(Minghui.org) El Foro de políticas “Suministro de órganos y asesinatos clandestinos en China” se celebró el 10 de marzo del 2020 en el U.S. Capitol Visitor Center y fue presentado por la Fundación en Memoria de las Víctimas del Comunismo, con sede en Washington D. C., Estados Unidos.
Matthew P. Robertson, investigador de estudios sobre China de la Fundación en Memoria de las Víctimas del Comunismo, presentó durante el Foro su último informe: “Suministro de órganos y asesinatos clandestinos en China: Una revisión de las pruebas”.
El informe es una compilación de datos relevantes de más de 300 hospitales en China, discursos internos y notificaciones del partido comunista chino (PCCh) y documentos médicos clínicos, donde se analizan los análisis de sangre y los test médicos realizados a los practicantes de Falun Dafa y uigures detenidos.
En el informe se llega a la conclusión de que la explicación más creíble y moderada del gran número de trasplantes de órganos en China es que los órganos son obtenidos de forma clandestina de practicantes de Falun Dafa y otros prisioneros de conciencia.
El congresista Chris Smith condena al PCCh por la sustracción forzada de órganos a prisioneros de conciencia durante el Foro mantenido en Washington D. C. el 10 de marzo del 2020
El congresista Chris Smith y el profesor de derecho de la Universidad George Washington, Donald Clark, entre otros, también asistieron al Foro. Hicieron un llamamiento a los Estados Unidos, y a otros gobiernos, instituciones médicas y a organizaciones de derechos humanos para que inicien investigaciones y acciones exhaustivas para acabar con el crimen de la sustracción forzada de órganos en China.
El congresista Smith dijo que el informe de Robertson está basado en una minuciosa investigación, era esclarecedor y que proporcionaba un punto de partida para la problemática de la sustracción forzada de órganos en China.
Dijo que el terrible comportamiento del PCCh al estilo nazi es común en China. Los disidentes y aquellos a quienes no le gustan al partido, como los practicantes de Falun Dafa y los uigures, son las víctimas.
Nadine Maenza, vicepresidente del Comité Internacional de Libertad Religiosa de EE. UU., dijo que desde el 2007, el comité ha mencionado la sustracción de órganos en China en su reporte anual de cada año. Señaló que el informe de Robertson proporcionaba una nueva evidencia de la violación de la libertad de creencia por parte del PCCh.
También dijo que durante décadas supimos que el régimen del PCCh le sacaba los órganos a los practicantes de Falun Dafa y a los prisioneros de conciencia. Pidió al gobierno de los Estados Unidos que investigara todas las acusaciones detallada y minuciosamente. En el siglo XXI, la sustracción forzada de órganos no debería existir.
Ya en junio del 2019, el Tribunal de China, establecido por la Coalición Internacional para Acabar con el Abuso de los Trasplantes en China (ETAC, por sus siglas en inglés) emitió el veredicto: “La extracción forzada de órganos se ha realizado durante años en toda China a una escala significativa y los practicantes de Falun Dafa han sido una fuente –probablemente la principal– de suministro de órganos”.
Practicantes de Falun Dafa recrean la sustracción forzada de órganos en Oslo, Noruega
Se estima que los órganos sustraídos y comercializados anualmente en China son entre 60.000 y 100.000, mientras que en todo el mundo solo se realizan alrededor de 100.000 trasplantes de manera legal.
Robertson descubrió que después del año 2000, los trasplantes de órganos en China comenzaron a aumentar a un ritmo increíble. En palabras de un cirujano de una universidad médica militar en el suroeste de China, “crecían como hongos”.
En solo cuatro años, del 2000 al 2004, los trasplantes de riñones en China aumentaron casi cinco veces; los trasplantes de hígado aumentaron casi veinte veces; los trasplantes de corazón aumentaron más de diez veces; y el número de trasplantes de pulmón aumentó casi veinticinco veces.
Los diez hospitales estudiados por Robertson pueden realizar más de 14.000 trasplantes de órganos cada año. Pero existen 173 instalaciones similares en China.
Matthew Robertson, investigador de estudios sobre China de la Fundación en Memoria de las Víctimas del Comunismo, se dirige al Foro que tuvo lugar en Washinton D. C. el 10 de marzo del 2020
Las explicaciones de las autoridades chinas sobre este tema son confusas. Antes de 2006, el PCCh insistía en que la donación de órganos provenía solo de voluntarios. Más tarde, se cambió a los delincuentes condenados y ejecutados de forma legal.
A medida que la reforma judicial seguía reduciendo el número de prisioneros condenados a muerte en China, las autoridades del PCCh anunciaron oficialmente la abolición del uso de los órganos condenados a muerte en el 2015 y la utilización de los órganos procedentes de donaciones voluntarias de ciudadanos como principal fuente para el trasplantes de órganos.
Cifras oficiales del PCCh muestran que, en 2015, el primer año que se prohibieron los órganos provenientes de los presos con pena de muerte, el número de donaciones de órganos de ciudadanos chinos subió a 2.766, de los 1.500 que hubo en 2014. Aumentó a 4.800 casos en 2016, 5.146 en 2017 y 6.302 en 2018.
Robertson realizó un análisis estadístico de los datos relevantes y concluyó que los datos oficiales del PCCh son números falsos propiciados por un modelo matemático, y que debe haber una segunda fuente de órganos oculta.
Además, en China se pueden trasplantar hígados de manera urgente en un plazo de 24 a 72 horas, o en solo unos pocos días o semanas en algunos casos. Esto implica que China tiene un ‘banco de hígados de personas vivas’ clasificado por tipo de sangre, que está a disposición según las necesidades de los pacientes.
El congresista Smith opinó que el trasplante de órganos a gran escala no puede separarse del apoyo político por parte de los funcionarios del más alto nivel del PCCh.
Dijo que la enorme infraestructura y el personal médico para los trasplantes de órganos se establecieron mucho antes de que China planeara usar el sistema de donación voluntaria. Indicó que este mecanismo parece perverso y premeditado. Asimismo, añadió que este sistema de muerte parece mantener el más alto apoyo en China.
Robertson dijo que, a pesar de que algunos denunciantes y mendigos han sido víctimas de la sustracción forzada de órganos, el grupo más amplio y más vulnerable son los presos de conciencia, entre los que se encuentran los practicantes de Falun Dafa y los uigures.
Zheng Shusen y Wang Lijun, ambos altos funcionarios del PCCh que persiguieron a los practicantes de Falun Dafa, se vanagloriaron de sus logros en la investigación de trasplantes de órganos.
El congresista Smith dijo que las declaraciones de los testigos, la gran cantidad de trasplantes y el corto tiempo de espera muestran claramente que los órganos chinos son sacados de gente con vida. Apuntó que estas personas son tratadas como ganado, manteniéndolas con vida hasta que surja una compatibilidad.
Puntualizó que los prisioneros con creencias espirituales eran donantes ideales debido a su estilo de vida saludable. Un guardia de prisión citado en el informe del Tribunal de China mencionó que la enfermedad era la única manera de que un practicante de Falun Dafa evitara ser seleccionado como “donante”. Veinticinco practicantes sanos fueron asesinados por sus órganos.