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​Tres tifones golpearon el noreste de China, donde la persecución a Falun Dafa sigue siendo desenfrenada

Nov. 3, 2020 |   Por Shan Lin

(Minghui.org) Tres tifones golpearon el noreste de China en septiembre del 2020 en un plazo de dos semanas, pasando por las provincias de Heilongjiang, Liaoning y Jilin. El primero, fue el Tifón Bavi que arrasó y llegó a 12 dentro la escala de Beaufort (el máximo nivel, sobre unas 70 millas por hora/ 112 Km/h), derribando árboles y arrancando tejados.

Conocidos como ciclones tropicales maduros, los tifones suelen afectar al sur de China y Taiwán. Este año no ha habido tifones que afectaran directamente a Taiwán, informó la Radio France Internacional a principios de septiembre. El tifón Bavi, el primer gran tifón en golpear el norte de China desde el 1949, se formó cerca de las Filipinas, evitó Corea del Sur y Japón y causó un mayor daño en Corea del Norte.

“¿Es que un tifón tiene ojos y sabe dónde debe azotar?, preguntó un ciudadano en las redes sociales.

Gran golpe a la agricultura

De los vídeos compartidos por los locales en Twitter (prohibidos en China, pero accesibles mediante programas que evitan el cortafuegos), se pudieron ver puentes destruidos, carreteras bloqueadas y casas sumergidas por las inundaciones.

Lo que es más importante, la tormenta tuvo lugar en un momento crítico para la agricultura: el viento y las fuertes inundaciones arrasaron los cultivos, lo que reducirá enormemente la cosecha de grano de este año, frutas y verduras.

Cosechas inundadas después del tifón Bavi.

El tifón Haishen, el tercero después de Bavi y Maysak, fue el primer súper tifón de este año, con vientos que alcanzaron 155 millas por hora (250Km/h). 

Con tres tifones seguidos, incluso las cosechas tempranas más fructíferas –como el maíz- son difíciles de recoger, ya que el cosechador no puede entrar en el campo inundado. Con el cultivo de maíz estropeándose en el campo, la cosecha de los cultivos en otoño presenta incertidumbres.

Este desastre probablemente afectará a toda China. Según los datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el noreste de China es la fuente más importante de soja del país (41% de la producción nacional), de maíz (34%) y de arroz japónico (30 - 35 % ).

Razones subyacentes

Además de este desastre sin precedente y de las otras calamidades sucedidas en China durante este año, incluyendo la pandemia del coronavirus, grandes inundaciones, sequías y las plagas de langostas, muchas personas se preguntan qué ha fallado.

Los antiguos chinos creían que los desastres que ocurren en el mundo humano son producidos por lo divino y están relacionados con las interacciones entre el Cielo y la humanidad.

El concepto estaba bien documentado en varios clásicos chinos. Que es, ir contra la voluntad del Cielo en el mundo humano ocasionará desastres. Si los emperadores y los funcionarios se desviaban de la ley del Cielo en su gobierno, lo divino traería desastres al mundo humano, y si no se arrepentían y enmendaban su camino, lo divino provocaría desastres aún mayores a la humanidad y ocurrirán otros fenómenos inusuales. Por lo tanto, los antiguos funcionarios siempre ponían la moralidad como primera prioridad en su gobierno, especialmente cuando ocurrían desastres.

Sin embargo, se sabe que los funcionarios del partido comunista chino (PCCh) en la China moderna, a menudo ignoran la moralidad y se ponen por delante de las personas que supuestamente deben servir. Li Chuanliang, exalcalde de Jixi que huyó a Estados Unidos a principios de este año, dijo que en su provincia natal, Heilongjiang, estaba plagada de corrupción.

