(Minghui.org) En abril de 2020, cerró sus puertas la última Aula Confucio de Suecia situada en la ciudad sureña de Falkenberg. Según The Times of London, Suecia es la primera nación europea en cerrar todos sus Institutos y Aulas Confucio. Además, varias ciudades suecas, incluida la segunda ciudad más grande, Gotemburgo, rompieron los acuerdos de hermanamiento de ciudades con sus homólogos chinos.

Debido a que el primer Instituto Confucio establecido en Europa fue en la Universidad de Estocolmo en 2005, el último acto de distanciamiento de Suecia con respecto al partido comunista chino (PCCh), es una medida significativa.

Una organización de propaganda encubierta, no una institución educativa

Aunque la mayoría de la gente en China nunca ha oído hablar de los Institutos Confucio, son "una parte importante del sistema de propaganda de China en el extranjero", según Li Changchun, exjefe de propaganda del PCCh.

Los Institutos Confucio son administrados por el consejo internacional del idioma chino, o "Hanban", una suboficina del ministerio de educación de China. Según su sitio web oficial, Hanban ha establecido un total de 541 Institutos Confucio y 1170 Aulas Confucio en 158 países y regiones desde 2004. Sirve como una plataforma clave para que el régimen comunista chino ejerza su "poder blando" e influencia en todo el mundo.

Estos institutos y aulas operan dentro de escuelas o universidades establecidas, y Hanban proporciona profesores, materiales educativos y, lo más importante, fondos para su operación. En la superficie, el objetivo es promover el idioma chino y mejorar el intercambio cultural. Pero, de hecho, su verdadero propósito es una oportunidad para que Beijing exporte la ideología comunista y lave el cerebro a los estudiantes locales. Se informó que las citas del expresidente Mao se incluyen en algunos libros de texto.

El gobierno chino controla casi todos los aspectos de los Institutos Confucio, según un informe de Radio Free Asia (RFA). El contrato que firma la escuela receptora establece que se aplican las leyes de China y de la nación anfitriona, que la divulgación pública del contrato es limitada y que el contrato se rescindirá, si la escuela receptora hace algo que al gobierno chino no le gusta.

Se requiere que todos los profesores contratados por Hanban firmen un contrato acordando no participar en las actividades de Falun Dafa. Hanban también insiste en que las escuelas anfitrionas eviten temas relacionados con el Tíbet, Taiwán, la Masacre de la Plaza Tiananmen y Falun Dafa en sus aulas.

En los últimos años, los Institutos Confucio ha sido asociados a agencias de inteligencia chinas por sus roles en reclutar y espiar a estudiantes chinos en el extranjero.

En octubre de 2019, Bélgica se negó a renovar la visa para Song Xining, quien era el jefe del Instituto Confucio en Bruselas, según un informe de Reuters. Song fue acusado de ser un espia de agencia de inteligencia china y se le prohibió ingresar a Bélgica y a otros 25 países europeos de Schengen.

Una creciente influencia en todo el mundo

Por su propia cuenta, Hanban actualmente opera 187 Institutos Confucio en Europa y 81 en los EE. UU.. Dentro de Europa, Gran Bretaña tiene la mayoría de los Institutos Confucio, 30, 19 en Alemania, 18 en Francia, 12 en Italia y 8 en España. Bélgica, con una población de 10 millones, tiene 6 Institutos Confucio. Los países con vínculos más estrechos con China generalmente tienen más Institutos y Aulas Confuci, y por lo tanto reciben más fondos.

En los Estados Unidos, el gobierno chino ha proporcionado más de 158 millones a más de 100 Institutos Confucio desde 2006, según un informe del subcomité del Senado: "El impacto de China en el sistema educativo de los Estados Unidos", del 22 de febrero de 2019. "A medida que China abría más de 100 Institutos Confucio adicionales en los Estados Unidos, en los últimos 15 años, el Departamento de Educación permanecía en silencio", dice el informe.

