(Minghui.org) ¡Saludos, estimado Maestro y compañeros practicantes!
Mi residencia, que estaba en la ladera de una colina, se derrumbó en 1998. Aproximadamente un año después, mientras continuaba ocupándome de este asunto, conocí a los únicos practicantes de Falun Dafa que había en aquel distrito.
En la infancia, me dijeron que encontraría algo bueno en mi vida. Inesperadamente, aquello tan bueno –que había estado esperando– se hizo realidad en cuanto conocí a estos practicantes de Falun Dafa. Comencé a practicar Falun Dafa. Han pasado 21 años.
Transcurrieron más de dos años y comencé a usar la plataforma RTC para aclarar los hechos a las personas en China continental. En aquel momento, a excepción de las tareas del hogar que tenía que hacer, usaba todo mi tiempo en la plataforma RTC para despertar la conciencia de la gente.
Usaba una computadora vieja que solo tenía 1GB de RAM pero, increíblemente, podía tener hasta 100 ventanas de chat abiertas al mismo tiempo. Cuando encendía mi computadora, las flechas de mi mouse se mostraban como Falun. ¡Era realmente milagroso!
Antes de unirme a la plataforma RTC –hace más de cinco años–, siempre sentía que me faltaba algo cuando llamaba por teléfono para aclarar los hechos. Aunque podía ayudar a la gente a renunciar al partido comunista chino (PCCh), no sabía cuán bien me hacía entender. En cuanto tuve un fuerte deseo de mejorar mis habilidades, escuché que un coordinador que la plataforma RTC estaba a punto de preparar a gente. Esto era lo que estaba buscando.
Me inscribí en los turnos de la plataforma RTC, que solían terminar a las 3:00 p. m. Noté que luego, algunos practicantes, se reunían en otra habitación, y sentí curiosidad por escuchar lo que decían. Mientras hacían llamadas telefónicas, discutían cómo hacerlas más eficaces. Decidí unirme a estas reuniones cuando terminaba mi turno. La persona que las dirigía era la que ayudaba a coordinar la preparación, la Sra. Li. De esta forma, me uní a mi primera sesión de entrenamiento.
Este entrenamiento no se parecía a los que ya había asistido. Era muy profesional, contaba con materiales para el entrenamiento, que preparaba el equipo de redacción. También requería que los practicantes que asistían a la clase hicieran sus llamadas en base a los materiales de capacitación.
Tuvo lugar una historia asombrosa cuando un practicante ayudaba a otras personas a renunciar al PCCh. Fue un caso real que ejemplificaba la seriedad de comprometerse con el mal. El practicante estaba hablando con una persona por teléfono: "¡Hola! Nuestra cultura tradicional china habla de que ‘una promesa vale más que mil piezas de oro’. Hubo un estudiante llamado Gu Gao, en la Dinastía Qing. Aunque escribía artículos muy buenos, no pudo obtener una buena puntuación en el examen de servicio civil. Así que no lo seleccionaron para que sirviera como funcionario del gobierno. Para conseguir el puesto, fue al Templo Dongyue a adorar a Buda. Allí hizo un trato con la maldad: intercambiar los años que le quedaban de vida por el puesto de funcionario del gobierno. Justo después de convertirse en uno, murió".
"Al unirnos al PCCh, también tuvimos que entregarle nuestras vidas al partido. Sería un desastre que esto se materializara. Espero que no entregue su vida al PCCh. Por favor, recuerde este seudónimo. Le ayudaré a renunciar al PCCh para que su promesa con la maldad se anule y garantizar que está a salvo y seguro. Así, cuando el Cielo elimine al malvado PCCh, seguirá estando bien".
Al principio, pensé que este guión no era muy bueno, ya que sentía que era demasiado largo y temía que la gente colgara. Sin embargo, la Sra. Li insistió en que lo usara. En cuanto lo hice, me di cuenta de que estaba muy bien montado. En el pasado, cuando le pedía a alguien que renunciara al PCCh, esta persona pensaba que o bien estábamos involucrados en política o nos oponíamos al partido. Sin embargo, en cuanto empecé a usar este argumento, la gente solo hacía tales comentarios raramente en la misma dirección.
En el pasado, cuando estaba ayudando a alguien a renunciar al PCCh, les comentaba que la gente en todo el mundo practica Dafa y que el "incidente de la autoinmolación" es un engaño. A menudo, me encontraba con gente que colgaba, que no estaba de acuerdo conmigo o que me interrumpía. Sin embargo, las pocas veces que había usado el guión del equipo de preparación, la persona me escuchaba en silencio y respondía muy positivamente.
