(Minghui.org) Soy una mujer del campo de 72 años. Solía creer en la propaganda del partido comunista chino (PCCh) sobre Falun Dafa, e incluso culpé a la práctica por la persecución que experimentaron mi hija y su esposo. Afortunadamente, aprendí la verdad sobre Dafa y ahora lo practico.
Una vida de penurias
Cargué con todo el trabajo de la familia después de casarme. Tuve que cargar piedras, cavar zanjas y plantar cultivos en el campo. Hasta tuve que trabajar en el campo estando embarazada de nueve meses. Después de años de vivir una vida difícil, mi salud se deterioró y sufría un problema cardíaco, depresión, migrañas y várices.
Nuestra familia de seis personas vivía frugalmente, usando solo unos tres litros de aceite para cocinar cada año. Dejé que mi cuñado y su esposa adoptaran a mi cuarta y quinta hijas porque no tenían hijos.
Sin embargo, mi marido y yo tuvimos que mantener a su familia y pagar la matrícula escolar de los niños, ya que mi cuñado se negaba a trabajar. Mi marido y yo peleábamos a menudo por la cantidad de dinero que había que enviarles, porque necesitábamos tener suficiente para pagar el fertilizante.
Bajo una tremenda presión, me deprimí a los 30 años. Tenía insomnio, tenía miedo de estar cerca de la gente y de la luz, e intenté suicidarme.
Resentimiento contra Dafa
Mi segunda hija y su marido fueron arrestados por ir a Beijing a apelar por su derecho a practicar Falun Dafa en julio de 2000.
El marido de mi hija fue llevado a un campo de trabajos forzados, mientras que mi hija fue detenida en el viejo edificio de una fábrica en desuso. Luego fue obligada a dejar su trabajo.
Le preparaba comidas durante el día, e intentaba persuadirla de que dejara de practicar Falun Dafa por las noches. Me quedaba fuera del edificio llorando mientras llevaba a su hijo.
Presenciando su difícil situación y viendo los programas de televisión y las noticias que calumniaban a Falun Dafa a toda hora, creí las mentiras del PCCh y comencé a resentirme con la práctica. Incluso creí que mi yerno nos mataría algún día, y me quejaba con quienquiera que me encontraba.
Después de que regresaron a casa, mi hija y su marido no podían hablar de Dafa delante de mí, o les gritaba.
Como mi hija había perdido su trabajo, abrió un pequeño restaurante para ganarse la vida. La ayudé a cocinar, lavar y hacer las compras. Pero mi salud empeoró posteriormente, y ya no pude ayudarla.
Testigos de lo preciado que es Dafa
Una vez me caí de mi bicicleta inmediatamente después de decir algo malo sobre Dafa. Mi hija dijo que estaba siendo castigada, pero no le creí.
Mi vecina, una anciana que no practica Falun Dafa, dijo que la práctica estaba siendo tratada injustamente. Ella también compartió cómo todas sus enfermedades desaparecieron después de que ella sinceramente recitó: "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
Venía casi todos los días a charlar conmigo. Pude ver que había cambiado, ya que no se quejaba del dolor en las articulaciones causado por exceso de líquido. Mi percepción sobre Dafa comenzó a cambiar.
Un día, tuve dolor de cabeza, rigidez de cuello, y no podía moverme. Mi hija me pidió que recitara: "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
Comencé a recitar las frases desde la mañana hasta la noche, y le pedía a mi hija o a mi nieto que continuaran por mí cuando me cansaba. También escuchamos las conferencias del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa).
No pasó nada hasta el doceavo día, cuando de repente sentí un objeto parecido a un globo saliendo de mi frente, y mi dolor de cabeza desapareció de inmediato. Me había recuperado y ya no me sentía deprimida.
No puedo describir mi gratitud hacia Shifu en ese momento. Me di cuenta de que todo lo que se decía en la televisión era mentira.
Entonces quise aprender Falun Dafa, pero no estaba segura de poder hacerlo porque no podía leer bien y había dicho cosas malas sobre la práctica. Finalmente, decidí empezar a practicar Falun Dafa después de haber dudado durante un mes.
Me levanté a las 3:40 de la mañana e hice los ejercicios de Falun Dafa todos los días. Me sentía increíblemente bien. No sentía frío ni necesitaba usar un suéter grueso en el invierno, como lo hacía en el pasado.
Cuanto más estudiaba a Falun Dafa, mejor me sentía y mi mente estaba más tranquila. Poco a poco pude dejar el resentimiento hacia mi cuñado y el apego al dinero siguiendo Verdad-Benevolencia-Tolerancia y siendo una buena persona.