(Minghui.org) Es una creencia ampliamente extendida que las plagas se contagian indiscriminadamente. Cuando aparece un brote, la forma más simple y efectiva de mantenerlo bajo control es separar a los no afectados de las fuentes de la infección.
Sin embargo, siempre hay algunos fenómenos inusuales. El historiador Evagrius, testigo de la peste Justiniana, dejó un relato que revela algunos hechos del contagio: “Algunos perecieron simplemente por vivir con los infectados, otros solo por tocarlos, otros al entrar a sus aposentos, otros por frecuentar lugares públicos. Algunos, habiendo huido de las ciudades infectadas, quisieron escapar, pero transmitieron la enfermedad a los sanos... Algunos, aunque vivieron con los infectados y tuvieron contacto con los fallecidos, no se infectaron en absoluto".
“También algunos que deseaban la muerte a causa de la pérdida de todos sus hijos y amigos, y bajo esta consideración, se pusieron en contacto con los enfermos tanto como pudieron, pero no se infectaron; como si la peste luchara contra su propio propósito".
Según el historiador Procopius (alrededor de 500-565), después de que una persona sana resultaba infectada por la enfermedad, y mientras sufría una febrícula repentina, veía cosas como demonios y fantasmas.
El relato de Juan de Éfeso en su obra Historia Eclesiástica es muy similar. Describió que una persona infectada, al inicio mostraba muchos delirios y veía fantasmas negros sin cabeza; luego presentaba grandes ganglios linfáticos o le salían pústulas negras. Las personas con pústulas negras morían el mismo día.
A aquellos que los antiguos romanos llamaban fantasmas, bien podrían ser los espíritus del inframundo a los que se refiere el pueblo chino.
Durante el período Qianlong de la dinastía Qing, un joven llamado Shi Daonan en Zhaozhou, Yunnan, escribió un poema titulado: "La muerte de las ratas", durante una epidemia de peste bubónica. En una de sus líneas se lee: "¡Cuando el espíritu del ser humano es arrebatado, el hombre y el fantasma son uno!"
La región noreste de China sufrió una plaga incontrolable hacia el final de la dinastía Qing. Según una investigación realizada por la Dra Wu Liande, (Wu Lien-teh 1879-1960), la primera científica en estudiar inmunología en China, la fuente de la enfermedad en realidad provino de las marmotas.
Dado que el color de piel y pelaje de las marmotas es muy similar al de los felinos, muchos empresarios corruptos vendían pieles de marmota haciéndolas pasar por pieles de felinos. Cuando estalló la peste bubónica en el noreste de China en 1910, había 2 millones y medio de pieles de marmota en el mercado.
Referencias
Procopio de Cesarea: un destacado historiador Bizantino y contemporáneo de tiempos del emperador Justiniano. Entre sus obras se cuentan Historia de las guerras, Historia secreta y otras.
Dra. Wu Liande (Wu Lien-teh) nació en Penang, Malasia, y se graduó en el Emmanuel College, de la Universidad de Cambridge. Es una científica reconocida en el área de la salud pública y precursora de la medicina moderna en China.