El equipo de entrenamiento también proporcionó un extenso guión dirigido a las personas que trabajan en el sistema del PCCh. Algunas personas que eran reacias a renunciar al PCCh, cambiaron de opinión en cuanto empecé a usar este guión. Realmente, aprecié la sabiduría de los practicantes que organizaban aquel entrenamiento.
Me llevaba muy bien con otra compañera practicante, la señorita Lin. Compartíamos además de los asuntos de cultivación las cosas de nuestra vida cotidiana. A veces sentía que cuidaba bien a la gente, como mi hermana mayor. Cuando me uní a la capacitación de la plataforma RTC, deseé que también asistiera. También asistió. Reaccionaba con mayor rapidez que yo y hablaba con mayor fluidez. Así que mejoró más rápido que yo. Esto causó que mi envidia se disparara. Sobre todo, cuando empecé a sentir que la coordinadora de entrenamiento, la Sra. Li, la trataba en forma especial. Mis celos aumentaron.
Al mismo tiempo, sin embargo, era consciente de que tenía que eliminarlos. Había momentos en los que sentí que mejoraba muy lentamente, que no podría seguir el ritmo. Entonces la Sra. Lin preparó un guión breve para ayudar a la gente a renunciar el PCCh. Pensé que no podía quedarme atrás.
Una vez, tomé uno de sus guiones cortos y lo modifiqué. Luego, cuando otros practicantes me lo pedían, se lo daba sin mencionar que lo había redactado, en primera instancia, la Sra. Lin. Di por sentado que era mío ya que lo había modificado. Esto generó un conflicto entre nosotras.
Este asunto era para eliminar nuestro sentimentalismo. También expuso mi apego a la fama. Al final, me di cuenta de que debía disculparme con ella. Pero no aceptó mis disculpas. Más tarde incluso llegué a usar mi sentimentalismo para tratar de resolver nuestro problema: la llamaba "mi hermana mayor". Pero eso la molestó, aún más.
Me quedé atónita: ¿Cómo pudimos haber terminado en una situación como esta? Su reacción me dolió profundamente. Una vez, escuché decir a la Sra. Li que la Sra. Lin soñó, en más de una ocasión, que no podía encontrar el camino a casa. Esto me conmovió profundamente. Pensé: qué feliz me sentiría si pudiera abandonar mi ego y ayudarla a encontrar el camino de regreso a casa. Más tarde, me di cuenta de que estaba apegada al sentimentalismo y que el conflicto era para deshacerme de mi apego a la fama. Entonces, debía disculparme con la señorita Lin durante nuestra sesión de entrenamiento.
"Quiero disculparme contigo", le dije. "No debería haber afirmado que el guión era mío solo porque lo modifiqué. Sé que te he causado mucho daño. Lo siento mucho. Te prometo que esto no volverá a suceder. Escuché que no pudiste encontrar el camino a casa en tu sueño. Si tengo una lámpara, me gustaría usarla para iluminar tu camino. Un día, si me pasa algo como eso, me gustaría que tú pudieras hacer lo mismo. Somos un cuerpo, creo que cuando ambas luces estén encendidas, nuestro camino será muy brillante, con toda seguridad". El conflicto se resolvió.
Durante mucho tiempo, solo había leído y recitado Zhuan Falun, las principales enseñanzas de Falun Dafa, y pasé por alto los nuevos artículos del Maestro. Como tenía que trabajar, siempre sentía que no disponía suficiente tiempo para hacer llamadas telefónicas. Con este conflicto, me di cuenta de que también debía leer los nuevos artículos del Maestro.
He asistido al entrenamiento tres veces y he acumulado mucha experiencia. También aprendí a entrenar a otros practicantes. Dos veces en mis sueños, alguien se acercó para que le enseñara a hacer llamadas. A principio de este año, el brote de coronavirus impactó el trabajo de aclaración de la verdad de los practicantes en todo el mundo, y la plataforma RTC se ha convertido en una herramienta cada vez más importante para salvar a los seres conscientes. Muchos practicantes quisieron unirse a RTC para hacer llamadas telefónicas. La cuarta sesión de entrenamiento comenzó, aunque estábamos cortos de personal. Asignaron a los practicantes que aprendieron con rapidez, para que ayudaran a entrenar a los nuevos practicantes.
