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Una nueva China solo es posible con la caída del PCCh

Mayo 28, 2020 |   Por Shu Chuo

(Minghui.org) Desde la infancia, a la gente de la China comunista se le enseña que el partido comunista chino (PCCh) es la "madre" del pueblo chino y que deben "amar al partido y al país" como aman a sus padres biológicos.

En la mente de la mayoría de los chinos, China y el partido comunista chino son lo mismo. El PCCh se aprovecha de su fuerte sentido del patriotismo para mantener el control sobre sus mentes.

Por ejemplo, cuando un país occidental critica al PCCh por cualquier cosa, el partido rápidamente afirma que "el imperialismo occidental nunca dejó de intentar aniquilarnos". Eso provoca entonces olas de fanáticos abusos verbales de sus furiosos seguidores, que creen que es la única manera de mostrar su "dignidad" y "confianza nacional".

Por otra parte, si un chino incluso expresa una opinión que no le gusta al PCCh, será considerado como un traidor al país y sometido a diversas formas de castigo, incluida la muerte.

A continuación se presentan algunos ejemplos.

El "extremista de derecha" Chu Anping

Chu Anping fue un renombrado erudito, periodista liberal y comentarista durante la época de la República en China. Fue editor del Guangming Daily después de que el PCCh tomara el poder, pero fue despedido en 1957 luego de que hiciera comentarios críticos sobre la mala conducta del gobierno del PCCh antes del movimiento antiderechista, que tenía por objeto eliminar a los intelectuales que no mostraban suficiente lealtad al PCCh.

Chu escribió en uno de sus artículos antes de que el PCCh llegara al poder:

Para ser honesto, en términos de libertad, es todavía una cuestión de 'más' o 'menos' bajo el gobierno del Partido Nacional, pero sería una cuestión de 'tener' o 'no tener en absoluto' si el partido comunista está en el poder.

De hecho, al partido comunista no le importa mucho una constitución en absoluto. Lo que realmente busca es la expansión del ejército y el territorio.

Para los comunistas, solo hay "enemigos" o "nosotros". Solo aceptarán a quienes los sigan y considerarán a quienes no lo hagan como enemigos. No hay sentido de humanidad o de amistad para los comunistas.

Mientras trabajaba bajo el régimen comunista, Chu criticó cómo trabajaban los autócratas del PCCh y describió a China como un "imperio del partido", lo que enfureció a los principales líderes del PCCh. En 1957, fue etiquetado como un "extremista de derecha", castigado y desterrado de la vida pública.

Chu sufrió otra ronda de persecución durante la "revolución cultural" y desapareció en septiembre de 1966. Nadie sabe qué le ocurrió exactamente, aunque algunos afirmaron que se suicidó.

La trágica vida de Qu Xiao

Qu Xiao, uno de los tres elocuentes oradores más publicitados del régimen del PCCh, tuvo una vida trágica.

Su padre murió aplastado por un camión soviético en 1951 cuando tenía 19 años. Luego fue purgado como "derechista" en 1957 porque se sospechaba que era antisoviético como resultado de la muerte de su padre. Fue llevado a un campo de trabajos forzados en 1958 y liberado en 1961. Tras el inicio de la revolución cultural en 1966, fue arrestado en 1968 y sentenciado a 20 años por hacer comentarios "contrarrevolucionarios". Fue liberado en 1979.

A pesar de tal injusticia y de la pérdida de su libertad durante décadas, Qu Xiao no pudo ver que la causa fundamental de su sufrimiento era el PCCh y continuó creyendo en sus mentiras y propaganda.

Al notar que era un talentoso orador público, el PCCh lo reclutó para trabajar en su departamento de propaganda en 1985 y dispuso que diera discursos de alabanzas al PCCh en 2.500 reuniones para lavarles el cerebro a incontables jóvenes en toda China.

A finales de los 80, el PCCh envió a Qu Xiao a los EE. UU. para hablar con los estudiantes chinos en el extranjero. Su objetivo era inspirar su patriotismo y reforzar su lealtad al partido.

El profesor Wang Rongzu, un historiador chino procomunista de Taiwán, fue invitado a esa primera charla en la gira de Qu Xiao por EE. UU.

Como siempre, Qu Xiao hizo una conmovedora y emotiva presentación, relatando los giros y vueltas de su trágica vida, especialmente sus años de miseria tras las rejas. Las lágrimas corrían por su cara mientras relataba los momentos más dolorosos.

Pero al final, cambió repentinamente de tono y proclamó con fervor: "El partido comunista es nuestra querida madre". Aunque una madre trate mal a su hijo, ¿cómo puede el niño dejar de amar a su madre? Nunca debemos tener un sentimiento de venganza contra el partido".

