otras personas en absoluto. Una vez mi hija vino a visitarnos y se fue al ver a los oficiales en nuestra casa. Tal vigilancia duró unos seis meses. Viendo que no teníamos muchas visitas y que teníamos miedo de exponer la persecución, la policía dejó poco a poco de venir a nuestra casa.
Ahora pasaron casi 17 años. La persecución continúa. No sé dónde buscar justicia para mi hijo. Ninguno de los oficiales encargados de la muerte de mi hijo fueron responsabilizados por su crimen.