(Minghui.org) Mi nuera ha estado muy pendiente de protegerse del coronavirus después de que se reordenara la apertura de su empresa. Siempre usa una mascarilla en el trabajo, se lava las manos frecuentemente, lleva su propia comida y cuando regresa a casa, desinfecta toda su ropa y se lavaba cuidadosamente la cara y el pelo. Hace todo meticulosamente y con paciencia.
Aun así, se sintió mal el 25 de febrero después de regresar a casa del trabajo. Tenía fiebre baja de 37,8ºC, le dolía todo el cuerpo y se sentía muy débil.
Al día siguiente mi hijo y mi nieto de 4 años también comenzaron a mostrar síntomas similares. Mi hijo comenzó a toser y mi nieto ya no estaba alegre y perdió el apetito. Se acostó boca abajo en el sofá, cuando lo llamé para que jugara, me dijo que estaba demasiado cansado para jugar. No me dijeron nada en ese momento porque no querían que me preocupara.
Por la tarde, ninguno de los tres podía levantarse después de una siesta. Viendo la mirada ansiosa en la cara de mi hijo, sentí que algo debía ir mal, así que le pregunté que estaba sucediendo.
Solo en ese momento mi nuera me explicó cómo se encontraba. Les dije: “No se preocupen, salgan de la cama todos, recitemos ‘Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno’. Todos saldrán adelante. ¡No se preocupen!”.
Llevé a mi nieto a recitar las dos frases y le mostré un vídeo de pequeños discípulos de Dafa, cantando canciones. Le gustó mucho y cantó a la vez: ¡Pequeños discípulos de Dafa, con sus corazones sonrientes, con flores de loto, juntando las manos con sinceridad, dando las gracias al Maestro!
Le enseñé el libro Zhuan Falun a mi nuera, leyó la Primera Lección atentamente.
Mi nieto estaba totalmente recuperado a la hora de acostarse esa noche. Estaba jugando alegremente como siempre. Mi nuera también se recuperó y volvió a trabajar dos días más tarde. Los síntomas de mi hijo también desaparecieron gradualmente. Pudo ir a trabajar con tranquilidad y siempre lleva consigo el amuleto de Dafa.
Luego pregunté a mi nieto pequeño por qué se recuperó tan rápido. “¡Porque el Maestro me está cuidando!, dijo feliz, con una gran sonrisa en su cara.
Bajo la protección del Maestro, tres miembros de mi familia pasaron del peligro a la salvación.