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Ver a través del velo del engaño del partido comunista chino

Jun. 22, 2020 |   Por Shu Tong y Song Bai

(Minghui.org) Algunas personas en la sociedad occidental no han entendido la ideología comunista de eliminar la propiedad privada y lograr la igualdad. Después de todo, ¿qué tiene de malo tener igualdad de oportunidades para todos?

Sin embargo, mirando la historia del comunismo, uno encuentra que la revolución violenta se usó para robar la propiedad privada para el beneficio de los funcionarios de alto rango privilegiados y sus familias. El supuesto “igualitarismo” es solo una promesa vacía hecha por los comunistas.

Ya que más gente ha llegado a reconocer lo dañino del partido comunista chino durante la pandemia del coronavirus, sería útil repasar lo que el PCCh ha hecho desde que tomó el poder varias décadas atrás, incluyendo el robo de la propiedad privada, la destrucción de la cultura tradicional, y el asesinato de ciudadanos inocentes.

Robando propiedad privada

Robar la propiedad privada es la naturaleza inherente del PCCh desde que comenzó en sus primeros días. Por ejemplo, alrededor de 1930 el PCCh emitió la orden de matar a los terratenientes, quemar sus casas, tomar su propiedad, como lo escribió Gong Chu, un funcionario veterano del PCCh en ese tiempo. Sin poder soportar más la brutalidad, desertó en 1935.

La matanza de los terratenientes en el campo fue muy cruel. “Los funcionarios primero los torturaban con todo tipo de métodos para extorsionarles dinero y luego matarlos –incluso los niños no eran perdonados”, explicó Gong. “La palabra ‘humanidad’, no existe en el diccionario del PCCh”.

“Que algunas personas se hagan ricas primero”

Luego de la Revolución Cultural, el entonces líder comunista Deng Xiaoping lanzó una nueva iniciativa: “Que algunas personas se hagan ricas primero”, lo que benefició principalmente a los hijos de los funcionarios de alto rango. Chen Yun, el entonces segundo más poderoso funcionario del PCCh, y otros llegaron a un acuerdo: uno de los hijos de cada funcionario alto heredaría mucho poder mientras que los otros hijos tendrían permitido hacer dinero usando sus conexiones políticas sin tener que preocuparse por cargos de corrupción.

Este acuerdo, apenas conocido por los ciudadanos comunes, rápidamente permitió que los funcionarios de alto rango y sus familias acumularan activos. Se indicó que Zhou Yongkang, secretario del comité de asuntos políticos y legales (2007-2012), tenía una fortuna de 14 mil millones de USD para 2012. También se reportó que la familia de Jiang Zemin, exsecretario del partido, tiene activos de unos 70 mil millones de USD en el extranjero.

Según el “Reporte anual de la encuesta sobre la sustentabilidad de la gente en China (2015)” publicado por la Universidad de Beijing, el 1% de las familias chinas más ricas poseía alrededor de un tercio de los activos del país, mientras que el 25% más bajo, solo poseía el 1% de los activos.

Una gran porción de la redistribución de estos activos se manejó basados en el parentesco. Deutsche Welle, una radio pública alemana, reportó en abril de 2012 que 2.900 chinos privilegiados poseían una fortuna de 320 mil millones de USD en ese momento). Ellos dominaban muchas industrias, especialmente las finanzas, comercio exterior, y bienes raíces. “Entre los 3.220 chinos con fortunas por arriba de los 100 millones de yuanes, solo 288 no son hijos de funcionarios de alto rango” decía el informe.

Destruyendo la cultura y matando gente

La cultura tradicional china se enfoca en la armonía entre el Cielo, la Tierra y el hombre. La teoría comunista, por otro lado, promueve la lucha de clases. Para poder instalar esta ideología en China, el PCCh lanzó numerosas campañas políticas para poner un grupo de gente en contra de otro.

Esto fue claramente visto durante la Revolución Cultural, un caos entre 1966 y 1976. Según Archivos secretos sobre la Revolución Cultural en Guangxi, durante una reunión en 1974, funcionarios principales de la provincia de Guangxi se reunieron y discutieron cómo intensificar las campañas políticas. Además funcionarios del gobierno de todas las ciudades de Guangxi, oficiales militares y jefes de departamentos de propaganda también asistieron a la reunión.

Además de las técnicas tradicionales de lavado de cerebro tales como promover la dictadura comunista y la revolución cultural, los funcionarios también propusieron una serie de pasos: primero era desenterrar la desviación de un individuo de la propaganda oficial, segundo era acusar a estos individuos de graves crímenes con evidencia fabricada, y tercero atacar los libros de cultura tradicional china que eran conocidos por la gente.

