(Minghui.org) Una mujer de la ciudad de Nanchang de la provincia de Jiangxi, demandó a un exjefe de policía después de sufrir 3 años y medio de torturas y abusos indescriptibles debido a su práctica de Falun Gong, una práctica de cuerpo y mente perseguida en China desde 1999.
El marido enfermo y la suegra de la Sra. Wu Zhiping murieron mientras ella estaba detenida. Las autoridades penitenciarias le negaron la libertad bajo fianza para verlos por última vez.
En marzo de 2019, ella estuvo a punto de morir cuando fue liberada de la cárcel de mujeres de Jiangxi. Tenía un peso muy inferior al normal y había perdido todos sus dientes. Aparentaba ser décadas mayor que su edad real. Sus mejillas estaban hundidas y sufría de pérdida de memoria y constantes dolores de cabeza. El más mínimo ruido y la luz del sol la irritaban.
La demanda fue presentada contra Gu Guohua, el entonces jefe de policía de la comisaría de Hongcheng, quien fue responsable de su arresto y encarcelamiento.
El siguiente es un breve resumen del tormento que padeció.
El 5 de abril de 2015, fui arrestada después de que la policía me vio repartiendo información sobre Falun Gong. A pesar de que fui liberada después de 15 días de detención criminal, la policía continuó monitoreándome.
El 5 de junio de 2015, fui arrestada de nuevo después de regresar a casa de hacer las compras. Tres agentes de la comisaría de Hongcheng me obligaron a subir a un vehículo policial y me llevaron a la comisaría.
Me interrogaron y me obligaron a someterme a un examen médico. Le rogué a la policía que me liberara, porque tenía que cuidar de mi marido, que acababa de ser dado de alta del hospital debido a una grave hipertensión, así como de su madre de 90 años, que estaba postrada en la cama. La policía se negó a dejarme ir.
Al día siguiente me llevaron al centro de detención de la ciudad de Nanchang. También presentaron mi caso a la procuraduría de Xihu.
El 19 de junio de 2015, la procuraduría aprobó mi arresto. Después de ser retenida en el centro de detención durante 1 año y 3 meses, el 2 de septiembre de 2016 me presenté en la corte del distrito de Xihu. Mi abogado presentó una declaración de "inocencia" en mi nombre. También testifiqué en mi propia defensa.
Fui sentenciada a 3 años y medio y llevada a la prisión de mujeres de Jiangxi.
Las guardias de la prisión ofrecían a las prisioneras recompensas y sentencias reducidas a cambio de torturarme y agredirme. Las prisioneras a menudo me ataban las muñecas a una barra de metal y me colgaban. De repente me dejaban caer para que todo mi peso cayera sobre mis muñecas atadas. El dolor era insoportable. Cuando me colgaban en el aire, a menudo me empujaban y me hacían girar y luego me golpeaban contra los objetos de la habitación. Esto me mareaba terriblemente.
Me bajaban al suelo y me cubrían la nariz y la boca en un intento de asfixiarme.
Me obligaron a trabajar en un taller de explotación durante el día, donde el personal de la prisión proyectaba videos calumniando a Falun Gong. Luego me ordenaron que repitiera las calumnias.
Me pusieron en aislamiento, donde me daban un vaso de agua al día para beber y lavar. Solo se me permitía ir al baño una vez al día.
Por la noche, me obligaban a sentarme en un pequeño taburete con las manos y las piernas atadas hasta las 2:00 a. m. Cualquier intento de dormir era difícil ya que me esposaban al bastidor de la cama por la noche. Las esposas estaban muy apretadas y me dolía mucho.
A los practicantes de Falun Gong que son encarcelados se les exige que escriban declaraciones que denuncien y difamen la práctica. Me rehusé a hacerlo y me pusieron de vuelta en aislamiento.
Otra vez me obligaron a estar de pie todo el día y me colgaron del marco de la ventana por la noche.
Como no se me permitía usar el baño, defequé en el suelo. Cuatro prisioneras me tiraron del pelo y me golpearon, con muchos golpes en la cara y la cabeza. Los golpes fueron tan fuertes que el dolor se prolongó. Incluso ahora, sufro de fuertes dolores de cabeza como resultado.
Mi marido tenía una hipertensión severa. Debido a que estuve encarcelada durante años, él también vivió con un miedo constante y se preocupó por mí y la tortura que tuve que soportar. Murió después de mi arresto en 2015.
Cuando me enteré de esto, no pude controlar mis emociones y fui a los guardias para exigir mi liberación. Se mostraron fríos ante mi dolor. Me pusieron en aislamiento por tercera vez.
Me obligaron a estar de pie durante el día y a estar en cuclillas durante la noche. Las prisioneras me golpeaban y me arrojaban contra el suelo repetidamente. Me mantuvieron en aislamiento y me torturaron todos los días durante 3 meses.
Las prisioneras me obligaban a estar de pie durante 17 horas seguidas, desde las 7 de la mañana hasta la medianoche, y se negaban a dejarme usar el baño a menos que maldijera mi fe.
Mi suegra también murió cuando estaba en prisión. Tenía unos 90 años y estaba paralizada. Su salud se deterioró después de que comenzó la persecución y cuando fui arrestada y detenida con tanta frecuencia.
En octubre de 2008, después de ser arrestada fui enviada a la prisión de mujeres de Jiangxi en junio de 2009 durante 3 años.
Fui humillada públicamente mientras estaba atada a un poste. Las guardias me pusieron en aislamiento con productos químicos tóxicos en la habitación. Estaba mareada y tenía dificultad para respirar. Sentí como si mi corazón casi dejara de latir.
Se me negó el desayuno y me obligaron a quedarme inmóvil durante horas cada día. También me vigilaban las 24 horas del día.
Debido al abuso a largo plazo, tenía sangre en la orina y dolor de espalda. No podía pararme derecha y tenía que caminar encorvada.
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