(Minghui.org) Nota del editor: Tanto en la cultura occidental como en la china, el principio de la retribución kármica, es decir, que uno debe rendir cuentas de sus propias acciones, es ampliamente aceptado. La enseñanza central de Falun Gong se fundamenta en la característica del universo: "Verdad-Benevolencia-Tolerancia". El universo recompensará las acciones que estén en armonía con este principio, mientras que las acciones como golpear, torturar y asesinar a la gente incurrirán en una retribución kármica. Dicho de otra manera, las buenas acciones serán recompensadas con el bien, mientras que las malas acciones recibirán la debida retribución.
Artículos como este son un recordatorio compasivo de este principio para aquellos que cometen malas acciones. Mientras que muchos de los que persiguen a Falun Gong están simplemente "siguiendo órdenes", la ley del universo requiere que ellos también rindan cuentas de sus acciones y que solo revirtiendo el curso de sus malas acciones podrán escapar a la retribución.
Xu Wendou, director de la "oficina 610" en el campo petrolífero de Jianghan en la provincia de Hubei, murió recientemente por coronavirus.
Desde julio de 1999, Xu había participado activamente en la persecución a Falun Gong. Un gran número de practicantes de Falun Gong en el área local fueron encarcelados o sufrieron otras injusticias como resultado de las falsas acusaciones fabricadas por Xu Wendou y sus cómplices.
Xu originalmente trabajaba como un empleado corriente en un campo de trabajos forzados. Fue transferido a la estación de policía en el campo petrolífero de Jianghan en 1999, después de una reestructuración organizativa.
Tan pronto como el partido comunista chino (PCCh) inició su persecución nacional a Falun Gong en julio de 1999, Xu se convirtió en un audaz secuaz y pronto fue ascendido de puesto, para dirigir la "oficina 610" local, una agencia por encima de la ley creada con el único propósito de perseguir a Falun Gong.
La Sra. Zhou Aiping, practicante de Falun Gong, solía sufrir todo tipo de enfermedades. Recuperó rápidamente su salud después de aprender Falun Gong y comenzó a vivir según los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.
Alrededor de las 8:00 a. m. del 15 de mayo de 2008, oficiales de policía irrumpieron en su casa y la arrestaron, siguiendo las instrucciones de Xu.
La volvieron a arrestar ilegalmente en 2012 y la retuvieron en el campo de trabajos forzados para mujeres de Hubei durante 15 días. La policía le dijo a su familia que sería liberada el 16 de noviembre, pero cuando los miembros de su familia fueron a recogerla, descubrieron que la habían trasladado en secreto a otro lugar la noche anterior. Las autoridades se negaron a revelarles el nuevo lugar de detención.
La Sra. Zhou sería liberada más tarde y, posteriormente, la volvieron a arrestar unas cuantas veces más por negarse a renunciar a su fe en Falun Gong.
El campo de petróleo de Jianghan es una gran empresa estatal y muchos empleados tienen familiares que practican Falun Gong.
Aprovechando este hecho, Xu asignó "tareas" a las distintas unidades de trabajo de la empresa con el fin de obligar a los familiares de sus empleados que practicaban Falun Gong a renunciar a la práctica. Si los familiares se negaban, se suspendía el empleo y sueldo a los empleados. Por ejemplo, si los padres de un empleado practicaban Falun Gong, la empresa lo suspendería hasta que sus padres dejaran de practicar. Si no, los padres podían ser detenidos.
Xu no escatimó esfuerzos para enviar a un gran número de practicantes de Falun Gong a centros de lavado de cerebro, y más de 1.000 practicantes de Falun Gong sufrieron una grave persecución como resultado. Casi todos los practicantes con una edad cercana a los 30 fueron sentenciados a prisión.
El PCCh recompensó a Xu con privilegios e incentivos en efectivo por sus "méritos" en la persecución a Falun Gong, así que aunque trabajaba en la ciudad de Qianjiang, de nivel 3, pudo comprar una casa para su familia en la capital, Wuhan, donde el costo de vida era comparable al de Shanghái (una ciudad de nivel 1).
A lo largo de los años, los practicantes de Falun Gong locales y extranjeros trataron de instar a Xu a que dejara de participar en la persecución, pero no tuvieron éxito. Incluso después de su jubilación, actuó como asesor de su sucesor en la persecución a Falun Gong.
Xu contrajo el coronavirus cuando regresó a su casa en Wuhan durante el período del Año Nuevo Chino. A pesar de que consiguió una cama de hospital y se sometió a una cirugía a tórax abierto, cuando era extremadamente difícil para un ciudadano común conseguir una cama, acabó sucumbiendo al virus. Tenía unos sesenta años.