(Minghui.org) Fui profesor de secundaria antes de jubilarme y ahora tengo 73 años. Desdee que comencé a practicar Falun Dafa en 1994 me volví muy saludable.
Renacido
Antes de empezar a ejercer, sufría neuralgia, neurastenia, insomnio y miocarditis grave. Siempre que me cansaba demasiado o me alteraba emocionalmente, no podía dormir. Las palpitaciones de mi corazón eran tan intensas que temía morir. Cuando me hospitalizaron, el médico dijo que mi miocarditis no tenía cura y que solo se podía evitar que empeorara si se tomaba medicación. Debido a que la medicina podía provocar esclerosis vascular, dejé de tomarla. Debido a mi mala salud, a menudo tomaba días libres en el trabajo. Mi supervisor y mis colegas me miraban con desprecio. Estaba deprimido y cansado de vivir.
En el punto más crítico de mi vida, en 1994 di un paseo por un parque. Escuché la música de los ejercicios por primera vez y me detuve a ver a un grupo de practicantes de Falun Dafa haciendo los ejercicios. Esa noche, dormí muy profundo. Cuando alguien más tarde me dio una copia de Zhuan Falun, terminé de leer el libro entero en un día. Leí el libro y practiqué los ejercicios todos los días. En menos de un mes, todas las dolencias que me habían torturado durante más de diez años desaparecieron. Me sentí relajado y feliz. Incluso mi apariencia cambió y me vi renovado. Solía verme mucho más viejo, como alguien de 50 años. Pero cuando comencé a practicar podía pasar por alguien de 30 años.
Pude trabajar todos los días y dejé de tener que volver a casa temprano. Me asignaron para enseñar a una clase difícil de secundaria y me dijeron que no me culparían si los estudiantes no lo hacían bien. Seguí los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia al enseñar y el comportamiento de los estudiantes mejoró muy rápido. Los resultados de sus exámenes también mejoraron y fueron casi tan altos como los de la clase avanzada. El director de la escuela y los otros profesores se dieron cuenta de esto. Al final del año mi clase lo hizo tan bien como la clase avanzada.
Antes de que el PCCh (partido comunista chino) comenzara la persecución en 1999, podía sentarme en el pupitre y meditar con mis estudiantes. Cuando repartía los libros de Dafa, todos querían uno. Algunos padres me estrechaban la mano y lloraban mientras me agradecían por enseñarle a sus hijos. Algunos incluso trataban de darme regalos, pero rechacé cada uno de estos. Me dieron el premio al mejor maestro del distrito.
Dejando de lado el miedo
El PCCh inició la persecución a Falun Dafa en julio de 1999. Parecía que la Tierra y los Cielos estaban cubiertos de nubes negras. Me amenazaron y me dijeron que escribiera una "declaración de garantía" para dejar de practicar. Me negué firmemente. Mi vida fue otorgada por el Maestro y yo protegería a Dafa y al Maestro.
Me pusieron bajo arresto domiciliario y me vigilaron. Luego fui enviado a un centro de lavado de cerebro. Las personas que fueron asignadas para monitorearme se quejaron de que yo roncaba muy fuerte. Porque no podían dormir, estaban exhaustos. Les dije: "Si me dejan hacer los ejercicios por la noche, no roncaré". Lo hicieron. Dormía durante el día y hacía los ejercicios por la noche. Cuando me ordenaron que rompiera los libros de Dafa, rompí sus libros. Como ya había practicado por algunos años y entendía lo increíble que era Dafa, les dije a los otros practicantes detenidos cómo manejar a los que trataban de "transformarnos". Las autoridades del centro de lavado de cerebros temían mi influencia sobre los otros practicantes. Fui liberado después de estar detenido durante 40 días.
Había un cartel difamando a Dafa en una vidriera de mi comunidad residencial. El cartel estaba en el lado más transitado de la vía donde la gente pasaba constantemente. Quería romper el cristal pero era un ser vivo. Estaba preocupado. En un gran pedazo de papel escribí: "¡Falun Dafa es bueno!". Cuando salí por la noche para ponerlo en la vidriera, la luz de la calle era muy brillante. Pensé: "¡Luz de la calle, apágate!". ¡La luz se apagó! Rápidamente despegué el adhesivo y coloqué el papel. El maestro debe haberme ayudado. Ese papel se pegó al vidrio como un imán. Nadie quitó mi cartel. Tres días después, el mensaje del cartel del otro lado de la vidriera fue cambiado.
Teníamos varias impresoras en casa. Mi esposa dijo: "nuestra casa se ha convertido en una imprenta". Los compañeros practicantes se ayudaron mutuamente. Un practicante técnico me enseñó a usar una computadora. Si una impresora se rompía, venía a repararla aunque fuera a medianoche. Un practicante que fue muy perseguido le dio a la policía mi dirección pero les dio el número de edificio equivocado. Esa noche vi como la policía entraba al edificio equivocado y lo registraba. Nunca llegaron a mi edificio.