Yo estaba a cargo del entrenamiento de una docena de practicantes en nuestro equipo. También había tres o cuatro practicantes que asumieron el papel de líderes de equipo para ayudarme. Probablemente porque había acumulado mucha experiencia, los practicantes estaban interesados en recibir el entrenamiento directamente de mí, en lugar de los líderes de equipo. Me di cuenta de eso y compartí con ellos: "Cuanto más practiques, más rápido mejorarás". Aún así, no cambiaron de idea.
Otro apego se manifestó. La Srta. He, de nuestro equipo, lo hacía extraordinariamente bien después del entrenamiento. Tenía mucha experiencia en la práctica, y trabajó diligentemente, así que progresó muy rápido. La Sra. Yu, una entrenadora, no pensó que la Sra. He necesitara más entrenamiento, así que me pidió que tomara a otra en su lugar. Pero pensé que todavía podía mejorar.
Durante el proceso, me di cuenta de que quería aferrarme a mi propia opinión y validarme. Cuando escuché que la Sra. Li a menudo alababa a la Sra. Lin por la cantidad de gente que había entrenado, desarrollé una mentalidad competitiva. Quería que otras personas se dieran cuenta de que la persona entrenada por mí estaba a la par de todas los demás, o que era incluso mejor. ¡Qué vergüenza!
El Maestro nos dijo:
“Esto no significa que los dioses al ver que tu idea funciona elevarían tu nivel. Al contrario, ellos sólo elevan tu nivel cuando ven que tu entendimiento ha mejorado. Esto es una verdad del recto Fa. Si estás pensando, ‘tal y tal cosa me ocurrirá si obtengo cierta cantidad de méritos’; pues bien, así es como funciona para una persona común, y eso podría ser tomado en consideración en ciertos aspectos de las verdades del Fa cósmico o en una situación particular. Pero las mejoras verdaderas llegan a raíz del abandono, no por medio de la ganancia” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Filadelfia, Estados Unidos, 2002).
Cuando me di cuenta de mi defecto, dejé de lado aquel apego. También compartí con otros practicantes de nuestro equipo desde el Fa, que deberían seguir a sus líderes en lugar de a mí. Muy pronto, todos estuvimos de acuerdo. Donde yo indicara que todavía quedaban espacios por cubrir, ellos irían a llenarlos. En poco tiempo, los practicantes de nuestro equipo hicieron un progreso rápido, lo cual me alegró.
El Maestro nos dijo:
“La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu. El shifu te da un gong que hace crecer tu gong; entonces, este gong produce el efecto y, fuera de tu cuerpo, puede transformar tu de, este tipo de materia, en gong” (Primera Lección, Zhuan Falun).
Este asunto me hizo darme cuenta de que mientras estemos en el Fa, podemos seguir el arreglo del Maestro. Siempre será lo mejor. Al final, la Sra. He también se convirtió en una de las entrenadoras de nuestro equipo.
Algunos practicantes que vinieron para el entrenamiento no quisieron soltar sus propias cosas, lo que hizo el entrenamiento difícil. Los que mejoraban rápidamente eran los que tenían una mente más abierta. Cada vez que terminábamos de llamar, nos reuníamos para compartir y hacer preguntas basadas en lo que nos encontramos durante las llamadas. Les proporcionaba sugerencias en base a mi experiencia. A veces, gente que no asistía al entrenamiento también se unía a nosotros.
Una vez cuando intercambié, dije que deberíamos poner más énfasis en la aclaración de los hechos. Según mi experiencia, cuando me esforzaba demasiado en convencer a un destinatario de que renunciara al PCCh, el otro lado siempre me colgaba y se negaba a contestar cuando volvía a llamar. ¡Qué pena! Entonces sentí que también estaba bien si no renunciaban al PCCh de inmediato y que podíamos poner nuestro corazón en despertar su conciencia. En cuanto se aclararan, tomarían una decisión. Más tarde, algunos practicantes compartieron conmigo que cuando no tenían el apego de hacer que la gente renunciara al partido, estas personas tomaban solos la iniciativa de renunciar al PCCh. Realmente, apreciaban lo que les compartía y lo encontraban revelador.
