(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1998. Desde entonces, estudio el preciado libro Zhuan Falun todos los días; trabajo duro para ser una buena persona, según los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Mejoré mi carácter para ser alguien que piensa en los demás antes que en mí.
Sin embargo, el partido comunista chino (PCCh) nos impide ser buenas personas. Ellos persiguen a Falun Dafa despiadadamente, causando que innumerables practicantes sean arrestados ilegalmente, sentenciados a prisión, e incluso perseguidos hasta la muerte.
El 28 de junio de 2016, fui arrestada y llevada a un centro de detención. Aproveché cada oportunidad para decirle a los otros prisioneros la verdad sobre Falun Dafa y los muchos beneficios de la cultivación.
Ganándome el respeto de una compañera en prisión
Estuve hablando con una prisionera sobre lo bueno que es Dafa y traté de convencerla de que renunciara al PCCh para estar a salvo. Ella no me creyó.
A la hora de la comida, las prisioneras debían sentarse cara a cara. Ella se sentaba frente a mí y generalmente se quejaba de tener dolor de estómago cuando comía arroz.
Tenía un bollo al vapor para cada comida, así que le di mi bollo a cambio de su arroz. También le dejé mi plato principal, mientras yo me tomaba la sopa.
Una vez, cuando le di mi bollo para la cena, empezó a llorar y me dijo: "Eres muy amable". Estoy de acuerdo con lo que dijiste antes".
Le pregunté: "¿Qué es lo que entiendes?". Ella dijo: "Desde que las dos comemos juntas, me he dado cuenta de que eres diferente de las otras prisioneras. Eres buena con todas. Soy miembro del PCCh, ¡así que lo dejo! Varias personas me lo dijeron antes, pero no renuncié, ni creí que importara. Pero por como eres, lo creo".
"No se trata realmente de lo buena que soy", dije. "El Maestro Li nos enseñó a vivir de esta manera. Debemos considerar a los demás primero para convertirnos en cultivadores desinteresados".
Fui sentenciada ilegalmente a tres años en la prisión provincial de mujeres, la cual se destacaba por su crueldad y se jactaba de poder "transformar" exitosamente a los discípulos de Dafa.
Si los practicantes no se "transformaban", no les permitía dormir o tener ninguna ropa de cama. A menudo no se les permitía usar el baño. Y cuando lo hacían, no había papel higiénico.
También les prohibían lavarse y los obligaban a estar de pie o sentados en pequeños taburetes durante largos períodos. A todos los prisioneros de la celda se les ordenaba controlar a los practicantes.
Mi bondad impresiona a los guardias
Después de tres meses, me transfirieron a otro pabellón. Al regresar de mi primera visita familiar, quise aclarar la verdad al capitán de la prisión.
En ese momento, cuando no sabía cómo empezar, el capitán me preguntó por qué practicaba Falun Dafa. Cuando escuché esto, supe que el Maestro Li estaba a mi lado. El Maestro sabía todo lo que había en mi corazón y me animó a decirle la verdad.
Le dije: "Sufría todo tipo de problemas de salud y fui a muchos hospitales. Pero no me curaba, y al final, incluso me preparé para mi funeral. Entonces me presentaron a Falun Dafa. Después de que empecé a practicar, no tomé más medicamentos, aun así me curé completamente.
"Mucha gente no puede pagar la atención médica, y sus enfermedades a menudo no pueden ser curadas. Así que supe que era mi obligación contarles a otros sobre Falun Dafa. Pero entonces fui detenida por la policía y traída aquí. ¡Es realmente difícil ser una buena persona!".
El capitán preguntó si mi familia se oponía a que practicara. Le dije: "Mi familia me apoya mucho. Me vieron antes y después de que empezara a practicar Falun Dafa. Todos están agradecidos de que Dafa me salvó la vida".
El capitán sonrió. Entendió la verdad y me dijo que todos somos buenas personas.
Después de eso, me levanté temprano cada mañana para hacer los ejercicios de Falun Dafa y enviar pensamientos rectos.
Una vez nos pidieron que escribiéramos un "reporte de pensamientos". Me negué a escribirlo y le dije a la jefa de la celda que no era culpable de nada, así que no tenía nada que ver conmigo.
Ella dijo que podía escribirlo por mí y que yo solo tenía que firmarlo. Le dije: "Yo tampoco lo firmaré. No sería bueno para ti si lo hicieras, porque significaría que estas participando en la persecución. ¡Al final de esta persecución, todos los que hayan participado en ella serán castigados por Dafa!". Ella informó de esto al capitán.
Seguí enviando pensamientos rectos y el capitán nunca dijo nada sobre mí.
Una vez, una practicante de otro grupo estaba siendo gritada y abusada. La obligaban a ponerse de pie y no le permitían sentarse en el banco cuando trabajaba.
Yo estaba cerca de su grupo, así que me levanté y les dije a los cuatro practicantes de nuestro equipo que enviaran juntos pensamientos rectos para negar los elementos malignos que perseguían a nuestras compañeras.
