(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1995. He superado muchas tribulaciones en mi camino de cultivación, pero siempre sé que estoy bajo el cuidado compasivo del Maestro Li Hongzhi, el fundador de Falun Dafa. Durante este tiempo de crisis, he sido testigo de las maravillas de Dafa.
Manteniendo pensamientos rectos
Soy peluquera. El negocio donde trabajo estuvo cerrado debido a la propagación del coronavirus, pero volví a trabajar el 5 de marzo de 2020.
Tuvimos mucha demanda los primeros días. Una mañana muy ajetreada, me sentí mareada y enferma del estómago. Como me sentía débil, solo pensaba en irme a casa. Sin embargo, no quería dejar que mi jefa cargara con todo el trabajo.
Pensé en el Maestro Li y dije: "¡Maestro, por favor ayúdeme!". También envié pensamientos rectos para eliminar lo que estaba interfiriendo a mi cuerpo. Poco después, me sentí mejor y volví al trabajo.
El Maestro me ayudó cuando vio que mis pensamientos eran rectos y que era considerada hacia mi jefa. Me di cuenta de que lo que había sentido fue una ilusión.
El Maestro nos dijo:
“Si quieres poder manifestar una capacidad tan grande, necesitas tener pensamientos rectos así de fuertes, y recién podrás generar una efectividad tan grande; tus pensamientos rectos tienen que tener este grado de pureza, así recién puedes generar una efectividad tan grande” (Enseñanza del Fa en Gran Nueva York 2013).
Experimenté lo que dijo el Maestro. Si me hubiera entregado a los sentimientos de enfermedad, habría caído enferma. Me di cuenta de la importancia de mantener nuestros pensamientos rectos.
Cambiando mis nociones
En el pasado, siempre parecían ocurrirme cosas desagradables el 7 de julio, así que desarrollé una noción sobre ese día y me ponía nerviosa cuando se acercaba.
Dos clientas llegaron en la mañana del 7 de julio de 2019. Una llevaba un chaleco blanco en el que se leía: "Estarás bien". Me di cuenta de que el Maestro me estaba iluminando a que estaría bien, que contaba con su protección y entonces me relajé.
Después de estar de pie todo el día, normalmente terminaba cansada y volvía a casa con los pies hinchados. Ese día, me sentí bien y no me molestaron los pies.
También obtuve un gran avance al hacer el ejercicio de meditación. En el estudio del Fa un día, leí sobre cómo Shakyamuni se iluminó después de pasar 49 días meditando bajo la higuera sagrada. Me di cuenta de que se iluminó porque soportó dificultades. El Maestro solo nos pide que meditemos durante una hora, pero yo no quería soportar el dolor. Comprendí que no debía evitar las tribulaciones. Después de eso, terminé el ejercicio de meditación de una hora con facilidad.
El Fa nos da poder cuando practicamos genuinamente.
Salvando a la gente en el trabajo
Fui perseguida una vez porque aclaré los hechos de Falun Dafa a la gente en público. Así que tenía algunas reservas al hablarle a mis clientes sobre la persecución. Después de que se publicara el nuevo artículo del Maestro Raciocinio, sentí una sensación de premura.
Sabía que tenía que fortalecer mis pensamientos rectos y salvar a más personas. Con este pensamiento, sentí que el Maestro estaba a mi lado. En mis conversaciones con los clientes, comencé a contarles la verdad sobre Dafa y a pedirles que renunciaran al partido comunista chino (PCCh). También les dije que se mantendrían a salvo si repetían: "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Fueron muy receptivos y me dieron las gracias.
Mientras trabajo con un cliente, nunca me apresuro y hago lo posible por servirles honestamente. Además de aclararles la verdad, también hablamos de la salud, del coronavirus y de la importancia de tener una creencia en lo divino.
Solía pensar en buscar un nuevo trabajo, uno que no me requiriera estar de pie todo el día. Ahora entiendo que el Maestro arregló este trabajo para mí para que pudiera salvar a la gente.
Aquí no tengo que salir a buscar a gente con la que hablar. Todos los clientes son personas que vienen a mí para escuchar la verdad. ¡Qué gran arreglo! Atesoraré esta extraordinaria ocasión y no dejaré que nadie pierda su oportunidad. Cultivémonos bien y salvemos a más gente.