Hay otras informaciones sobre la corrupción desenfrenada en otras partes de China. En la provincia de Liaoning, por ejemplo, en 2016 aparecieron casos de soborno masivo y fraude durante las elecciones del comité provincial del partido, el comité permanente de la asamblea popular nacional y la asamblea popular nacional. Algunos candidatos proporcionaron documentos falsos para figurar en las listas, mientras que otros sobornaron a la gente para obtener sus votos. Al final, 955 personas fueron investigadas. Entre ellas 45 representantes electos para la asamblea nacional fueron invalidados y 445 representantes provinciales elegidos también fueron descalificados. Y esto es solo aquello que ha sido informado y conocido por el público. La situación real puede ser mucho peor.

La corrupción no es el único crimen que los funcionarios del PCCh cometen. Durante los últimos 21 años, muchos han seguido la orden del gobierno central de perseguir a Falun Dafa, una práctica de ejercicos y meditación pacífica basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Muchos funcionarios ven su participación en la persecución como un camino para sacar rédito político y avanzar en sus carreras políticas. Por ello, no han escatimado esfuerzos en arrestar y enviar a la cárcel o a otros centros de detención, a los practicantes inocentes de Falun Dafa.

Las tres provincias del norte de China, incluyendo Heilongjiang, Jilin y Liaoning, se destacan por la persecución a Falun Dafa.

El ya desaparecido campo de trabajo de Masanjia en la provincia de Liaoning, por ejemplo, fue utilizado como campo de trabajo modelo por el ministerio de justicia para reprimir a los practicantes de Falun Dafa y forzarlos a renunciar a su creencia. En la prisión de mujeres Heilongjiang, en la provincia de Heilongjiang, también se tortura a los practicantes de manera brutal. La prisión de mujeres de Jilin, en la provincia de Jilin, también fue testigo de abusos sin precedentes a los derechos humanos de los practicantes de Falun Dafa.

Según el sitio web de Minghui, se ha comprobado que más de 4.000 practicantes de Falun Dafa perdieron la vida durante la persecución, aunque debido a la dificultad para obtener información en China, es probable que el número real sea mucho mayor. Las tres provincias en el noreste de China están entre las cuatro provincias con mayor número de muertes de practicantes de Falun Dafa, Heilongjiang registra el mayor número de muertes en toda China (591), seguido de Liaoning (570) y de Jilin en cuarto lugar (498).

Abusos contra los derechos humanos de los practicantes de Falun Dafa

Cuando el practicante Sr. Yu Songjiang fue retenido en el centro de lavado de cerebro de Qinglongshan en Jiansanjiang, provincia de Heilongjiang, un guardia le dijo: “Te torturaremos de la misma manera que tratamos a los espías, hasta que colapses mentalmente”.

Reconstrucción de la tortura: Mantienen abierto el ojo de un practicante durante la privación del sueño.

En su testimonio, el Sr. Yu escribió que el guardia Jin Yianpeng usaba palillos de los dientes para mantener sus párpados abiertos cuando se le privaba del sueño. Accidentalmente resbalaron los palillos y cerró los ojos, cuando lo vio el guardia Sheng Shusen gritó: “¡Esta noche no te vamos a dejar dormir!”. Un tercer guardia, Mo Zhensahn, dijo lo mismo. Luego pusieron música muy fuerte en sus teléfonos para mantenerle despierto.

Mo le dijo al Sr. Yu: “Si renuncias a Falun Dafa, podrás irte a casa. De lo contrario, serás enviado a la cárcel”. Esa noche, el Sr. Yu perdió el conocimiento tres veces debido a la tortura. Aun así los guardias siguieron golpeándolo y pateándolo.

Según un funcionario de alto rango de la provincia de Heilongjiang que se refirió a estos guardias como “escoria”, los funcionarios son conscientes de la tortura a los practicantes, pero sin embargo permiten que la tortura continúe. Una vez Sheng dijo a una practicante: “¡Si no renuncias a tu creencia, te desnudaré y haré que unos cuantos hombres fuertes te violen!”.

Fu Yanchun, otro guardia admitió abiertamente que: “No soy un humano, soy una bestia” y, “Aquí está la mafia!”.

