(Minghui.org) Antes de comenzar a practicar Falun Dafa a finales de agosto de 1994, tenía mala salud.
La tensión crónica del músculo lumbar me atormentaba. Para acostarme, tenía que agacharme, detenerme y luego continuar poco a poco. Era aún más difícil cambiar de posición en la cama. Me tomaba un tiempo solo darme la vuelta.
Una vez tuve un embarazo ectópico. La trompa de Falopio se rompió y empecé a tener una hemorragia. Perdí la conciencia tres veces de camino al hospital. El director del departamento de Obstetricia y Ginecología temía que no lo lograra. No tenía presión sanguínea y mi corazón dejó de latir pero seguía respirando. Debido a que la trompa de Falopio había colapsado, el abdomen estaba lleno de sangre. Pero estaba consciente. Debido a que mi abdomen estaba lleno de sangre, los médicos no pudieron administrarme la epidural y tuvieron que inyectarla en mi abdomen. Durante la operación, pude sentir cómo me abrían y gritaba fuertemente. Quería morir, el dolor era muy fuerte.
Las excesivas hemorragias y transfusiones empeoraron mi asma. Probé la medicina occidental y la medicina china, pero nada ayudó. Desarrollé un enfisema. Estuve en el hospital todos los veranos durante cinco años seguidos.
El médico sugirió que me jubilara anticipadamente. En ese momento, solo tenía 32 años. Le dije que en ese caso no podría pagar la medicina. El médico escribió una carta al director de mi empresa y fui transferida a un puesto menos estresante, vigilar el vestuario de las mujeres.
Vivía lejos, así que tardaba 50 minutos en bicicleta para llegar al trabajo. Una vez que llegué allí, tuve que descansar un rato antes de poder hacer algo. Mis compañeros ya habrían terminado la limpieza.
Estaba desesperada y sentía que la vida era demasiado dura. Pensaba en el suicidio. Pero mi hijo solo tenía cinco años, y no podía imaginar cómo sobreviviría sin una madre. Bañada en lágrimas, decidí soportarlo por su bien.
“¡Ahora tengo un Maestro!”
Un día, un amigo dijo: “Deberías practicar Falun Dafa. Los cultivadores siguen los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia para ser buenas personas”. Mi corazón se conmovió con las palabras Verdad, Benevolencia y Tolerancia, estas me hicieron sentir bien. Al día siguiente fui a un sitio de práctica para aprenderlo. Unos días más tarde, me sentí mucho más fuerte y algo estaba girando en cada una de las puntas de mis dedos. Mis compañeros de práctica me dijeron que el Maestro me había dado un Falun y que el Falun estaba ajustando mi cuerpo.
Después de eso, siempre estuve dispuesta y deseosa de trabajar. Terminé de limpiar antes de que mis compañeros comenzaran. Estaban sorprendidos. Les dije que practicaba Falun Dafa y que ahora estaba sana. Les agradecí que me ayudaran en el pasado.
¡Qué asombroso!
Dos meses más tarde, escuché que el Maestro iba a dar una serie conferencias sobre Falun Dafa en Guangzhou. Un día después de la practicar, una practicante anciana, Mei (pseudónimo), nos explicó una historia sobre otro practicante “Bo”.
Recientemente Bo había desarrollado síntomas de un derrame cerebral y estaba en el hospital. Mei fue a visitarlo y le preguntó si quería ir a la clase del Maestro en Guangzhou. El billete costaba 50 yuanes. Bo dijo que si, sacó 50 yuanes de su bolsillo y se los dio a Mei. Mei se sorprendió. “¡Has visto! Ahora estás bien. Has podido sacar el dinero del bolsillo. ¡Puedes mover la mano!”. Recuperándose de su sorpresa, Bo dijo: “¡Sí! Estoy bien. No me quedaré aquí. Quiero salir a practicar. ¡Que increíble!. Todos nos alegramos por Bo y nos maravillamos de la compasión del Maestro.
El Maestro dijo:
“Quizás todos hayan oído una frase así en la religión budista: cuando la naturaleza fo emerge, sacude al mundo de diez direcciones. Quienquiera que ve a esta persona quiere ayudarla y la ayuda incondicionalmente. La Escuela Fo salva a la gente incondicionalmente, no hay recompensa alguna, puede ayudarla sin ninguna condición, por lo tanto, nosotros podemos hacer muchas cosas por los estudiantes” (Primera Lección, Zhuan Falun).
Me tomé 10 días libres en el trabajo para asistir a la conferencia en Guangzhou.
“El Maestro está aquí”
“Acabábamos de encontrar un asiento en el Estadio de Guangzhou cuando escuché: “El Maestro está aquí”. Todo el mundo comenzó a aplaudir, y vi al Maestro. Era un joven alto, apuesto y con una cara amable. Sonreía a todos mientras caminaba hacia el centro del estadio. El Maestro sacó un trozo de papel de su bolsillo y lo puso en la mesa y comenzó la conferencia. Instantáneamente todos guardamos silencio y escuchamos. Estaba emocionada, pensé: “¿Cómo puede un lugar de este tamaño, con capacidad para varios miles de personas, quedarse tan silencioso tan rápidamente?. ¡El poder del Maestro es tan grande!”.
Después de la Primera Lección, el Maestro dijo que purificaría nuestros cuerpos y que quitaría las sustancias malas. El Maestro nos dijo que nos levantáramos y que pisáramos primero con el pie izquierdo y luego con el pie derecho. Cuando fue nuestro turno, el Maestro agitó su mano de derecha a izquierda y dijo “Tira”. El Maestro agarró las sustancias malas en su mano, luego golpeó su mano contra el suelo. Cuando se levantó, vi una masa de materia negra en el suelo que comenzó a extenderse y a crecer más y más rápido. Entonces el Maestro levantó su pie y pisó la sustancia negra tan rápido que, instantáneamente, no quedó nada. Pude verlo todo muy claramente.
“Mira, el gran Falun”
En la mañana del tercer día en el hotel, escuché a una niña pequeña decir: “¡Vengan a ver!. Hay una rueda enorme girando en el cielo!”. Todos salimos fuera de nuestras habitaciones para mirar. Algunos pudieron ver un gran Falun, mientras que otros pudieron ver uno más pequeño y otros no pudieron ver ninguno. Yo vi el Falun (la rueda de la Ley) de casi dos metros de tamaño. Estaba girando en el cielo y el color del fondo cambiaba. Era precioso. La niña dijo entonces: “Mira, el Maestro está sentado ahí arriba”. Todos estaban de buen humor.
Durante la conferencia de la tarde, cuando el Maestro habló de las entidades poseedoras, dijo:
“Ya he resuelto estos problemas para algunas personas en mis seminarios anteriores, ya realicé estos asuntos, he quitado todos los futi” (Tercera Lección, Zhuan Falun).
Pude ver que el cielo alrededor del estadio estaba inusualmente nublado y con niebla.