(Minghui.org) Diecisiete años después del trágico brote de SARS, el régimen comunista chino sigue ocultando información -esta vez, con el nuevo coronavirus que apareció el año pasado y que hasta el 26 de enero de 2020 ha matado a 80 personas.
Desde que se informó de la primera infección en Wuhan, provincia de Hubei, el 8 de diciembre de 2019, las autoridades chinas han estado trabajando muy duro para censurar la información.
El 1 de enero de 2020, ocho internautas fueron arrestados por compartir información sobre el virus en Internet siendo acusados de "difundir rumores".
Del 6 al 10 de enero de 2020, el gobierno informó que no hubo nuevos casos de infección. En ese período se celebraron dos grandes eventos políticos: las reuniones anuales del congreso popular de la ciudad y la conferencia consultiva política del pueblo.
Días más tarde, a medida que se informaba de nuevos casos de infección uno tras otro en Hong Kong y otros países asiáticos, como Tailandia y Japón, Wuhan seguía siendo la única ciudad de China que tenía pacientes con coronavirus, por lo que la gente en China lo llamaba el "virus patriótico".
Incluso cuatro días antes del cierre de Wuhan el 23 de enero de 2020, Li Gang, director y médico jefe del centro de control y prevención de enfermedades de Wuhan, dijo a los medios de comunicación estatales de la televisión central de china (CCTV) que "el riesgo de transmisión continua entre humanos es bajo" y que "con la aplicación de nuestras diversas medidas de prevención y control, la epidemia puede ser prevenida y controlada".
Mientras que el personal médico trataba sin descanso a los pacientes, los hospitales sufrían escasez de equipos de pruebas y trajes protectores, y los pacientes, al no poder conseguir una cama de hospital, tenían que "ponerse en cuarentena" en casa, los funcionarios de la provincia de Hubei celebraban el Año Nuevo Chino disfrutando de actuaciones de canto y baile en una fiesta con más de 40.000 familias.
Los internautas estaban furiosos; incluso Zhang Ouya, un reportero de alto rango para el noticiero provincial del partido Hubei Daily, hizo un movimiento nada frecuente y criticó abiertamente al gobierno.
A medida que la situación empeoraba rápidamente y el número de pacientes infectados aumentaba exponencialmente, las autoridades finalmente hicieron su aparición y anunciaron el cierre de Wuhan y una docena de otras ciudades de la provincia de Hubei.
Pero era demasiado tarde -el virus ya se había propagado a otras partes de China debido a los viajes de vacaciones en las concurridas estaciones de transporte del centro del país. Solo dos días después del cierre, treinta provincias de China reportaron casos de infección y declararon una "emergencia de salud pública de grado I".
Ninguno de los medios de propaganda del estado mencionó la crisis en los titulares, presentando en su lugar el discurso de Año Nuevo de Xi Jinping y las noticias de celebración de las fiestas. La CCTV solo emitió un minuto sobre el cierre de Wuhan en las noticias de la noche.
Aún hoy, el gobierno continúa obstruyendo la información de los medios de comunicación sobre el coronavirus y no permite que los médicos hagan entrevistas. Las personas que han publicado información en WeChat y otros medios sociales siguen siendo arrestadas y se enfrentan a años de prisión por "difundir rumores y causar un impacto social negativo".
La gente comenta en seudónimos chinos, en Internet, que la neumonía es el resultado de "vaporizar la voz de la gente", la epidemia es una retribución kármica por controlar la opinión pública, y los cierres de ciudades son el precio por "sellar la boca del pueblo".