(Minghui.org) Una residente de la ciudad de Jiamusi, provincia de Heilongjiang falleció el 6 de septiembre de 2019, debido al deterioro de su salud después de repetidos arrestos y acosos por su fe en Falun Dafa, una práctica para la mejora de cuerpo y mente perseguida por el régimen comunista chino desde 1999. Tenía 75 años.
Escribió el siguiente relato un año antes de su muerte:
Mi nombre es Shi Zhenhua. Trabajaba en un centro comercial en Jiamusi y debido a los años de arduo trabajo, sufrí varias dolencias, incluyendo problemas cardíacos, úlceras estomacales, engrosamiento de las arterias cerebrales y hernia de disco lumbar. Comencé a practicar Falun Dafa en 1996 después de que un amigo me presentó la práctica, mi salud pronto se recuperó.
Obligada a firmar la declaración de renuncia
Después de que el régimen comunista ordenó la persecución a Falun Dafa en 1999, perdimos el entorno donde podíamos estudiar las enseñanzas de Falun Dafa y hacer los ejercicios de Falun Dafa con otros practicantes.
Mi gerente en el trabajo exigió que todos los empleados que practicaban Falun Dafa firmaran una declaración para renunciar a nuestra fe, por lo que me obligaron a firmarla en contra de mi voluntad.
Primer arresto
Fui a Beijing para apelar por el derecho a practicar Falun Dafa el 27 de noviembre de 2000 y fui arrestada en la Plaza Tiananmen. Me encerraron en una jaula de metal en la estación de policía de Qianmen. Más de cuarenta practicantes fueron llevados allí por la mañana. La policía registró nuestras maletas, nos tomó fotos y pidió nuestros nombres y direcciones.
Inicialmente me negué a dar mi nombre, pero luego me obligaron a hacerlo, después de que una mujer oficial me arrancara todos los botones de mi blusa y mis pantalones.
Cuando me llevaron de regreso a Jiamusi el 5 de diciembre de 2000, las autoridades me obligaron a firmar una declaración prometiendo que no volvería a Beijing. Estuve detenida en el centro de detención de la ciudad de Jiamusi durante 16 días y la policía obligó a mi familia a firmar una declaración de renuncia a Falun Dafa en mi nombre. También se vieron obligados a pagar una fianza de 2000 yuanes.
Segundo arresto
Fui arrestada por segunda vez el 22 de noviembre de 2001, mientras distribuía materiales informativos sobre Falun Dafa en una subdivisión. La policía registró mi bolso y me quitó los materiales.
Me fijaron a una silla de metal en la estación de policía, me interrogaron y me insultaron.
Me llevaron al centro de detención de la ciudad de Jiamusi. Estaba tan aterrorizada después del arresto que mi cuerpo comenzó a temblar y mis manos y pies se quedaron fríos. Tenía dificultad para respirar y no dejaba de sudar. Temiendo que pudiera morir en el centro de detención, la policía me envió al hospital. El médico descubrió que tenía una enfermedad cardíaca. La policía decidió liberarme esa noche.
Tercer arresto
Después de ser denunciada por colgar una pancarta sobre Falun Dafa, fui arrestada por tercera vez el 12 de mayo de 2006. La policía me obligó a llevarlos a mi residencia temporal. Les advertí que me quedaba con una familiar que tenía 80 años, que tenía una afección cardíaca y presión arterial alta, y que los oficiales no deberían hablar demasiado alto en mi casa, pero no me escucharon. Entraron en mi hogar y buscaron en todas partes materiales relacionados con Falun Dafa. Se llevaron algunos de mis recuerdos de Falun Dafa y algunos folletos.
La policía me llevó de vuelta a la estación de policía y continuó con el interrogatorio. Luego me metieron en un auto de la policía, condujeron a un lugar al azar, se detuvieron y me dejaron en mitad de la calle. Tuve que buscar un taxi y volver a casa por mis propios medios. Cuando llegué a casa, eran las 2:00 a.m. Mi familiar quedó tan traumatizada por la redada policial que comenzaba a temblar cada vez que escuchaba a alguien llamar a la puerta.
Cuarto arresto
Mi último arresto fue el 4 de noviembre de 2010, por buscar justicia para otra practicante, la Sra. Sun Libin, quien acabaría falleciendo en marzo de 2019, como resultado de la persecución.
Me llevaron al centro de detención de la ciudad de Jiamusi por la noche. El cuarto día, comencé una huelga de hambre para protestar por la persecución. También me negué a dejar que una enfermera me tomara una muestra de sangre al quinto día.
Al octavo día, comencé a sufrir una afección médica grave y las autoridades me liberaron. El centro de detención y la policía extorsionaron 1000 yuanes a mi familia.
Pensión suspendida y acoso continuo
He estado intentando renovar mi documento de identidad desde 2009, pero la policía ha usado todo tipo de excusas para denegármelo. La oficina de seguridad social, más tarde, comenzaría a verificar las identidades antes de emitir los pagos de pensión de jubilación. Como tenía problemas para renovar mi identificación, me suspendieron la pensión. Como no tenía ningún otro ingreso, que me suspendieran la pensión me llevó a una situación de indigencia.
La policía comenzó a acosarme después de que presenté una denuncia penal en 2015 contra Jiang Zemin, el exjefe del partido comunista chino, por ordenar la persecución a Falun Dafa, así que me veía obligaba a vivir lejos de casa para evitar que me siguieran persiguiendo.
Seguí solicitando mi documento de identidad cuando regresé a casa. En 2016, después de muchos intentos y mi cuñada siendo mi aval, la policía finalmente me emitió una identificación de última generación.
Pero cuando estaba a punto de comprar un boleto de tren en mayo de 2017 para asistir al funeral de un pariente en otra ciudad, el vendedor de boletos me dijo que como mi identificación estaba marcada no se me permitía salir de la ciudad. Justo entonces me di cuenta de que me habían puesto en la lista negra de la policía.
Después de años de persecución y acoso, vivía con miedo todos los días. La presión mental hizo mella en mi salud. Comencé a tener algunos problemas de salud y mi estado emperó.
Me mudé a la casa de mi hermana a principios de 2018, cuando se ofreció a cuidarme. La policía me buscaba por todas partes y acosaba a varios de los miembros de mi familia. Finalmente me encontraron en la casa de mi hermana.
Shao Kunhai, jefe de la estación de policía de Xilin, me acosó el 12 de junio de 2018 e intentó tomarme una foto. En ese momento yo estaba incapacitada, postrada en la cama. Después de que me negara a que me tomara una foto, me pidió el número de teléfono de mi hermana. Luego la llamó varias veces para acosarla.