Aclarar la verdad a todos
Establecí un lugar de producción de material para aclarar la verdad que funcionó durante los primeros 10 años de la persecución. En los siguientes 10 años, como los sitios de producción de materiales para aclarar la verdad estaban por todas partes, cerré el mío y salí a aclarar la verdad en persona.
Le prometí al Maestro que no me detendría. Un día después de que le di una copia de "La última meta del comunismo" a alguien, me preguntó: "¿puedes conseguirme 100 copias?, no tenemos esto en mi ciudad". Al día siguiente le llevé 100 copias. Las distribuyó todas. Más tarde pidió 300 más.
A menudo tomaba el transporte público para poder aclarar la verdad. Tomé el autobús hasta la última parada en una zona rural lejana. Aproveché cada oportunidad para hablar de la importancia de renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.
Empezaba la conversación diciendo: "No fue una coincidencia que nos conociéramos". Luego hablaba de cómo millones de chinos ya renunciaron al PCCh y por qué. Si me escuchaban y estaban de acuerdo, les sugería un seudónimo y les decía: "¿Qué tal si usan este nombre y lo hacen ahora mismo?".
Dondequiera que iba, charlaba con la gente y les aconsejaba que renunciaran al PCCh.
Algunos trabajadores vinieron a cambiar las ventanas de mi casa. Después de que hablé con ellos, todos renunciaron al PCCh. También hablé con los trabajadores que estaban renovando el exterior de mi edificio. Les di a cada uno una manzana. Mientras comían, hablé sobre el significado de renunciar al PCCh y todos estuvieron de acuerdo.
También fui al campo a distribuir información. Algunas personas estaban trabajando en un gran campo. Llamé a la puerta y grité: "Tengo una información muy buena que darles". Uno se inclinó sobre la pared y dijo: "¡Dánosla!". Tiré los folletos por encima de la pared. Los recogieron y empezaron a leer.
Un día estaba nevando mucho. Pensé que debía salir de todos modos, así que fui a un lugar cercano donde vi a algunas personas charlando. Me vieron venir y exclamaron: "¿Por qué estás afuera con este clima?". Les dije: "Necesito decirles algo importante". Compartieron los materiales que llevé. Mi experiencia es que mientras tengas el corazón para salvar a la gente, el Maestro arreglará las oportunidades para ti.
Le aclaré la verdad a un vendedor de frutas en el mercado. La siguiente vez que hablé con él me dijo: "después de que te fuiste, gané más de 3.000 yuanes. Nunca vendí tanto desde que empecé este negocio". Cada vez que me veía después, gritaba: "¡Falun Dafa es bueno!". Tan pronto como me iba, la gente venía a su puesto a comprar su fruta.
El dueño de una pequeña tienda entendió la verdad y fue bendecido con un buen negocio. Me contó la siguiente historia. Un día, encendió un fuego para mantener su tienda caliente pero olvidó apagarlo. Tuvo que salir para ocuparse de algo y se fue durante mucho tiempo. El fuego seguía ardiendo cuando regresó pero no se había extendido. Si lo hubiera hecho, su tienda podría haberse quemado. Dijo que sabía que el Maestro lo había protegido. A través de este incidente, él realmente supo que Falun Dafa es extraordinario y comenzó a practicar. Le llevé algunos materiales de aclaración de la verdad. Los guardó en su tienda y se los dio a sus clientes.
Después de que presenté una demanda contra el exjefe del PCCh en 2015, el director de mi escuela dijo: "Sus materiales llegaron a nuestra escuela. Han hecho un buen trabajo. ¡Tengan cuidado! ¡Manténganse a salvo!". A menudo les daba a mis colegas y supervisores materiales de aclaración de la verdad y todos sabían que Falun Dafa era bueno.
A través de los años, conocí todo tipo de personas mientras aclaraba la verdad. La mayoría quedaron felices, otros me maldijeron. Un hombre sacó su placa de policía y gruñó: "dame todos esos folletos". Le dije: "Léelo si quieres, si no, no lo hagas". Me fui rápidamente.
He practicado Falun Dafa durante cinco años antes de que el exjefe del PCCh comenzara la persecución. He studiado el Fa y hecho los ejercicios todos los días excepto cuando estuve encarcelado en el centro de lavado de cerebro. He recitado el Fa dos veces y copiado Zhuan Falun una vez.
Después de que la página web de Minghui publicó la versión de una hora del segundo ejercicio, me beneficié mucho. Solía tener calambres en las piernas, pero ahora mis piernas están bien.
Siempre recuerdo que el Maestro dijo: "El único rol que tienen ustedes es el de salvar a la gente" (Exponiendo el Fa en la ciudad de Chicago). Apreciaré el tiempo extendido por el Maestro y seguiré haciendo bien las tres cosas.