A pesar del encarcelamiento ilegal y de la brutal tortura a los practicantes, a menudo los funcionarios del PCCh prohíben que los abogados representen a los practicantes. Un ejemplo de ello sucedió en marzo del 2014 en Jiansanjiang, provincia de Heilongjiang, cuando muchos practicantes fueron arrestados y enviados al centro de lavado de cerebro de Qinglongshan.

Cuando los familiares de los practicantes, amigos practicantes y los abogados fueron a pedir su liberación, se toparon con represalias. Concretamente, detuvieron y torturaron a cuatro abogados, siete practicantes más y varios familiares. Más tarde se detuvieron a los abogados durante 15 días y cuatro de los siete practicantes fueron acusados. Aunque este caso atrajo la atención de algunos medios de comunicación extranjeros, los portavoces del ministerio de asuntos exteriores chino negaron la existencia de cárceles negras (sitios de detención extraoficiales) como el centro de lavado de cerebro de Qinglongshan.

Estos casos no son aislados. En algunas áreas del noreste de China, como la ciudad de Dalian en la provincia de Liaoning, los empleados del gobierno son evaluados por su participación en la represión a Falun Dafa. También hay recompensas para los ciudadanos corrientes. Aquel que denuncie a un practicante a la policía recibirá más de 100.000 yuanes.

Los agresores se enfrentan a las consecuencias

Los practicantes de Falun Dafa se esfuerzan en convertirse en mejores ciudadanos siguiendo los principios de Verdad, Benevolencia, Tolerancia. Cuando los que están en el poder persiguen a los practicantes, que son respetuosos con la ley, solo por defender su fe, los agresores pueden enfrentarse a graves consecuencias.

Yang Chunyue fue el jefe de la oficina 610 en la ciudad de Chifeng, en Mongolia interior. Desde que se inició la persecución a Falun Dafa, miles de practicantes han sido arrestados y detenidos en centros de detención, centros de lavado de cerebro y cárceles bajo su mandato.

Yang murió de un cáncer cerebral y su hijo en un accidente de coche.

Hay varios casos parecidos. En agosto del 2005, la policía de Sihe Town en la ciudad de Fuxin, provincia de Liaoning, arrestó a 15 practicantes. Meng Qingyan, director de una comisaría local, fue premiado por el arresto. “¡Lucharé contra Falun Dafa hasta que muera!”, gritó en una reunión. Esa noche, falleció de un ataque al corazón.

Cuatro oficiales de la comisaria de Huadong, también en la ciudad de Fuxin, arrestaron a la Sra. Yin Yingchun, cuando estaba colgando carteles con mensajes sobre Falun Dafa. Cuando saquearon su casa, los oficiales tomaron todo lo que pudieron e incluso unas flores decorativas como “evidencia” en su intento de culpabilizarla. Como resultado de esto, la comisaría recibió un premio al equipo de tercera clase. No mucho después, el director de la comisaría necesitó una cirugía de stent cardíaco. “No digan nada sobre esto”, dijo el director a su familia, “Si no, la gente dirá que recibí retribución kármica por perseguir a Falun Dafa”.

Liu Wanquan, director de la comisaría de policía de Zhizhushan en la ciudad de Fuxin, golpeó al Sr. Haung Xiaojie en un intento de obligarle a renunciar a su creencia en Falun Dafa. Además, Liu también golpeó a su madre, a su cuñada y a su prima porque ayudaron a su madre. También les obligó a pagar unas multas. Cuando el Sr. Huang trató de escapar del arresto ilegal, Liu ordenó a los oficiales que le dispararan. Le dispararon en la pantorrilla izquierda. Al final, el Sr. Huang fue encarcelado durante 8 años.

Dos años más tardes, Liu Wanquan fue investigado por corrupción y fue condenado a 12 años de prisión. Más tarde, llegaron noticias de que fue diagnosticado de cáncer.

Es triste que estos represores hayan tenido consecuencias por participar en la persecución a Falun Dafa. Esperamos sinceramente que aquellos que aún persiguen a Falun Dafa decidan detenerse y así asegurarse un mejor futuro para ellos.

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恶有恶报无可置疑