(Minghui.org) Cuando los practicantes en China son arrestados mientras distribuyen información sobre Falun Gong, muchos de ellos han aprovechado la oportunidad para aclarar los hechos sobre Falun Gong a la policía, convirtiendo una cosa mala en una buena. A continuación se describen dos de esos ejemplos.
Con pensamientos rectos, salí de la comisaría
En agosto de 2019, un anciano me agarró cuando estaba distribuyendo información de Falun Gong. Le dije: "Serás bendecido si lees esta información y descubres la verdad sobre Falun Gong". Yo trato de ser una buena persona de acuerdo con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. ¿No me dejarás marchar?".
Se negó. Alguien que pasaba, intervino y dijo: "Tienes la opción de leerlo o no. ¿Por qué la molestas? Ella no ha hecho nada malo. Déjela ir". Aún así no se movió y empezó a llamar a la policía. Pensé para mí: "No podrás hacer la llamada".
De hecho, lo intentó 3 veces y nadie respondió. Enojado por ello, intentó empujarme. Le dije en respuesta: "Falun Dafa es bueno. Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno". Sabía que el Maestro me estaba protegiendo y que no podría hacerme daño.
Dejó de empujarme y llamó al director del comité local del vecindario, quien a su vez llamó a la policía.
Seguí enviando pensamientos rectos para eliminar el mal detrás de él. Le dije: "Es muy importante que lea lo que estoy repartiendo". Lo hago por su propio bien".
Unas cuantas personas del comité vecinal vinieron pronto. Uno de ellos recogió una copia del material para leer. Mientras leía sobre los caracteres tallados en la piedra de hace unos 200 millones de años que decían "El partido comunista chino será eliminado", le dije que era una pista del Cielo. No dijo nada.
Dos agentes de policía vinieron y me llevaron a la comisaría. Continué enviando pensamientos rectos por el camino. Me preguntaron mi nombre y dirección y dónde había obtenido los materiales. No les respondí y decidí no cooperar. Sonrieron y dijeron: "Te liberaremos si nos dices tu nombre; si no, te llevaremos a la comisaría".
No respondí y seguí enviando pensamientos rectos. Entonces empecé a contarles sobre Falun Gong y la persecución. Ellos escucharon en silencio.
Uno preguntó repentinamente: "¿Qué quieres decir cuando mencionaste (virtud)?". Dije: "Cuando uno hace buenas obras, se acumula “de” (virtud). Aquellos que tienen abundantes acciones son recompensados con una gran fortuna y un alto estatus. Se supone que la policía debe detener a las personas malas en lugar de a las buenas como son los practicantes de Falun Gong. Usted y sus hijos serán bendecidos si nos deja ir. Es una ley celestial que el bien es recompensado mientras que el mal es castigado".
En la comisaría, empecé a recitar el Fa y me recordé: "El Maestro Li es el que determina mi destino... nadie más". No debería estar en una comisaría. Debo ir a casa". Continué enviando pensamientos rectos para destruir los factores malvados detrás de la policía.
Me preguntaron mi nombre otra vez, y aún así me negué a responder. Dijeron: "Si no nos dices tu nombre, ¿cómo podemos dejarte ir a casa?". Le respondí: "No tienes que liberarme. Saldré de aquí yo misma". Sabía que el Maestro estaba a mi lado y cuidando de mí. No tenía ningún miedo.
Al poco tiempo, uno de los agentes salió a hacer negocios mientras el otro se fue a otra habitación a charlar con sus compañeros. Como no había nadie más en la sala de interrogatorios, salí de la comisaría.
La policía había tomado mi bolso con mi dinero y mi tarjeta de tránsito en él, así que tuve que caminar hasta las 9 de la noche para llegar a casa. Mi marido, que es practicante, estaba enviando pensamientos rectos cuando entré por la puerta. Ambos agradecimos al Maestro por su protección y por devolverme a casa sana y salva.
Entonces busqué dentro de mí brechas en mi cultivación. Descubrí que frecuentemente tenía sueño mientras enviaba pensamientos rectos y viajaba en autobús para contarle a la gente los hechos de Dafa. Además, tenía un fuerte apego a mis hijos y a la competitividad, lo cual contribuyó al descuido de mi cultivación.
Estoy agradecída al Maestro por haberme ayudado a resolver los problemas de mi cultivación. En el tiempo que queda para la rectificación del Fa, me libraré de todos los apegos y seguiré al Maestro a casa.
Ayudando a los agentes de policía a dejar el PCCh durante mi interrogatorio
En enero de 2016, fui arrestado y llevado a la comisaría local por distribuir información sobre Falun Gong. Cuando me llevaron a una habitación con cámaras de vigilancia, dije: "no entraré en esta habitación". Luego me llevaron a otra, y me negué a entrar de nuevo porque también tenía cámaras. Tuvieron que apagar todas las cámaras, incluyendo la del hombro de un agente, antes de que accediera a entrar en la habitación.
Luego me dijeron que me sentara en la silla destinada a la persona que estaba siendo interrogada. Dije: "no he infringido ninguna ley. No me sentaré allí". Luego me senté en otra silla.
Cuando un agente me preguntó por qué repartía folletos, respondí: "Para salvar a la gente". Preguntaron quién me dijo que lo hiciera y yo dije: "Quería hacerlo yo mismo".
Seguí enviando pensamientos rectos. Uno de los 3 agentes se fue, y empecé a hablar con uno de ellos sobre Falun Gong y la renuncia al PCCh por su propia seguridad. Finalmente aceptó renunciar.
Los agentes iban y venían y me hablaban uno tras otro. Les aclaré la verdad a todos ellos, y 5 estuvieron de acuerdo en dejar el PCCh. Mi arresto resultó ser algo bueno.
Al final, me pidieron que firmara un papel, pero me negué. Un agente me dijo: "Olvídalo, te dejaremos ir".
Después de casi 13 horas, salí de la comisaría.