(Minghui.org) Una mujer de 73 años se enfrenta a un juicio por su fe en Falun Gong, una antigua disciplina espiritual y de meditación perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
A finales de septiembre de 2019, la Sra. Jiang He, vecina de la ciudad de Guiyang, en la provincia de Guizhou, fue detenida por distribuir material informativo sobre Falun Gong. Desde entonces ha estado detenida en el centro de detención de Sanjiang.
En el mismo mes, había sufrido un arresto previo, el 9 de septiembre. La policía confiscó sus libros de Falun Gong y materiales informativos relacionados, antes de liberarla esa misma noche.
El 25 de octubre de 2019, tras ser sometida a un segundo arresto en el mismo mes, la policía presentó su caso a la procuraduría del distrito de Nanming que la acusó. El 27 de enero de 2020 se presentó su caso ante el tribunal del distrito de Nanming.
La Sra. Jiang trabajaba para una compañía de electrodomésticos antes de jubilarse. En los últimos 21 años, fue víctima de arrestos y acoso en múltiples ocasiones, la sometieron a varias sesiones de lavado de cerebro y la encarcelaron durante 4 años por generar conciencia sobre la persecución a Falun Gong.
En julio de 2001, tuvo lugar su primer arresto por distribuir material informativo sobre Falun Gong. Posteriormente fue condenada a cuatro años.
Mientras cumplía su condena en la prisión de mujeres nro. 1 de Guizhou, los guardias la obligaron a llevar una piedra de 40 kilogramos en la espalda todos los días, durante varios meses. Permanecía de pie con la piedra durante todo el día y no le permitían sentarse para descansar.
En 2007, cuando el gobierno comunista estaba desplegando su sistema de identificación de última generación, la policía se negó a expedirle un nuevo documento de identidad, con el fin de impedir que saliera a la calle.
Tiempo después, en 2007, al igual que en otra ocasión previa en mayo de 2014, la policía la acosó en su casa e intentó tomarle sus huellas dactilares y una muestra de sangre. Ella se negó.
El 30 de octubre de 2015, cuando presentó una denuncia penal contra Jiang Zemin, el entonces jefe del régimen comunista que ordenó la persecución a Falun Gong, la policía la acosó y saqueó su casa. Los agentes también la llevaron a la comisaría para interrogarla. No respondió a sus preguntas.
Volvieron a arrestarla el 2 de septiembre de 2016 y a saquear su casa. Tras realizarle a la fuerza un examen médico, la enviaron al centro de lavado de cerebro de Lanniugou, donde la retuvieron durante dos meses.
A principios de abril de 2017, cuando se disponía a tomar el tren para visitar a su hijo la detuvo el personal de seguridad de la estación. Comprobaron su identificación y su billete antes de dejarla ir.
En julio y septiembre de 2017, la policía la acosó en dos ocasiones más.