Tan pronto como enviamos pensamientos rectos, los internos que estaban gritándole se fueron. Después de eso, enviamos pensamientos rectos para cada practicante que estaba siendo maltratado y nos centramos en evitar que los reclusos cometieran más crímenes.
Un día, el capitán me pidió que escribiera las llamadas "declaraciones de garantía" (para renunciar a Falun Dafa) para poder solicitar una reducción de la sentencia y volver a casa tres meses antes.
Sabía que los administradores corruptos habían instruido al capitán para tentarme, así como para probar mi firme creencia en Dafa. Le dije: "Gracias por su amabilidad. No lo escribiré. ¡Iré a casa cuando deba ir a casa!".
El capitán me dijo que lo que escribí la última vez era una confesión falsa. Le dije: "Ya cometí un error una vez cuando me obligó a escribir eso. No puedo hacerlo una segunda vez. Dafa me salvó la vida, pero yo dije que Dafa no era bueno. Fui en contra de mi conciencia. ¿Podría hacer eso?".
El capitán entonces me dejó volver a mi grupo. No sabía por qué, pero me sentía muy feliz. Cuando volví del trabajo por la tarde, me di cuenta de que había hecho lo correcto.
El Maestro me animó y mi espíritu principal (mi verdadero yo) estaba feliz.
Mis hijas son bendecidas
Mi injusta sentencia terminó en junio de 2019. Cuando volví a casa, me enteré de que mi esposo, que había estado preso durante tres años, había dejado de practicar después de ser liberado.
No solo eso, mi hija menor fue hospitalizada solo unos días después de que yo fuera arrestada y llevada al centro de detención. Le diagnosticaron uremia.
Fue hospitalizada cinco veces en tres años y continuaba con diálisis. Vendimos nuestra casa grande y compramos una pequeña para poder pagar sus gastos médicos. Ahora, casi nos habíamos quedado sin dinero. Mi esposo se quejaba de mí y me llamaba estúpida, diciendo que sería perseguida si insistía en practicar.
Incluso me echaba y a menudo me causaba problemas. El sufrimiento en mi corazón en ese momento estaba más allá de lo imaginable. Solo recordaba que no había nada malo en cultivar un camino recto. ¡El malvado PCCh solo quiere destruir a la gente!
Mi hija menor me consoló diciendo: "¡Papá está ayudandote a cultivarte! Mamá, ¿te arrepientes de haber cultivado Dafa?".
"No me arrepiento. ¡Esto es lo más recto que he hecho! Conozco el valor de la vida y siento que soy la persona más afortunada y feliz del mundo, ¡nada más!".
Unos días después, los practicantes me enviaron libros de Dafa y la música de los ejercicios. Estudié el Fa e hice los ejercicios todos los días, incluyendo la "postura de estaca parada Falun" durante una hora.
Después de estudiar el Fa comencé a mirar hacia adentro. Mi esposo había soportado mucho durante los tres años que estuve detenida y perseguida. Tuvo que ser padre y madre a la vez, y nuestra hija menor fue hospitalizada cinco veces. También había llevado a los niños a visitarme todos los meses.
En cada visita, parecía feliz, ya que no quería que yo viera lo difícil que era para él. Necesitaba darle las gracias, ¿de qué otra cosa podía quejarme?
En el proceso de cambiar, mi esposo también estaba cambiado. Comenzó a cultivarse en Dafa otra vez. Nuestra hija menor también ha mejorado mucho estudiando el Fa y haciendo los ejercicios.
Ahora puede volver a ponerse de pie sin ayuda. Cuando llegué a casa, ella no podía subir al quinto piso. Ahora puede salir a comprar comida.
Mi hija mayor tuvo dos abortos en tres años. Cuando su padre y yo estábamos siendo perseguidos, se quedó embarazada otra vez. No solo tuvo que cuidar de su hermana que estaba hospitalizada, sino que también cosiguió un abogado para representarnos.
El abogado me dijo: "Su hija es muy buena. ¡Fue al tribunal varias veces en días de nieve a pesar de que estaba embarazada!". El juez no tuvo el valor de verla.
Mi hija también fue a la comisaría y pidió las cosas que fueron robadas de nuestra casa y recuperó mi computadora.
La escuela donde trabaja mi hija mayor le dijo que pagara sus cuotas del partido. Ella dijo: "No quiero ser miembro del PCCh. ¡Quiero renunciar! Mi madre fue arrestada por practicar Falun Dafa. ¡Quiero renunciar!".
La escuela le dijo que escribiera una solicitud para renunciar al PCCh, y ella realmente escribió una declaración pública. Después de renunciar al PCCh, mi hija dio a luz un niño sano.
Toda nuestra familia es feliz. Le pregunté: "¿Sabes que esto es una bendición por apoyar a tu madre en la práctica de Dafa?".
Ella respondió: "Sí, lo sé. ¡Gracias, Maestro Li! ¡Gracias, Falun Dafa!".