(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1996. En ese momento, era supervisor en un departamento de la ciudad. A menudo, aceptaba regalos y no pensaba que estuviera mal hacer eso, ya que no los estaba pidiendo.
Después de aprender Dafa, me di cuenta de que el estándar para distinguir lo bueno y lo malo era Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Dejé de abusar de mi poder por intereses propios, y me negué a aceptar sobornos.
Una vez, alguien trató de darme dinero en negro, durante una inspección. Me negué a tomarlo, explicando que no podía porque practicaba Falun Dafa y vivía de acuerdo a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
La persona me reportó al comité municipal del partido, alegando que estaba promoviendo a Falun Dafa. El director de mi departamento dijo que había hecho lo correcto al negarme a aceptar el soborno, y que mi libertad de creencia debía ser respetada.
En otra ocasión, alguien le pidió al líder del proyecto de mi equipo que me diera el dinero que se había ahorrado. Lo devolví y dije que no podía tomarlo porque era un practicante de Dafa.
Una vez, el equipo de inspección encontró algunas discrepancias en los registros contables de la empresa. El contador trató de sobornar a todo el equipo para que lo encubriéramos. Después de que pasó todo, le devolví al contador el dinero que me dio, y le dije que los practicantes de Falun Dafa no aceptan sobornos, ni dañan intencionalmente a otros. Estuvo muy agradecido.
Cada vez que no podía devolver el dinero que alguien me daba, lo donaba a centros para personas de la tercera edad, estudiantes pobres o familias necesitadas.
Muchas personas, especialmente las del gobierno que fueron engañadas por las mentiras del partido comunista chino (PCCh), me decían que debía confiar en el régimen. Decían que el partido era bueno y que se encargaría de todo.
La corrupción y el soborno son la norma en el partido, entonces ¿cómo iba a ser bueno? Sin embargo, cuando me negué a aceptar sobornos y seguí los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, fui tratado como un criminal. Su razonamiento y creencia en el PCCh eran absolutamente absurdos.
Sabía cómo era el partido hace mucho tiempo, porque había servido en el ejército de Beijing durante las protestas de la Plaza Tiananmen.
Sabía que, el 4 de junio de 1989, el régimen había disfrazado a los soldados como estudiantes para crear disturbios, y luego envió a otros soldados para matar a los estudiantes reales. Después, el PCCh afirmó descaradamente que ni una sola persona había muerto durante el incidente.
El régimen sigue mintiendo sobre la verdadera naturaleza del incidente del 4 de junio, tal como lo está haciendo con el incidente de la autoinmolación de la Plaza Tiananmen de 2001. Fue un evento preparado que el partido usó, tratando de engañar al público para que odiara a Falun Dafa.
Al estar en el ejército, aprendí que Mao Zedong era supersticioso, pero obligó a la gente a no creer en lo divino, diciendo que era idealista y supersticioso. A menudo le adivinaban el futuro e incluso nombró a su unidad de guardia personal como la Unidad 8341. Al final, murió a la edad de 83 años después de estar en el poder durante 41 años.
Ya sea que esté en el trabajo, de compras o en la fiesta de un amigo, aprovecho cada oportunidad para aclarar la verdad y salvar a la gente. Principalmente hablo sobre Falun Dafa, su eficacia en mejorar la salud, cómo nos enseña a ser buenos y por qué está siendo perseguido.
Uno de los gerentes de mi empresa me preguntó cómo curé la condición de mi piel; su esposa tenía un problema similar. Antes de practicar Dafa, mi mano a menudo se infectaba con una secreción amarillenta. Se curó después de que empecé a practicar.
Esa noche fui a su casa, le conté a su esposa los hechos sobre Dafa, y la ayudé a renunciar al PCCh y a sus organizaciones juveniles. Le dije que recitara sinceramente "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Lo hizo y, poco después, su trastorno de la piel se curó.
Después de jubilarme, decidí dar una clase en mi campo. Les hablaría sobre Dafa a los estudiantes, a sus familias y a los maestros. Al principio, me preocupaba que alguien me denunciara. Pero me di cuenta de que estaba haciendo lo más recto, así que nadie estaba calificado para perseguirme. A pesar de alguna interferencia inicial, pude enseñar durante seis años. Muchas personas aprendieron acerca de Dafa y de la persecución, y algunos renunciaron al partido.
En los últimos años, mi esposa y yo hemos estado quitando carteles que difaman a Dafa.
Una vez, los carteles fueron colgados en la intersección más concurrida de nuestra zona, por lo que era más difícil quitarlas. Nos preocupaba ser perseguidos si alguien nos reportaba o que nos capturaran las cámaras de vigilancia en la calle. Aún así, sentimos que teníamos que quitar los carteles.
Le pedimos a Shifu orientación y apoyo. Un día llovió y pudimos hacerlo ocultándonos detrás de un paraguas.