Normalmente entrego a los practicantes el conjunto de materiales que uso a diario. Se elaboraron durante los últimos tres años e incluyen tanto guiones largos como cortos. Una vez escuché a un practicante compartiendo sobre la sustracción forzada de órganos que perpetra el PCCh, y me conmovió profundamente. Dijo que algo faltaba a otros practicantes cuando aclaraban la verdad en este aspecto, y nos sugirió cómo deberíamos abordar el tema. Sentí que lo que decía tenía sentido, y lo memoricé. Lo convertí en un guión y lo entregué a muchos practicantes.
A menudo sentí que después de que alguien abandonaba el PCCh, no era el mejor enfoque decirles inmediatamente que recitaran las frases "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Algunas personas que decidían renunciar al PCCh no sabían mucho sobre Dafa, así que terminaban cortando la comunicación. Era una pena. Finalmente, usé las maneras que la gente podía aceptar para ayudarles a entender la belleza de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Una vez le pregunté a un hombre: "Señor, ¿sabe cómo sería un vendedor si viviera según 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia'?". Me pidió que se lo dijera. Después de decírselo, le pregunté: "¿Sabe lo que haría un médico si practicara 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia'?". Él respondió de inmediato: "Podría tratar mis enfermedades con mucha seriedad". Pensando que lo había entendido, le pregunté: "¿Sabe cómo se comportaría un profesor al practicar 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia'?". Me respondió: "Pondrían su corazón en educar a los niños". Lo elogié por responder bien a todas las preguntas.
Luego le pregunté cómo surgió Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Dijo que no tenía ni idea. Aproveché la oportunidad para hablar con él sobre los hechos básicos de Dafa. Antes de decirle las frases, le dije que Dafa había recibido muchos premios en China y en el extranjero, que el incidente de la "autoinmolación" fue una farsa, además de otras cuestiones.
Algunos practicantes que nunca habían hecho llamadas telefónicas de aclaración de la verdad llegaron a nuestra sesión de entrenamiento. Dijeron con entusiasmo: "Nunca esperé que pudiera hacerme entender tan bien". Era realmente maravilloso ver su mejora.
Cada vez que hacía una llamada telefónica, la grababa. Esto me ayudó a llevar un registro con algunos casos exitosos. Hasta ahora he guardado más de 100 archivos como este. Algunos practicantes que se perdían el entrenamiento pueden escuchar las grabaciones. Vi que la Sra. Lu, que solo hacía las llamadas cuando estaba en su turno semanal, había mejorado rápidamente porque ayudaba cada vez a más personas a renunciar al PCCh. Entonces, me dijo que su truco era escuchar esas grabaciones de antemano.
Cuando hacía las llamadas, a menudo me encontraba con personas con todo tipo de mentalidades. Algunos me pedían dinero, otros no podían distinguir entre el PCCh y China, y algunos tenían un entendimiento erróneo sobre Dafa. Las grabaciones de aquellos que ayudaron con éxito a las personas a renunciar al PCCh se han convertido en un contenido clave en mi entrenamiento, ya que son intuitivas para los practicantes. Algunos practicantes, que no podían conectarse a la plataforma RTC para recibir el entrenamiento, con solo revisar los guiones y escuchar las grabaciones lograban ayudar a las personas a renunciar al PCCh. ¡Esto era realmente maravilloso!
Quería compartir con los practicantes sobre las llamadas telefónicas de aclaración de la verdad para que las usaran como referencia. Empecé por compartir en la sala n.º 1 de la plataforma RTC de vez en cuando. Un coordinador me dijo que algunos practicantes mencionaron que tenía una mentalidad de fanfarronería. Ese comentario me afectó mucho e incluso me deprimió. Sentí la necesidad de alejarme del resto de practicantes y dedicarme a mis llamadas.
Pero sabía que no debía hacerlo y que tenía que responsabilizarme de los practicantes. Tenía que tener una visión más general. Tardé poco en salir de aquel estado negativo. Sabía que mi punto de partida era bueno pero que, como todavía tenía el apego de validarme, otros practicantes lo veían.
Ser una entrenadora de plataforma RTC es un honor especial que otorga el Maestro. Solo purificando continuamente mi corazón puedo llevar a cabo los entrenamientos de manera eficaz y transitar bien el camino que el Maestro ha preparado.
¡Gracias, Maestro! ¡Gracias, compañeros practicantes de la plataforma RTC!
(Presentado en la Conferencia de Fa por Internet 2020 del Grupo de Llamadas Telefónicas)