(Minghui.org) El Sra. Guo Xiuying, de 60 años, practicante de Falun Dafa de la ciudad de Suining, provincia de Sichuan, fue arrestada el 11 de septiembre del 2020. Mientras estaba detenida, los agentes de policía la electrocutaron con dos picanas eléctricas durante tres días consecutivos. Perdió la conciencia y tuvo incontinencia urinaria durante la tortura. Estaba tan débil que apenas podía caminar.
La Sra. Guo fue arrestada por hablar con la gente sobre Falun Dafa, una disciplina espiritual basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. La práctica está siendo perseguida por el régimen comunista chino desde 1999. Cientos de millones de practicantes de Falun Dafa como la Sra. Guo han sido brutalmente perseguidos por mantener su fe, durante más de 21 años.
La experiencia de la Sra. Guo nos recuerda a la Sra. Gao Rongrong, una practicante de Falun Dafa de la ciudad de Shenyang, provincia de Liaoning, que fue electrocutada con picanas eléctricas durante siete horas en un campo de trabajo en mayo del 2004. Como resultado su cara quedó muy desfigurada. Falleció mientras estaba detenida el 16 de junio del 2005.
Sra. Gao Rongrong
Gao Ronggrong después de siete horas de tortura de electrocución
Según la información recopilada por Minghui.org, hay al menos 4.500 muertes verificadas de practicantes de Falun Dafa, aunque debido a la dificultad de extraer información de China, el número podría ser mucho mayor. La mayoría de estos practicantes murieron bajo custodia y padecieron un enorme sufrimiento físico y mental antes de fallecer. Las descargas eléctricas, como las sufridas por la Sras. Guo y Gao, es solo uno de los tantos métodos de tortura utilizados frecuentemente con los practicantes. El infame y ya desaparecido campo de trabajos forzados de Masanjia, estaba entre los primeros lugares donde se empleó esta tortura.
La tortura con agua, donde la víctima es regada con una manguera de agua fría en la cabeza durante un largo periodo de tiempo, es otro método de tortura cruel usado en los practicantes de Falun Dafa. Según los practicantes que fueron sometidos a esta tortura, primero experimentaron frío extremo y luego su cerebro se adormecía. Luego, sentían como si su cerebro se agrietara y sufrían un dolor insoportable. Tanto el centro de detención de Heilongjiang Hailing como el centro de detención de Mudanjiang han intentado destruir la fuerza de voluntad de los practicantes con este método.
El Sr. Wang Xiaozhong de la ciudad de Mudanjiang, provincia de Heilongjiang, fue detenido el 17 de agosto del 2001. Fue golpeado y electrocutado con picanas eléctricas en la comisaría de policía. Estaba lleno de heridas cuando lo enviaron al centro de detención, donde fue sometido a la tortura con agua, lo que implica tener un chorro de agua fría en la cabeza durante un tiempo prolongado. Murió cuando estaba detenido 12 días después de ser arrestado, a la edad de 36 años. El caso de Wang no es un caso aislado, es solo uno entre miles de casos de persecución a los practicantes de Falun Dafa en China.
La persecución a los practicantes de Falun Dafa es un crimen sistemático y continuo cometido por el partido comunista chino (PCCh). El exdictador del PCCh, Jiang Zemin, inició la persecución en 1999 y desde entonces todos los niveles de la oficina 610 han ordenado a la policía que cometa delitos contra los practicantes.
Las descargas eléctricas y la tortura con agua ilustran la viciosa persecución del PCCh contra la humanidad. Pero los numerosos métodos de tortura del PCCh son muchos más de los enumerados aquí, desde esposas y grilletes, hasta calabozos, prisiones de agua, fosas sépticas, camas de muerte, tablas de sentarse, confinamiento solitario, sillas de interrogatorio y bancos de tigre; desde la tortura en los dedos, con clavos de hierro, estirándolos con alicates y perforándolos con agujas; hasta la alimentación forzada con agua y pimienta caliente, agua salada y excrementos. Congelación en el exterior en invierno, abrasión por el sol en verano, privación del sueño, del baño y del aseo; abuso sexual, mujeres puestas en celdas de hombres para que sean violadas en grupo, obligar a mujeres embarazadas a abortar; encarcelamiento en hospitales mentales, inyección de drogas que destruyen el sistema nervioso central… la lista es interminable. Peor aún, a innumerables practicantes se les han extraído sus órganos para trasplantes y han fallecido, sus cuerpos han sido incinerados sin dejar rastro.
Estos crímenes siguen sucediendo en los centros de detención y cárceles de China en este momento.