En Nanjing, la capital de Guangxi, alrededor de 18.000 personas estuvieron involucradas en implementar esas políticas. Entre estas, más de 2600 grupos de estudio se formaron con más de 74.500 participantes. Además de los más de 2.700 artículos, más de 2.000 discursos dados a una audiencia de casi 250.000 personas.

Incluso ordenaron que participen niños pequeños. En una escuela elemental solamente, había 74 estudiantes cuenta cuentos que apuntaron a Confucio y otros de la cultura tradicional china.

Las mentiras fueron acompañadas por la brutalidad. Según el historiador Yan Lebin, alrededor de 140.000 personas fueron asesinadas en la provincia de Guangxi solamente durante la Revolución Cultural. Wei Guoqing, secretario del partido de la provincia de Guangxi, una vez dijo que la cifra total de muertes era de alrededor de 150.000 en Guangxi.

Este tipo de brutalidad es desconocida por el ciudadano común por la intensa censura del PCCh como también su ejército masivo que domina la opinión pública. Además del personal pago, unos 10 millones de voluntarios son reclutados para vigilar Internet según la BBC News el 7 de abril de 2015. Citando un documento de la liga juvenil [2015-9], una organización de jóvenes del PCCh, alrededor de 4 millones de estos voluntarios eran estudiantes universitarios.

Persecución por la creencia

Además de robar la propiedad privada, arruinar la cultura, y matar gente inocente, el PCCh ha lanzado varias persecuciones a diferentes grupos religiosos. Entre ellos, la más grande y peor es la represión a Falun Gong.

En julio de 1999, el entonces líder del PCCh Jiang Zemin, lanzó una campaña nacional contra Falun Gong. Movilizó el aparto estatal de propaganda para difamar a Falun Gong, todo mientras ordenaba la detención, tortura y lavado de cerebro de los practicantes, en un intento de forzarlos a que renuncien a su fe en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. La propaganda penetró casi todas las profesiones en la sociedad especialmente en los medios de noticias y sistemas de educación como también propaganda en el extranjero.

En China hay alrededor de 2.000 periódicos, 8.000 revistas, y 1.500 estaciones de radio y TV, además de incontables sitios web. Bajo la estricta censura y poderoso ejército de Internet, casi todo el contenido es manipulado para que lleve los mensajes que el PCCh quiere que la gente escuche.

People’s Daily, el principal periódico oficial del PCCh, publicó 347 artículos difamatorios en un mes después de que comenzó la persecución a Falun Gong, el cual se traduce a 11 artículos  promedio por día.

La CCTV, la estación de TV oficial del PCCh, produjo 332 programas que difamaban a Falun Gong entre abril de 2002 a fines de 2003 solamente.

Además, una gran cantidad de películas, carteles, libros, DVD, e incontables folletos se produjeron para engañar al público.

Además de los medios de noticias, el sistema de educación es otra área en la que se enfoca el PCCh durante una campaña. Chen Zhilli, ministro de educación, emitió órdenes para que la enseñanza superior realizara investigaciones para censurar y manipular más la información online relacionada a Falun Gong.

Durante una campaña el 6 de febrero de 2001, alrededor de 8 millones de jóvenes de 100 ciudades principales colocaron unos 500.000 carteles y repartieron más de 10 millones de impresiones que difamaban a Falun Gong. Luego ese mes, funcionarios empujaron la farsa de la autoinmolación para difamar a Falun Gong, la cual fue incluida en los libros de textos y en muchos materiales educativos desde entonces para difamar a los practicantes inocentes.

Se reportó que desde 2001 la provincia de Sichuan ha asignado alrededor de un millón de yuanes por año dedicados a investigar estrategias de lavado de cerebro contra Falun Gong. Cuando estos esfuerzos se estaban implementando en más lugares de China, se realizaron miles de foros con propaganda difamatoria.

Fuera de China, el PCCh ha invertido enormemente para poseer o manipular tanto medios chinos como occidentales. Allá por 2001, un reporte de The Jamestown Foundation encontró que el régimen había controlado directa o indirectamente, cuatro periódicos chinos principales en el extranjero.

Para empujar su propaganda alrededor del mundo, el PCCh también incrementó su influencia en radiodifusión de TV a través de satélites. Durante una audiencia con el comité de asuntos extranjeros de EE. UU. el 6 de abril de 2011, se reveló que la “CCTV-4 solamente está en 26 satélites alrededor del mundo, 8 de ellos están sobre Norteamérica”.

A medida que el PCCh incrementó la infiltración en los medios de noticias tradicionales en la sociedad occidental, también empujó más propaganda a través de las redes sociales tales como WeChat o TikTok mientras censura información relacionada a tópico como Falun Gong, declaró un informe de la Freedom House en 2020 titulado “La expansión de la influencia en los medios de comunicación del partido comunista chino desde 2017”.