(Minghui.org) El Imperio Romano fue uno de los imperios más largos y grandes de la historia humana. Con una población de alrededor de 65 millones, competía con su contraparte en el Este, la Dinastía Han de 60 millones de personas. En su pico, el Imperio Romano tenía 5 millones de kilómetros cuadrados, similar a la expansión de la Dinastía Han.
Sin embargo, después de la represión de Roma sobre los cristianos, este poderoso imperio comenzó a declinar. Golpeado por tres plagas grandes, el Imperio Romano Occidental terminó en 476. El cuarto desastre, la Plaga de Justiniano (541-542) mató a otras 25 a 50 millones de personas, debilitando aún más al imperio.
El ataque más notable contra los cristianos vino del emperador Nerón entre 64 y 65 d. C. Nerón, que se convirtió en emperador en el 54 d. C., mató a su madre, hermano, y dos esposas. Varios historiadores documentaron que, para renovar y expandir Roma, Nerón incendió la ciudad el 18 de julio, en el 64 d. C. y culpó a los cristianos por el incendio. “Nadie se atreva a apagar las llamas. Intentos de hacerlo serán evitados por pandillas peligrosas. Antorchas, también, fueron tiradas abiertamente, por hombres llorando que actuaban bajo órdenes”, escribió el historiador Tácito en los Anales.
Después de tildar a los cristianos como una secta y un peligro para la sociedad, Nerón movilizó al público romano para perseguirlos. Como resultado, muchos cristianos fueron asesinados -destrozados por bestias o quemados vivos como antorchas humanas.
“En sus mismas muertes los hicieron objeto de deporte: los cubrían con pieles de bestias salvajes, y atormentados hasta la muerte por perros, o colgados de una cruz, o incendiados, y cuando el día terminaba, quemados para servir como luces de noche”, escribió Tácito.
Muchos de los que siguieron a Nerón y persiguieron a los cristianos pronto recibieron retribución. Una plaga brotó el otoño siguiente en Roma, matando al menos 30.000 personas. Tres años más tarde, surgió una rebelión contra Nerón. Escapó de Roma en el 68 d. C. y murió, posiblemente por suicidio.
Después de Nerón, alrededor de diez emperadores romanos continuaron reprimiendo a los cristianos. Más plagas continuaron, incluyendo la Plaga Antoniana (165-180), la Plaga de Cipriano (250-270), y la Plaga de Justiniano (541-542).
Las plagas fueron devastadoras y aterradoras: “Mientras la fuerza del cuerpo se disuelve, los intestinos se disipan en un flujo; un fuego que comienza en lo más profundo quema hacia arriba hiriendo la garganta … los intestinos son sacudidos con vómitos continuos … los ojos se prenden fuego con la fuerza de la sangre … mientras la debilidad prevalece durante la falla y pérdida de los cuerpos, el andar casi paralítico o la audición no funciona o la visión es ciega … ", escribió Cipriano, obispo de Cartago y testigo ocular tras quien se nombró la plaga.
La plaga representada por Nicolas Poussin
Juan de Éfeso (también conocido como Juan de Asia), un sacerdote y testigo ocular de la Plaga de Justiniano en el Imperio Oriental, la describió en la segunda parte de su Crónica:
--sobre cuerpos que abiertos y podridos en las calles sin nadie que (los) entierre;
--sobre otros que perecieron cayendo en las calles para convertirse en un espectáculo terrible y estremecedor para quien lo viera, con sus barrigas hinchadas y sus bocas abiertas, echando pus como torrentes, sus ojos inflamados y sus manos estiradas hacia arriba, y (sobre) los cuerpos pudriéndose y tirados en las esquinas y calles y en los pórticos de los patios e iglesias y martirias y en todos lados, sin nadie (que los) entierre;
--sobre los barcos en medio del mar cuyos marineros de repente fueron atacados por la furia (de Dios) y (los barcos) se convirtieron en tumbas de sus capitanes y continuaron a la deriva en las olas que llevan los cuerpos de sus dueños;
--sobre las rutas que quedaron desiertas;
--sobre las aldeas cuyos habitantes murieron todos juntos;
--sobre muchas cosas de este tipo, que derrotaron a todos esos que tenían el poder de hablar (de sus habilidades) en palabras e historias.
Para el 680, la gente despertó y comenzó a reflexionar sobre la crueldad contra los cristianos como también la decadencia moral de la sociedad. En el 680, los ciudadanos romanos llevaron los huesos de San Sebastián (256-288, asesinado durante la persecución de Diocleciano) e hicieron una procesión por las calles. Mientras la gente se arrepentía de sus malas acciones, la plaga milagrosamente desapareció de Roma.
La gente en otras regiones del imperio escuchó sobre esto y siguieron el ejemplo, pidiendo los huesos de San Sebastián para ofrecer arrepentimiento. Cuando la plaga brotó en Venecia en 1575, alrededor de 50.000 personas murieron; del mismo modo, una plaga ocurrió en Lisboa en 1599. En ambos casos, la gente marchó con los huesos de personas santas en arrepentimiento y las plagas terminaron.