Tales narraciones serían sin duda recibidas con fuertes aplausos en China, pero a esta le fue muy mal en los EE. UU. Tan pronto como Qu Xiao terminó, el profesor Wang de Taiwán se puso de pie y dijo con emoción: "¡Estoy profundamente perturbado y muy enojado porque un joven erudito fue encarcelado durante 14 años sin ninguna razón!”.

“Leí informes similares cuando estuve en Taiwán, pero nada tan malo como esto, nada tan real como lo que acabo de oír. Me hizo enojar mucho [aprender cómo el PCCh trata a su gente]”.

"¿El partido comunista es [una] madre? ¿Cómo puede una madre torturar a su hijo durante tanto tiempo? Ni siquiera la peor madrastra sería tan cruel. ¡¿Cómo puede el partido esperar que sus niños maltratados le sean leales?!". El profesor Wang siguió adelante, ignorando a alguien que trató de detenerlo. "¡En cualquier sociedad civilizada, lo que hacen sería castigado por la ley!".

Qu Xiao se puso pálido, visiblemente sacudido por los inesperados comentarios del profesor Wang.

Temiendo que sus discursos pudieran resultar contraproducentes en los EE. UU., Qu Xiao canceló el resto de sus charlas. Después de regresar a China, dejó de participar en actividades públicas. No mucho después de eso, se enfermó del cerebro y perdió la capacidad de hablar. Falleció en 2003.

"No ventiles nuestra sucia lavandería en público"

El PCCh siempre exagera sus "buenas acciones" y se atribuye los logros alcanzados por el pueblo. Si algo sale mal, intenta encontrar un chivo expiatorio y silencia a la gente diciéndole que no ventile los trapos sucios de China en público, recordándoles a todos que las malas noticias no deben difundirse fuera de la familia.

Pero la verdad siempre saldrá a la luz tarde o temprano y cada vez más gente está dispuesta a decir la verdad a pesar del fuerte control del PCCh.

Fang Fang (Wang Fang), una escritora muy conocida en China, ha ganado últimamente la atención internacional gracias a sus relatos diarios en las redes sociales sobre lo que estaba ocurriendo durante el cierre de Wuhan. En sus textos describió los temores, las frustraciones, las dificultades y las aspiraciones de la población local, pero también hizo algunos comentarios negativos sobre la forma en que la burocracia del PCCh manejó el brote de coronavirus.

Aunque Fang Fang no dijo que el PCCh sea malo ni cuestionó su totalitarismo, que es la causa fundamental de la pandemia, pronto se encontró en el punto de mira de las críticas de muchos ciudadanos "patrióticos", que la llamaron "mentirosa" y "traidora" porque había "ventilado los trapos sucios en público".

Esto es muy similar a lo que le pasó a Boris Pasternak, quien escribió la novela Dr. Zhivago. En el libro, Pasternak describió los principales eventos que rodearon la revolución de octubre en Rusia desde una perspectiva humanista.

Después de que se anunciara que Pasternak había ganado el Premio Nobel en 1958, el departamento de propaganda de la antigua Unión Soviética lanzó un ataque contra él, acusándolo de socavar la "revolución roja" y de complacer a los enemigos de la Unión Soviética. Dr. Zhivago, publicado por primera vez por una editorial occidental, fue el primer libro prohibido por un régimen por razones políticas.

La purga política tuvo un gran impacto en su salud y Pasternak murió de cáncer de pulmón dos años después. En uno de sus últimos poemas, escribió: "Desaparecido, como una bestia encarcelada...... ¿Realmente soy tan corrupto, soy un malhechor, un asesino también?...... Creo que el día está cerca, cuando el corazón del bien supera la rabia y la bajeza - incluso aquí".

Una nueva China sin el PCCh espera

Hacia finales de los años ochenta y principios de los noventa, el comunismo en Europa oriental y la Unión Soviética se desintegró, marcando el fin de la Guerra Fría y la completa derrota del movimiento comunista internacional. Los países de Europa del Este, Rusia y otros Estados de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), tras haber extirpado el tumor maligno del comunismo, entraron en una nueva era que abraza a la humanidad y a la libertad.

La desintegración pacífica de la antigua Unión Soviética mostró al mundo que una nueva era basada en la libertad y la humanidad solo es posible sin el gobierno autocrático del partido comunista. Y solo mediante la desintegración del partido comunista chino puede el pueblo chino disfrutar de la verdadera libertad, los derechos humanos fundamentales y la felicidad.

En vista del rápido despertar de la comunidad internacional y del pueblo chino, ese día no está muy lejos. La gente necesita prepararse para ello y la mejor manera de dar la bienvenida a una nueva China, rompiendo completamente con el malvado y engañoso PCCh.