Los Institutos Confucio han sido el principal canal a través del cual China se ha infiltrado y difundido su ideología comunista al resto del mundo durante las últimas dos décadas. Atraídos por la segunda economía más grande del mundo y 1400 millones de consumidores potenciales, muchos países occidentales, de forma voluntaria, no le dieron la suficiente importancia a esta influencia. Las compañías multinacionales continúan estableciendo oficinas e invirtiendo en China. Impulsados por las ganancias, los grupos financieros en Wall Street han estado alentando a las empresas estadounidenses para que invirtieran en China. También han presionado a los responsables políticos para que tomen decisiones que favorezcan a China.

En los últimos años, la Iniciativa de la franja y la ruta (BRI, por sus siglas en ingles) de China ha atraído mucha atención debido a las inversiones directas que prometían en el extranjero y los billones de dólares en comercio. Italia fue el primer país europeo en firmar el acuerdo con China para el BRI. Bélgica, con la mitad de la población de Beijing, se convirtió en un socio cercano a China en el BRI. Según la Agencia Belga de Comercio Exterior (BFTA), Bélgica tuvo un volumen comercial de 26,6 mil millones con China, solo en 2019.

Durante una conferencia de prensa después de una reunión con el presidente chino, Xi Jinping, en París el 26 de marzo de 2019, la canciller alemana Angela Merkel dijo: "Nosotros, como europeos, queremos participar activamente [en el BRI]". El presidente francés, Emmanuel Macron, se describió una vez como un "maoísta" en una entrevista con un medio de comunicación local francés. Tanto Alemania como Francia han permitido el uso de equipos Huawei en sus infraestructuras 5G, a pesar de la preocupación por la seguridad y la conexión de Huawei con el ejército chino.

Del mismo modo, la mayoría de los países occidentales decidieron minimizar el historial de derechos humanos que posee China. España fue la primera nación de la Unión Europea (UE) en hacer que un ministro de Asuntos Exteriores visitara Beijing, después de la Masacre de la Plaza Tiananmen de 1989. Cuando un juez de la Corte Nacional de España emitió una carta rogatoria, pidiendo a las autoridades chinas que acusaran al exjefe comunista chino Jiang Zemin por la persecución a Falun Dafa en 2009. La carta sería retirada más tarde, debido a la presión del gobierno chino.

Conociendo las amenazas de la China comunista

A medida que la relación de China con el resto del mundo empeora debido a la actual pandemia de COVID-19, muchos gobiernos occidentales se están dando cuenta del peligro que la China comunista representa para el mundo. Los Institutos Confucio y las Aulas se están cerrando en todo el mundo. Nueva Gales del Sur, en Australia, cerró todas sus Aulas Confucio en 2019. Hasta el momento, 26 Institutos Confucio han cerrado en los EE. UU. El informe del Senado de los Estados Unidos, mencionado anteriormente, pide que se establezcan controles estrictos en las escuelas receptoras.

En el Capítulo 18: Las ambiciones globales del Partido Comunista Chino (Parte 2), del libro 'Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo' de La Gran Época, los autores señalan:

“Muchos gobiernos, grandes empresas y empresarios pueden, por un cierto período, obtener aparentes beneficios con el PCCh a cambio del sacrificio de sus principios morales. Pero al final, perderán más de lo que ganan. Tales beneficios superficiales mal habidos son todos venenosos. Solo al no codiciar los intereses inmediatos uno tendrá un futuro brillante”.

“El PCCh no es un partido político o un régimen en el sentido normal. No representa al pueblo chino. Representa al espectro comunista. Asociarse con el PCCh es asociarse con el diablo. Ser amigable con el PCCh es satisfacer al demonio, ayudarlo y jugar un papel en empujar a la humanidad hacia la destrucción. Por el contrario, rechazar al PCCh es participar en la batalla entre el bien y el mal. Este no es un asunto simple de países que luchan por intereses nacionales. Es una batalla por el futuro de la humanidad".

¿Cómo enfrentará el mundo al espectro comunista?