Pasaron alrededor de 2000 años desde las represiones religiosas del Imperio Romano, y otra persecución masiva hacia una creencia está ocurriendo en la China moderna. El objetivo esta vez es Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, un sistema de meditación basado en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Como Nerón, el exlíder comunista Jiang Zemin lanzó la persecución a Falun Dafa diez años después de llegar al poder. Sin embargo, a diferencia de Nerón, Jiang y el PCCh han acumulado un arsenal de tácticas a través de las campañas políticas del partido en las décadas pasadas. Armados con medios de comunicación controlados por el gobierno, desde julio de 1999 Jiang y sus seguidores han cubierto el país con una propaganda de odio sin precedentes.
Un ejemplo es Focus, un popular programa de horario estelar de la CCTV sobre asuntos actuales. Según un informe de 2013 publicado por la Organización Mundial para Investigar la Persecución a Falun Gong (WOIPFG), Focus produjo 39 episodios anti Falun Gong entre julio y diciembre de 1999 solamente.
Jiang prometió eliminar a Falun Dafa en tres meses. Para lograrlo, emitió una política contra los practicantes de Falun Dafa a través del extensivo sistema de la oficina 610: “arruinar sus reputaciones, quebrarlos financieramente y eliminarlos físicamente”. A medida que el apoyo del público disminuía y la intensidad de la persecución perdía su momento en 2000, el incidente de la autoinmolación ocurrió en la plaza Tiananmen el 23 de enero de 2001, en la víspera del Año Nuevo Chino.
Dos horas después del incidente, la agencia de noticias estatal Xinhua informó en su canal en inglés, diciendo que cinco practicantes de Falun Dafa se habían prendido fuego en la plaza Tiananmen. Asombrado por la rapidez del informe (usualmente toma días antes que el PCCh publique noticias importantes como esta), un periodista de VOA contactó al ministerio de seguridad pública y al departamento de policía de Beijing para pedir más información. Pero ninguna de estas dos agencias estaban al tanto del incidente. No obstante, se emitió una propaganda masiva para propagar esta historia por casi todos los canales de información en China, creando una cobertura nacional de lavado de cerebro.
Philip Pan del Washington Post reportó el 4 de febrero de 2001, que Liu Chunling, una de las personas involucradas en el incidente de la auto inmolación, era conocido por sus vecinos por no comportarse como un practicante de Falun Gong y que nunca nadie lo vio practicando Falun Gong.
El organismo Desarrollo Internacional de la Educación (IED por sus siglas en inglés) condenó la persecución a los practicantes de Falun Gong en China y se refirió a ella como “terrorismo de estado”. “Hemos obtenido un video del incidente que desde nuestra visión prueba que este evento fue armado por el gobierno. Tenemos copias del video disponibles para distribuir”, decía una declaración del IED a las Naciones Unidas el 14 de agosto de 2001.
Fuego Falso: El nuevo trágico estándar de engaño estatal de China, un documental producido por NTD TV que muestra cómo el incidente fue armado, ganó un Certificado de Mención Honorable en el 51.º Festival Internacional de Cine y Video de Columbus.
Pero dentro de China, un gran número de chinos se pusieron en contra de Falun Dafa y de los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia como resultado del incidente de la autoinmolación y la masiva propaganda que siguió.
Aunque los líderes del PCCh cambiaron varias veces desde julio de 1999, la persecución ha continuado en los pasados 20 años. Desde el comité central del PCCh a los gobiernos locales, desde el ejército a las agencias civiles, todos han estado llevando a cabo la política de arrestar, detener, encarcelar, torturar, y lavar el cerebro a los practicantes.
Según el sitio web Minghui, se han confirmado la muerte de más de 4300 practicantes como resultado de la persecución en las pasadas dos décadas. Sin embargo, debido a la censura de la información y la constante persecución, se estipula que el número real es exponencialmente mayor.
Abundante evidencia cuenta un terrible cuento de asesinatos y mutilación en China. Testigos y médicos chinos han revelado que a un gran número de practicantes de Falun Gong los han matado por sus órganos, los cuales son vendidos por enormes ganancias para trasplantes. El exsecretario de estado de Canadá para Asia David Kilgour y el abogado de derechos humanos David Matas, quienes investigaron y relevaron esta atrocidad, lo llamaron una “nueva forma de maldad nunca antes vista en la Tierra”.
¿Cómo permanecer a salvo en este mundo de incertidumbre? Si la historia es una indicación, bien podríamos tomar las pistas del Imperio Romano que vieron las salvajes plagas ceder después de que la gente se arrepintió por su persecución a los cristianos. Creemos que apoyar el derecho constitucional a la libertad de creencia de los practicantes de Falun Dafa traerá bendiciones.