(Minghui.org) Podemos aprender mucho del pasado al rememorar la historia. Un ejemplo es la supresión de los cristianos y el colapso del Imperio Romano.
Nerón y la peste de otoño
De acuerdo con los registros históricos, la primera persecución de cristianos supervisada por el imperio comenzó con Nerón (37-68). Después de convertirse en emperador en el 54 d.C., Nerón mató a su madre Agripina, a su hermano Británico y a sus dos esposas, Claudia Octavia y Popea Sabina.
El Gran Fuego de Roma estalló el 18 de julio del 64 d.C. y ardió durante más de una semana. Muchos relatos antiguos afirmaban que era el plan de Nerón para iniciar el fuego y destruir todo para poder implementar su nuevo plan de desarrollo urbano. Luego culpó a los cristianos por el incendio, etiquetándolos como una secta antisociedad. También movilizó al público romano para perseguir a los cristianos. Como resultado, algunos cristianos fueron asesinados, despedazados por bestias y quemados vivos como antorchas humanas.
El último rezo de los mártires cristianos por Jean-Leon Gerome (1824-1904) representó una escena de la supresión de los cristianos en el Imperio Romano: Los cristianos eran quemados vivos en la izquierda, crucificados en la derecha, y su última oración.
Los romanos que creían en Nerón y perseguían a los cristianos pronto recibieron una retribución. Una plaga estalló el siguiente otoño en Roma y mató a 30.000 personas. Tres años más tarde, tuvo lugar una rebelión contra Nerón, quien huyó de Roma en el 68 d.C. y murió, posiblemente por suicidio.
El caos continuó. Con cuatro emperadores gobernando en sucesión en el 69 d.C., los historiadores lo llamaron el Año de los Cuatro Emperadores. Sin embargo, en los siguientes 300 años más o menos, los emperadores romanos no aprendieron la lección, y en su lugar continuaron la persecución, que trajo más consecuencias.
La Plaga Antonina
Después de que Marco Aurelio (121-180) se convirtiera en emperador romano en 161, fue un paso más allá que cualquiera de sus predecesores en la persecución a los cristianos. Según algunos historiadores, "los cristianos fueron arrestados, juzgados en el foro y posteriormente encarcelados. Fueron condenados a varios castigos, incluyendo ser arrojados a las bestias para alimentarlas, torturados y expuestos a malas condiciones de vida en la prisión. Los esclavos cristianos testificaron que sus amos participaban en el incesto y el canibalismo". Como resultado, los cristianos fueron ejecutados o despedazados por bestias en el Coliseo.
La Peste Antonina estalló en 165 y duró 16 años con una escena horrorosa, "Al disolverse la fuerza del cuerpo, las entrañas se disipan en un flujo; un fuego que comienza en lo más profundo arde en heridas en la garganta... los intestinos se sacuden con continuos vómitos... los ojos se incendian por la fuerza de la sangre... mientras prevalece la debilidad por las fallas y pérdidas de los cuerpos, la marcha se paraliza o se bloquea el oído o se ciega la visión...".
Durante la plaga, se produjeron hasta 2.000 muertes diarias en Roma, y con una tasa de mortalidad de alrededor del 25%, el total de muertes se estimó en cinco millones. La enfermedad mató hasta un tercio de la población en algunas zonas y debilitó al ejército romano, poniendo fin a un período relativamente pacífico de la historia romana.
La plaga de Cipriano
La plaga de Cipriano comenzó en el 250 y terminó en el 270. En su momento más álgido, mató hasta 5.000 personas por día en Roma. Causó una gran escasez de mano de obra para la producción de alimentos y el ejército romano, debilitando gravemente el imperio durante la crisis del siglo III. Se sospechaba que entre los agentes de la plaga se encontraban la viruela, la gripe pandémica y la fiebre hemorrágica viral (filovirus) como el virus del Ébola.
Esta epidemia ocurrió un año después de que Trajano Decio se convirtiera en emperador en 249. Emitió una orden que exigía a todos en el imperio (excepto a los judíos, que estaban exentos) realizar un sacrificio a los dioses romanos. Los sacrificios debían realizarse en presencia de un magistrado romano, y ser confirmados por un certificado firmado y atestiguado por el magistrado. Un gran número de cristianos fueron asesinados por no abandonar su creencia.
Dos años después de su reinado, Decio murió en una batalla en el año 251. Diecinueve años después, el entonces emperador romano Claudio Gótico también murió en la plaga.
Durante la plaga, los cristianos jugaron un papel activo en el cuidado de los enfermos, así como en el cuidado activo en el entierro de los muertos. Al final, la plaga no solo fortaleció sino que ayudó a extender el cristianismo por todo el imperio.
Persecución Diocleciana
Después de que Diocleciano (244-311) se convirtiera en emperador en 284, fue relativamente tolerante con los cristianos en los primeros años. Siguiendo el consejo de su yerno Galerio, sin embargo, Diocleciano comenzó una persecución en febrero del 303. Dio órdenes de destruir iglesias cristianas, quemar escrituras y confiscar propiedades. Purgó a los cristianos tanto del ejército como del gobierno, y los sometió a detención e incluso a ejecución. Conocida como Diocleciano o Gran Persecución, fue la última y más severa persecución de los cristianos en el Imperio Romano.
Para entonces, los cristianos ya habían sido aceptados por muchas personas, incluyendo a la esposa de Diocleciano y algunos altos funcionarios. Diocleciano renunció en el año 305 por razones de salud y Galerio continuó con la política de persecución.
Galerio fue más tarde postrado en cama con enfermedades horribles. "Su enfermedad fue ocasionada por un desorden muy doloroso y persistente. Su cuerpo, hinchado por un curso de vida intempestivo a una corpulencia inmanejable, fue cubierto de úlceras, y devorado por innumerables enjambres de esos insectos que han dado el nombre a una enfermedad muy repugnante", escribió el historiador Edward Gibbon.
Lamentando su mala conducta, Galerio emitió una orden en abril de 311 para terminar oficialmente con la persecución.
Después de que Constantino el Grande reinara, creyó en los cristianos y emitió el Edicto de Milán en 313, que declaró además la tolerancia religiosa del cristianismo en el Imperio Romano.
Los pecados cometidos durante la persecución religiosa fueron devastadores. Se estima que alrededor de 60 millones de personas murieron durante las plagas, seguidas de la caída del Imperio Romano.